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Los millones de la fe: el cuantioso patrimonio de la familia del pastor que insultó a la presidenta

El diario La Tercera entregó un reportaje donde develaba el importante patrimonio económico que maneja el clan Durán.

Después de cobrar notoriedad en el pasado Te Deum evangélico, Eduardo Durán Salinas se transformó en un mediático personaje. Tanto así que después del incidente se supo que su intención fue posicionar su candidatura a diputado.
 
Lo que no todos sabían era que Durán Salinas era hijo de uno de los principales pastores de la Iglesia evangélica chilena, Eduardo Durán Castro. Él ha sido uno de los principales detractores de la agenda valórica del Gobierno y un cercano, al igual que su hijo, a Sebastián Piñera.
 
Ellos encarnan lo que se conoce como el sector más conservador de la Iglesia evangélica. Eduardo Durán Castro, aunque se declare “neutral” políticamente, se le reconoce por su estrecha sintonía con el candidato de Chile Vamos y por convertirse en una de las figuras con más peso al interior de las iglesias evangélicas y protestantes.
 
Los bienes del obispo
 
La semana pasada el diario La Tercera entregó un reportaje donde develaba el importante patrimonio económico que maneja el clan Durán.
 
Un Mercedes Benz modelo S500, del año 2016, avaluado en 88 millones de pesos. Ese es el automóvil que posee la Primera Iglesia Metodista Pentecostal. Según la información comercial, la entidad religiosa también tiene cinco propiedades, dos de ellas destinadas al culto, por un total de 60 millones.
 
Pero el verdadero capital inmobiliario lo tiene el obispo a título personal. En el registro de bienes raíces figuran a su nombre 14 propiedades habitacionales, nueve estacionamientos y cuatro bodegas, por un total de $985.919.528 en avalúo fiscal, lo que en avalúo comercial puede equivaler al doble.
 
Se trata de departamentos en Viña del Mar, Las Condes y Providencia, además de casas en Algarrobo, Linares, Lo Espejo, Conchalí y Pudahuel (esta última dedicada a culto), oficinas comerciales en Estación Central a pasos de la Catedral Evangélica y un predio agrícola en Isla de Maipo. La mayoría de los terrenos fueron adquiridos en los últimos diez años.
 
 
También tiene a su nombre seis vehículos: dos camionetas, un furgón, una station wagon GMC 4×4 de 2016 y dos automóviles antiguos de colección, marca Ford, de 1928 y 1929.
 
Aunque en su información comercial no registra profesión, el obispo Durán ha incursionado en dos empresas. En el Diario Oficial figura la pyme Transportes Jotabeche Cuarenta Limitada, que creó en el año 2010 con un capital de $ 20 millones, y posee un bus.
 
Desde 2012 presta servicios diarios a la Municipalidad de Lampa, que dirige la alcaldesa Graciela Ortúzar (RN). Durán vendió la empresa a fines de 2016 y hoy tiene 15% de participación en Innovaciones Descontaminantes Indesc Limitada, creada en 2014 con un capital inicial de $ 60 millones, para generar insumos para la minería.
 
Su hijo Eduardo Durán Salinas también es dueño de un importante registro inmobiliario. Es propietario de cinco bienes raíces por 815 millones en avalúo fiscal, aunque dice que debió desprenderse de una casa para financiar su actual campaña política. En las dos oficinas que posee en calle Obispo Manuel Umaña, a pasos de la catedral, están domiciliados algunos de sus emprendimientos empresariales que ha lanzado junto a su hermana Carolina Durán, entre los que se cuenta la constructora Alfaomega inversiones ingeniería, creada en 2003 y desde la que ha desempeñado su profesión de ingeniero civil en obras civiles de la Universidad de Santiago. En su currículum también declara un MBA en Tulane University y un master en Georgetown University.
 
Afirma que aunque se ha ganado la vida como constructor civil, sus ingresos fijos han sido como gobernador en el pasado gobierno y también como vocero y director de relaciones públicas del Concilio de Iglesias Evangélicas.
 
¿Millones en la Iglesia?
 
Para el sociólogo Juan Jiménez la realidad puede sonar a una paradoja, pero lo cierto es que deja entrever “el elevado financiamiento con que cuentan los cultos religiosos de nuestro país, en este caso el de las principales autoridades evangélicas. Queda claro que hablamos de una élite”, comentó.
 
“Se espera que las autoridades de los cultos religiosos den un ejemplo ético y moral, ya que un grupo bastante importante de sus seguidores no son acaudalados; es más, muchos de ellos editan en lo profundo de la pobreza monetaria. Puede ser visto como una contradicción sociológica, pero la verdad, si miramos los siglos anteriores, se trata de una continuidad”, aseguró.
 
“Lo que ocurre con esta situación particular es el cercano nexo que hay entre la derecha política y un sector de la directiva evangélica, los que han incursionado e incursionan con cargos políticos. No tendría que haber algo malo en esto, salvo que se encuentre algo ilícito”, finalizó.
 
Para el psicólogo Andrés Morales hay un choque fuerte con la realidad que se aprecia de forma diaria y que no se condice con “las riquezas que poseen estas autoridades religiosas. Del culto religioso que sean, las desigualdades deberían no presentarse a nivel espiritual”, reflexionó.
 
“Lamentablemente vemos cómo el dinero ha permeado todo, y ya no podemos tener autoridades religiosas cuyos intereses sean netamente espirituales, pues ahora el sistema económico y la política ha convertido todo en un botín, hasta la fe”, finalizó.