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Muere el coronel Sergio Arredondo, agente DINA condenado por la Caravana de la Muerte y uno de los promotores del Golpe

Este miércoles falleció el coronel (R) Sergio Carlos Arredondo González, condenado por delitos de lesa humanidad en el marco del caso Caravana de la Muerte y brazo derecho del general (R) Sergio Arellano Stark.

Arredondo, de 91 años, quien cumplía condena en Punta Peuco,  se encontraba internado en el Hospital Militar desde enero aquejado de una enfermedad terminal.

Sus funerales serán el cementerio parque del recuerdo el jueves, después de una misa que se efectuara a las 11.00.

Según señaló el abogado Carlos Meza, se había solicitado el indulto presidencial en el mes de marzo de este año al Presidente Piñera sin haber tenido respuesta.

El prontuario de Arredondo

En Memoria Viva, portal de los derechos humanos, se señala que Sergio Carlos Arredondo Gonzalez, fue brazo derecho del general Sergio Arellano Stark y uno de los principales instigadores del golpe de Estado en las filas del Ejército desde la Academia de Guerra y con contactos privilegiados con los servicios de inteligencia de Estados Unidos.

Descrito por los informes de inteligencia estadounidense de la época como “uno de los anticomunistas y antimarxistas duros” y amante del buen whisky. El oficial de Caballería supo siempre mantener cuotas de poder pero sin ocupar el rol protagónico: su placer era dirigir las piezas desde el fondo del escenario. El inicio de la dictadura lleva su huella. El mismo 11 de septiembre de 1973 fue nombrado jefe de Estado Mayor del general Sergio Arellano Stark, a cargo de las operaciones en Santiago, y luego fue su mano derecha en la fatídica Caravana de la Muerte.

Arredondo está directamente involucrado en los crímenes de nueve prisioneros políticos en Quillota, en enero de 1974.

En septiembre de 1973 era director de la Academia de Guerra del Ejército. Y precisamente en esas instalaciones, Manuel Contreras tendría el primer cuartel secreto de la DINA. Entre los primeros agentes operativos de ésta figuraban nombres como Pedro Espinoza, Marcelo Moren Brito, Fernández Larios y un grupo de oficiales reclutados por Arredondo para fungir de fusileros en la Caravana de la Muerte.

Formó parte de la "Caravana de la Muerte," comitiva militar que en octubre de 1973 viajó en helicóptero a Los Cauquenes, La Serena, Copiapó, Antofagasta y Calama, donde dio muerte a 72 presos políticos. Es identificado como el segundo hombre de Arellano Stark en la Caravana de la Muerte.

Entre 1976 y 1978 fue agregado militar en Brasil. Según la investigación de la periodista Patricia Verdugo, Arredondo habría sido el encargado de la DINA-Brasil y hombre importante en el aparato exterior de la DINA

Sergio Carlos Arredondo fue agregado militar de Chile en Brasil y representante de Codelco en Sao Paulo.  Mientras estaba en Sao Paulo, confirmó haber participado en misiones militares en 1973 y admitió los fusilamientos, pero siempre negó su participación en las ejecuciones, señalando que eran de responsabilidad de las autoridades militares locales. "No lo recuerdo bien, porque ha  pasado ya tanto tiempo. Pero es probable que haya ocurrido uno que otro fusilamiento legal. Pudo haber sucedido, pero sacarlo a relucir ahora es sólo por espíritu de revancha", declaró en 1986 al Jornal do Brasil.            

Otro antecedente que vincula a Arredondo en este tipo de hechos es la mención que se hace de él en una declaración jurada del chileno Juan José Soto Vargas, quien confesó haber sido agente de la Central Nacional de Informaciones (CNI) y haberse contactado en Brasil con Arredondo en la mencionada ciudad. Sergio Carlos Arredondo fue compañero de curso del general Manuel Contreras y habría participado directamente en las ejecuciones. 

En agosto de 1978 fue detenido algunos días en EE.UU, tras petición de familiares de ejecutados.

Cuando más tarde su compadre y amigo Manuel Contreras se convierte en el segundo hombre más poderoso de Chile, Arredondo lo sigue en las sombras. Esa complicidad resultó decisiva para Contreras, ya que es el propio Arredondo quien lo lleva ante Pinochet días después del Golpe para que le presente su plan de la DINA, idea que acoge con beneplácito el último hombre que se sumó a la conjura. Pinochet requiere de ayuda para imponer su autoridad entre golpistas de sólidos y clandestinos lazos. Contreras le proporcionará la principal herramienta que le faltaba para erguirse como el nuevo dueño del poder.