Este nuevo año ha comenzado con sabor a pesimismo.
Un influyente columnista dominical llamo la atención sobre “el descuido de las reglas” y señaló que en estos primeros días del 2025 hubo síntomas preocupantes, explicaciones cantinflescas sobre una recurrente actitud gubernamental de desconocer las reglas de la convivencia democrática.
También un líder y ministro concertacionista como Sergio Bitar señaló en redes sociales que “no es aceptable que continúe la ineficiencia y la descoordinación del gobierno al comenzar 2025”, resumiendo la preocupación de vastos sectores progresistas sobre una gestión gubernamental plagada de errores, malas explicaciones e incapacidades de hacerse cargo de los desafíos que significa el último año de la administración Boric.
La cadena de gravisímos errores en la adquisición de la casa del ex Presidente Allende fue tal que la única explicación plausible es que fue realizada por profesionales ignorantes del conocimiento de las mínimas normas constitucionales -que no se resuelve con la renuncia de una desconocida ministra-. Hay un modo de gestionar en este gobierno que es malo y lento, además existe la incapacidad de advertir los riesgos que implica esta ignorancia porque este episodio ha terminado afectando a una ministra, a una senadora en ejercicio y al legado que significa la figura del ex Presidente Allende.
Lamentablemente en las explicaciones de este caso se ha ahondado la crisis de gestión, la ignorancia, la falta de experiencia y la ausencia de una revisión adecuada de los procedimientos administrativos como característica de esta gestión.
Esto políticamente ha sido un regalo para la oposición para mantener vigente otro error gubernamental mediante Comisiones Investigadoras, presentaciones en Tribunal Constitucional que mantienen en el tapete público este episodio que solo son costos para el gobierno.
Pero esta cadena no termina ahí.
Como reemplazante de la ministra de Bienes Nacionales -a quién se le pidió la renuncia por estas desprolijidades- se nombra a un amigo personal del Presidente desde su época de dirigente estudiantil que se caracterizó por sus ataques y descalificaciones a políticos concertacionistas como al ex Presidente Ricardo Lagos, a Sergio Bitar, a la ex Presidenta Bachelet, a Camilo Escalona quienes sufrieron críticas destempladas y agresivas de parte del hoy nuevo ministro.
O sea, no bastó afectar la imagen del ex presidente Allende sino que ahora se premia con un ministerio a un vocero ultra del sentimiento anticoncertacionista que ha primado en el Frente Amplio y en estas nuevas generaciones de políticos que se han caracterizado -al momento de los quiubos- por su mala gestión gubernamental.
Una mala gestión que nos tiene como país con un nivel de inseguridad nunca vivido, con una cotidianeidad afectada donde las familias se encierran en sus casas tipo 21 hrs, con una economía que crece en torno al 2%, con una alta informalidad laboral y ahora este primer semestre viviremos un rebrote inflacionario que llegaría al 5% según las proyecciones del Banco Central.
Hoy por primera vez el futuro de nuestros hijos se ve más complicado que el de los padres, con dificultades para acceder a la vivienda propia, a un trabajo estable lo que se ha convertido en conversaciones recurrentes en las familias.. Por eso, la incertidumbre, la falta de certezas y el miedo por el presente y el futuro son temas de conversación que están hoy muy instaladas en las familias chilenas.
Lo único rescatable de estos días ha sido la oportuna condena gubernamental -representando el sentimiento mayoritario del pueblo chileno- al fraude electoral en Venezuela y el desconocimiento a la dictadura de Maduro. En momentos en que la democracia y la voluntad democrática del pueblo venezolano es violentada, es reconfortante que presidente de Chile cuestione a la dictadura de Maduro.
Pero en lo interno cada día puede ser peor porque en el gobierno predomina la ignorancia como resaltó un influyente columnista.