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A 50 años de su muerte: Justicia condena a 25 años de cárcel a siete miembros del Ejército por asesinato de artista Víctor Jara y director de Gendarmería Litré Quiroga

La Corte Suprema dictó sentencia definitiva en contra de siete miembros del Ejército en retiro por su responsabilidad en los delitos de secuestro calificado y homicidio calificado del cantaautor Víctor Lidio Jara Martínez y del director de Prisiones, (Gendarmería) a la época de los hechos, Littré Abraham Quiroga Carvajal.

Los ilícitos fueron perpetrados en septiembre de 1973, en Santiago.

En fallo unánime, la Segunda Sala del máximo tribunal –integrada por los ministros Haroldo Brito, Jorge Dahm, la ministra Eliana Quezada y las abogadas (i) Carolina Coppo y Leonor Etcheberry– descartó error en la sentencia recurrida, dictada en la Corte de Apelaciones de Santiago, que condenó a Raúl Jofré González, Edwin Dimter Bianchi, Nelson Haase Mazzei, Ernesto Bethke Wulf, Juan Jara Quintana y Hernán Chacón Soto a penas de 15 años y un día de presidio, en calidad de autores de los homicidios; y a 10 años y un día de presidio, como autores de los secuestros calificados.

En tanto, el otrora oficial, abogado militar Rolando Melo Silva deberá purgar 5 años y un día y 3 años y un día de presidio, como encubridor de los homicidios y los secuestros, respectivamente.

Cabe recordar que el mes pasado se informó que el exmilitar chileno, teniente (R) Pedro Pablo Barrientos Núñez, uno de los sindicados como asesino de Víctor Jara -junto al exteniente de Ejército, Hugo Sánchez Marmonti- perdió su nacionalidad estadounidense, por su implicancia en la muerte del reconocido cantautor chileno, durante la dictadura de Augusto Pinochet.

“Que, los hechos reseñados precedentemente, desprendidos de las piezas procesales que en cada caso se ha indicado, son reales, desde que ocurrieron en determinado lugar y tiempo y están probados, esto es, acreditados legalmente en los autos a través de los medios probatorios detallados en el motivo precedente. Son hechos reales y probados, ha explicado esta Corte Suprema, ‘los indicios de cualquier género, el dicho de un testigo hábil o de varios inhábiles, la opinión de un perito singular, la declaración extrajudicial y otras semejantes, siempre que ellas formen parte del mérito de autos’ (SCS, 14.12.1967, R., t. 65. Secc. 4ª, p. 71). En cuanto a que son múltiples esos hechos, tal requisito está al margen del cuestionamiento dado su pluralidad respecto los encartados Haase Mazzei y Jara Quintana. De los hechos o indicios señalados, precisos y concordantes, pueden inferirse, mediante el ejercicio lógico valorativo a que es llamado el tribunal, presunciones judiciales de la participación de los encausados en los delitos legalmente establecidos”, concluye el fallo.

Por tanto, , se resuelve que: “se rechazan los recursos de casación en la forma y en el fondo interpuestos por las defensas de los sentenciados Raúl Aníbal Jofré González, Rolando Melo Silva, Hernán Carlos Chacón Soto y Edwin Armando Roger Dimter Bianchi a fojas 14.131, 14.186, 14.204 y 14.252, respectivamente; y, los recursos de casación en el fondo propuestos por las defensas de los sentenciados Ernesto Luis Bethke Wulf, Nelson Edgardo Haase Mazzei y Juan Jara Quintana, según se lee a fojas 14.136, 14.216 y 14.237, contra la sentencia pronunciada por la Corte de Apelaciones de Santiago, de 23 de noviembre de 2021 y que obra a fojas 14.045 y siguientes, la que por consiguiente, no es nula”.

En el aspecto civil, se condenó al fisco a pagar a cada uno de los demandantes, cónyuge e hijos de la víctima, Littré Quiroga Carvajal, la suma de $150.000.000; y a cada uno de sus hermanos la suma de $80.000.000. En tanto, a la viuda e hijos de la víctima, Víctor Jara Martínez, la suma de $150.000.000, para cada uno.

El  abogado querellante Nelson Caucoto, representante de las familias de Jara y Quiroga valoró el fallo señalando que “Se ha dictado la sentencia final y definitiva por parte del máximo tribunal de la República, en dos crímenes infamantes cometido por militares chilenos en las personas de Victor Jara y Litré Quiroga, dos figuras relevantes de la sociedad chilena.   Uno un ícono del firmamento cultural y musical de nuestro país, y el otro un funcionario público ejemplar, abogado y ex Director del Servicio de Prisiones. Ambos, torturados hasta la saciedad cobardemente y acribillados con varias decenas de balazos.  Para finalmente abandonar sus cuerpos en la vía pública en el anonimato de un amanecer santiaguino.  La justicia ha hecho su tarea finalmente con absoluto apego al derecho, tanto nacional como internacional, trayendo consuelo para los familiares de las víctimas que esperaron por tantos años para este momento.      

Asesinado por militares de 44 impactos de bala

De acuerdo a la investigación,  Víctor Jara fue detenido el 12 de septiembre de 1973 en la Universidad Técnica del Estado, hoy Universidad de Santiago, siendo conducido posteriormente al Estadio Chile. El 15 de septiembre es el último día en que se le ve con vida, cuando en horas de la tarde Víctor Jara fue sacado de una fila de prisioneros que serían trasladados al Estadio Nacional.  La madrugada del día siguiente su cuerpo fue encontrado por unos pobladores en las inmediaciones del Cementerio Metropolitano, junto a otros cinco cadáveres, entre los que se hallaba el de Littré Quiroga Carvajal, quien se había ido a entregar a los represores en forma voluntaria.

De acuerdo al informe de autopsia, Víctor Jara murió a consecuencia de 44 impactos de bala. 

Littré Quiroga, en tanto,  suspendió el goce de una licencia médica, para concurrir hasta su oficina de la Dirección Nacional de Prisiones.  Desde allí resolvió enviar a la mayoría de los funcionarios a sus hogares, y se comunicó con una alta autoridad militar. En respuesta, se le indicó que se presentara a las 8 de la mañana del día 12 en el Ministerio de Defensa.  Sin embargo, una veintena de carabineros llegó hasta las oficinas del Servicio de Prisiones en el centro de Santiago.  Littre Quiroga se entregó voluntariamente a ellos.  En la noche fue trasladado hasta el El Regimiento Blindado Nº2. 

El día 13 de septiembre fue enviado al Estadio Chile, donde sufrió múltiples torturas y vejaciones aplicadas por personal del Ejército. Allí permanece hasta el día 15 de septiembre y al día siguiente su cuerpo fue encontrado cerca del Cementerio Metropolitano al igual que Víctor Jara.