El arzobispo de Puerto Montt, Cristián Caro, refutó las hipótesis que hablan de una "crisis" al interior de la Iglesia Católica chilena. Para él, "hay un problema serio que hay que afrontarlo, pero no diría una iglesia en crisis".

Además, llamó la atención por sus dichos al señalar segundos después que su apoyo al cuestionado obispo de Osorno, Juan Barros, radicaría más bien en una solicitud que le hizo la Iglesia, y no a un sentir genuino: "La Iglesia me pidió expresamente que tenía que apoyar a Barros (...) Habrá que ver si lo sigo apoyando".

Por su parte, el obispo de Valparaíso, Gonzalo Duarte, también atendió a la prensa en el aeropuerto de Roma señalando que espera "que el Papa nos diga lo que tiene que decir".

Junto a asegurar que desconoce si habrá obispos desvinculados, enfatizó que en su caso personal "estoy renunciado y me gustaría irme. Llevo 20 años de obispo en Valparaíso y ya renuncié hace ocho meses". 

En tanto el cardenal Francisco Javier Errázuriz llegó este domingo, y se mostró confiado en las decisiones que pueda tomar el jefe de la Iglesia a partir de este martes.

En conversación con 24 Horas, el ex arzobispo de Santiago desmintió las versiones que hablaban sobre su posible inasistencia: "Pensaban mal pues, porque terminé yendo. Hay personas de la quinta edad que cuando toman una decisión no la cambian, y otros que son un poco menores, la piensan de nuevo y cambian".

Respecto a su permanencia en el llamado "G9" de cardenales que asesoran en diversas material al Papa Francisco, Errázuriz dijo que "eso depende del Papa, y normalmente en Roma los trabajos se dan por cinco años. Los estamos cumpliendo, yo soy el mayor de la comisión. O sea, va a llegar el día en que el Papa busque a alguien más joven. Esto no tiene nada que ver con los líos actuales".