La fiscalía debe acusar este jueves a David y Louise Turpin, arrestados bajo sospechas de abusar y torturar a sus 13 hijos confinados a su casa en California.
La oficina del sheriff del condado Riverside -al que pertenece la ciudad Perris donde residían desde 2014- recolectó evidencia en la residencia de la pareja ubicada en un barrio de clase media.
Mike Hestrin, fiscal de ese condado, dijo el miércoles que el caso estaba aún bajo revisión y convocó a una rueda de prensa para el jueves a las 11:00 (12:00 de Chile), y la corte informó en su sitio web que la lectura de cargos está prevista para dos horas después.
Los detectives “peinaron la escena asegurándose de cubrir todos los ángulos” del caso, dijo Mike Vasquez, portavoz del sheriff de Riverside.
Los Turpin –él de 57 años, ella de 49- fueron arrestados el domingo bajo sospecha de abuso y tortura infantil luego que los oficiales constataran las terribles condiciones en que mantenían a sus hijos, de entre dos y 29 años.
La denuncia la hizo una de sus hijas, de 17 años, que llamó al servicio de emergencia 911.
La policía encontró inclusive a tres niños esposados, con cadenas y candados en la casa sucia y maloliente.
La prensa local mostró imágenes de los detectives saliendo con unos tablones que describieron como partes de una cama a la que los Turpin esposaban a sus hijos.
Al ver a la muchacha que hizo la llamada, los oficiales primero pensaron que era una niña pequeña por lo demacrada que estaba.
Lo mismo con el resto de los hermanos, que parecían todos menores y siete de ellos tienen en realidad entre 18 y 29 años.
Los 13 fueron llevados a hospitales de la zona, tratados por desnutrición y sometidos a otras pruebas de diagnóstico.
“Les rogábamos” contacto
La familia se trasladó en 2014 desde Texas a un barrio de clase media de Perris, unos 110 kilómetros al sudeste de Los Ángeles, y eligió educar a sus hijos en su casa de estuco de estilo español, que estaba registrada como una escuela privada que nunca fue supervisada.
La hermana de Louise Turpin, Elizabeth Flores, dijo al canal ABC que la pareja siempre fue muy reservada y permitían poco o nada de acceso a su familia.
“Esto viene pasando desde antes que tuvieran hijos, eran muy privados y no compartían mucho”, indicó. “Les rogábamos para hablar por Skype con ellos, les rogamos”.
Flores llegó a vivir con los Turpin cuando estaba en la universidad. Entonces tenían pocos hijos. “Pensé que eran muy estrictos, pero no vi ningún abuso”.
Aunque de esos días, también tiene recuerdos perturbadores con David Turpin.
“Si iba a la ducha, él se acercaba, me veía, era como un chiste, nunca me tocó o nada”, indicó asegurando que la trataban “como uno de los chicos”.
La policía dijo que no había indicios iniciales de abuso sexual, pero advirtió que la investigación aún estaba en curso.
Teresa Robinette, otra hermana de la señora Turpin, dijo tener más contacto con ella, y que en sus conversaciones siempre expresó su preocupación con el bajo peso de sus sobrinos.
“David es tan alto y desgarbado. Ellos van a ser como él”: fue la respuesta, dijo al canal NBC.
Este caso recuerda otras casas del horror. En mayo de 2013, Ariel Castro, de Cleveland, fue arrestado tras secuestrar a tres jóvenes que violó repetidamente durante una década.
En 2009, Jaycee Dugard fue rescatada en California luego de ser plagiada con 11 años de edad y reiteradamente violada durante 18 años por Phillip Garrido.