La extrema sequía ha empeorado los principales fuegos, denominados Woolsey Fire, Camp Fire y Hill Fire, pero otra decena de incendios de menor intensidad también afectan el resto del estado.
Las fuertes rachas de viento de hasta 120 kilómetros por hora han hecho imposible la evacuación para muchos residentes de zonas cercanas a las afectadas por el fuego.
En un mensaje también en en esa red social, el presidente Donald Trump responsabilizó a las autoridades locales por el “mal manejo” del desastre y amenazó con suspender la ayuda federal si no modifican las leyes medioambientales que, en su criterio, limitan el acceso al agua para combatir el fuego.