Con un crecimiento de 5% de participación femenina en los cargos directivos de la educación superior, en el periodo 2017-2022, puede afirmarse que Chile va por la senda correcta en la materia, pero con el gran desafío de romper el llamado “techo de cristal”, término implementado en 1986 y que hace referencia a las barreras invisibles que les impiden a mujeres calificadas acceder a niveles de responsabilidad superior.
Así lo afirma José Venegas, jefe de Estudios de Fundación AEQUALIS, al dar a conocer la reciente investigación de esta entidad, el cual compara los resultados 2022 con los la primera investigación sobre el tema realizada en 2017 por AEQUALIS.
Agrega Venegas que de los datos entregados “se infiere un positivo avance, al pasar de un 27% el año 2017 a un 29% el año 2019 y a un 32% el año 2022, lo que marca una evolución creciente,”.
Junto con reconocer que aún no es posible hablar de paridad de género y que el país mantiene un desafío concreto en este ámbito, Venegas hace notar que “la literatura indica que cuando la participación femenina en una posición directiva alcanza el 1/3, lo que se logró el año 2022 de acuerdo con el presente estudio, se estaría en presencia de un proceso de mejora creciente, en donde el talento directivo no tiene un sesgo de género. Por ello, Fundación AEQUALIS continuará monitoreando este indicador, que es clave para evaluar un aspecto de la calidad del sistema de educación superior".
Similar es la opinión de Fernanda Valdés, integrante del directorio de AEQUALIS, al reconocer que “hay avances, pero ciertamente tenemos un problema. En términos generales, en las universidades la participación femenina en cargos directivos es muy menor y desde la perspectiva de la experiencia comparada en instituciones europeas o norteamericanas, la brecha es aún mayor. Aunque en los institutos profesionales los resultados son más auspiciosos, aún queda mucho camino por recorrer”.
Proceso de feminización
A juicio del jefe de Estudios de Fundación AEQUALIS, lo positivo es que el resultado para el año 2022 podría reflejar, lo que se conoce como el proceso demográfico de feminización, que es descrito cuando la composición de género de una ocupación o posición pasa de ser dominada por hombres a que las mujeres alcancen un tercio o más en una organización (Bolton y Muzio, 2008).
El estudio realizado en agosto de 2017, junto con mostrar que el 27% de los cargos directivos de la educación superior en Chile estaban ocupados por mujeres, también evidenció una diferencia según el tipo de IES evaluada, siendo las universidades las instituciones con más baja participación (22%). Por otra parte, según la óptica del tipo de cargo, las rectorías estaban ocupadas por mujeres solo en el 13% de los casos, no así cargos de directores, con mujeres en el 41%.
Una medición más reciente, publicada en diciembre de 2021, por Revistas.Udec.cl (Benjamín Hirsch Gómez), determinó que la participación femenina es baja en comparación a la participación masculina, siendo el cargo con mayor diferencia el de rector, con 11% de mujeres, mientras en los puestos de vicerrectoría ellas alcanzaron 28% y en decanatos 26%.
Metodología
Consultado sobre la metodología aplicada en el estudio recién publicado, Venegas dice que se recurrió al registro Autoridades Unipersonales en las Instituciones de Educación Superior, información que periódicamente publica la Superintendencia de Educación Superior, actualizado en marzo de 2022. También, vía Transparencia, se obtuvo el registro oficial más antiguo de la Superintendencia de Educación Superior, el cual data de 2019.
Ambos informes, , entregan datos similares: nombre de la institución, nombre del directivo, cargo y fecha de nombramiento. “Contando con estos registros homologados, se procedió al cálculo de la participación femenina en ambos y al seguimiento de las personas en sus cargos. Esto último fue denominado, para efectos de este estudio, como “persistencia” (mismas personas que están en ambos registros en la misma IES). Fue posible también calcular y comparar el tiempo de permanencia promedio de estas autoridades”.
Por último, cabe señalar que el mencionado aumento de 5% registrado en la participación femenina en cargos directivos de las IES entre 2017 y 2022 ocurrió en todos los cargos, a excepción de los de rectores (directores) de sede.
A nivel de IES, también se observa un aumento marcado principalmente en universidades. Tanto IPs como CFTs muestran un estancamiento en la participación femenina de este tipo de cargos directivos.
En cuanto a la persistencia (misma persona en la misma IES entre 2019 y 2022) esta alcanza a 2/3 y, prácticamente, es igual entre hombres y mujeres. “Finalmente, hasta 2019 el promedio de permanencia en las IES era idéntica entre hombres y mujeres. Sin embargo, este mismo indicador medido hasta 2022 comienza a mostrar una brecha a favor de las mujeres (6,1 años de mujeres vs 5,7 años en los hombres), lo que se considera natural dado el efecto reemplazo entre los dos géneros. Dicho de otra forma, en los cargos directivos de la educación superior están participando más mujeres y además se están reemplazando menos que los hombres”, acota Venegas.
Fernanda Valdés agrega que “indudablemente se ha discutido y también avanzado en materia de equidad de género en las instituciones de educación superior en los últimos años en Chile. Sin embargo, este nuevo estudio de AEQUALIS da cuenta que se trata de un proceso lento, con alcances dispares y las iniciativas que se desarrollan parecen avanzar a distintos ritmos. Algunas instituciones han creado unidades especializadas que asumen la gestión de acciones orientadas al logro de mayor paridad. Otras, han asumido este desafío desde sus políticas de investigación, docencia y vinculación con el medio, promoviendo a través de ellas mayor participación femenina en el quehacer académico. Cualquiera sea la fórmula que se adopte, es importante que las instituciones evalúen si son eficaces para lograr identificar, ofrecer oportunidades, retener e incentivar el talento femenino”.
Finalmente, concuerdan al decir que Fundación AEQUALIS continuará investigando en esta área pues “todos los estudios tendientes a realizar mediciones que monitoreen la equidad de género tienen un valor en sí mismos y contribuyen a lograr una mejor sociedad. El presente análisis pretende mostrar evidencia respecto de la situación actual en términos de la participación de mujeres en cargos directivos de la educación superior chilena. Alcanzar mejores niveles de equidad sería señal de que en estos cargos se privilegia el talento, los méritos y la experiencia por sobre el género u otras discriminaciones”.
Fernanda Valdés concluye afirmando que “la evidencia señala que es necesario ampliar nuestras perspectivas para un mejor desempeño institucional. En Chile no se trata simplemente de saldar una deuda, si no de comprender que la perspectiva equitativa de género permite hacernos cargo de mejor modo, de la gobernanza de las instituciones, de los desafíos formativos y de tomar mejores decisiones para encarar los cambios que enfrentamos como país”.