El Gobierno responsabilizó el martes al club Universidad de Chile, organizador del clásico universitario, por los graves incidentes que obligaron a suspender el domingo el duelo ante Universidad Católica en Concepción.
Según expuso el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, el organizador del encuentro cometió al menos siete infracciones, por lo que los azules arriesgarían una millonaria multa.
A los dichos de Monsalve respondió durante esta jornada la vicepresidenta de la concesionaria, la exministra Cecilia Pérez, quien manifestó en un punto de prensa que “son lamentables las declaraciones del subsecretario. El enemigo no es la U ni los clubes de fútbol, sino que los delincuentes que cobardemente se encapuchan para cometer delitos dentro de los estadios”.
“Tenemos la tranquilidad de haber cumplido con la ley y lo que solicitó la Delegación Presidencial del Biobío. Se nos solicitaron 350 guardias y tuvimos 357, uno cada 60 personas. Hay cosas que son innegables como los fuegos de artificio dentro del recinto, eso no lo vamos a negar. El sentido común es la ley, ¿no debería estar el Ministerio del Interior, que tiene el mandato legal de que no se comercialicen estos artefactos?”, continuó.
Asimismo, Cecilia Pérez señaló que el club aún no es oficiado por las siete faltas graves, que son:
Cámaras: mala cobertura y calidad.
Elementos tecnológicos: no uso sistema de megafonía.
Guardias de Seguridad: operatividad (ingreso de elementos prohibidos).
Identificación: no se ha identificado a las personas que cometieron desórdenes.
Jefe de seguridad: ausencia, operatividad, permanencia en caseta
Sistema Control Acceso e Identidad: ingreso de personas con código 102.
Obstrucción vías de acceso (Galería Sur).
Acerca de esto, Pérez declaró que “es mentira que el jefe de seguridad no estaba. Siempre se mantuvo desde antes del partido hasta que terminó en la cabina de seguridad. Yo me pregunto dónde estaba el Delegado Presidencial dando tranquilidad a los hinchas. Yo le respondo: al lado mío viendo el partido".
En tanto, “si las cámaras tienen mala calidad, por qué se sigue jugando ahí. Si es un recinto público, por qué no han existido los recursos públicos para modificar esa central de cámaras. Nuevamente tirando la pelota donde no corresponde. Con sus declaraciones, los delincuentes quedan felices”.
Finalmente, afirmó que “lo que se está viviendo en los estadios, no es ni más ni menos de lo que viven todos los chilenos. El subsecretario puede estar muy tranquilo porque día y noche tiene Carabineros resguardando su seguridad. ¿Pueden tener los chilenos esa seguridad? La respuesta es no”.