Tras el devastador paso del huracán Florence, que el pasado 14 de septiembre azotó a Carolina del Norte y Carolina del Sur (EE.UU.), miles de personas fueron evacuadas a causa de las inundaciones.
Mientras algunos vecinos lograron subirse a los botes de rescate junto a sus mascotas, otros animales fueron olvidados por sus dueños en medio del pánico y posteriormente auxiliados por voluntarios y efectivos de la Guardia Costera.