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Para las nuevas generaciones: muere embajador mexicano que salvó de la dictadura a la familia de Allende y a cientos de chilenos

Gonzalo Martínez Corbalá, quien fuera embajador de México en Chile al ocurrir el golpe de Estado de 1973, fue quien facilitó el asilo de la familia del derrocado presidente Salvador Allende y de numerosos chilenos. Incluso le tenía un avión especial a Pablo Neruda

La historia muchas veces guarda nombres importantes que muy pocos conocen. Representantes de hidalguía y conciencia humana cuyos gestos y actos siguen en secreto para el grueso de la sociedad.
 
Gonzalo Martínez Corbalá, quien fuera Embajador de México en Chile al ocurrir el golpe de Estado de 1973, fue quien facilitó el asilo de la familia del derrocado presidente Salvador Allende y de numerosos chilenos; lamentablemente falleció este domingo.
 
“Lamento profundamente la muerte del ingeniero Gonzalo Martínez Corbalá, político y diplomático ejemplar para muchas generaciones de mexicanos”, escribió en la red social de twitter el ministro de Educación mexicano, Aurelio Nuño.
 
Martínez Corbalá tenía 89 años de edad. Era militante del gobernante Partido Revolucionario Institucional.
 
Algo de historia
 
Tras el golpe lanzado por la junta militar el 11 de septiembre de 1973, Martínez Corbalá brindó protección a la esposa de Allende, Hortensia Bussi, y a dos de sus hijas, Beatriz e Isabel, a quienes dio asilo en la sede mexicana en Santiago.
 
El embajador consiguió, el 15 de septiembre, sacar de Chile hacia México a la familia de Allende y a otros chilenos. Gestionó también el exilio del poeta Pablo Neruda, pero éste falleció el 23 de septiembre de 1973.
 
Durante días, con autorización del gobierno mexicano, abrió las puertas de la embajada a cientos de chilenos que buscaban refugio.
 
México rompió relaciones con Chile en 1974 y fueron reanudadas en 1990 con el restablecimiento de la democracia.
 
En 1992 recibió la Gran Cruz de la Orden al Mérito de Chile por su solidaridad con el pueblo chileno. En 2015, durante una visita a México, la Presidenta Michelle Bachelet encabezó un homenaje para Martínez Corbalá, a quien agradeció el apoyo a la familia Allende y a cientos de chilenos que estaban en la mira de la dictadura, como ilustra la fotografía de esta crónica.
 
Reflexiones
 
Para Alicia Lira, presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP), el reconocimiento es “muy grande a la figura de Gonzalo Martínez. Nosotros queremos recordarle a todos los chilenos cómo este Embajador fue un factor importante en salvar vidas en los momentos más lamentables del golpe cívico-militar del año 1973”, dice.
 
“Se trato de una persona que se preocupó en tratar de sacar del país a Pablo Neruda, así como de otros familiares. Nos parece que si no se le recuerda con tanta fuerza en nuestra historia reciente, se debe a nuestra mala memoria como país histórico. Nos parece que se relaciona con la falta de verdad y justicia que ha perdurado en nuestro país”, comenta Lira.
 
Al comentar el accionar del embajador es tajante: “Él puso en riesgo su vida en esa situación, ya que no se respetaba la vida de nadie. Tenemos que entregar nuestra solidaridad y agradecimiento eterno a los familiares del exEmbajador que se mantienen con vida. Él fue un héroe”, finalizó.
 
 
Para el abogado de derechos humanos Héctor Salazar este tipo de actos, si bien no son del todo conocidos, si cumplen un rol relevante en nuestra historia. “En esos tiempos a nivel diplomático no fue algo tan extraño. Esto se debe al impacto que causó a nivel internacional el golpe contra el presidente Allende, lo que hizo que muchos países realizaran actos de colaboración y ayuda”, comenta el abogado.
 
“Si no me equivoco, el Embajador de Venezuela, personalmente trajo un avión para llevarse a todas las personas que se encontraban asiladas en su embajada. Sin importar la cercanía con el gobierno de Salvador Allende, hubo una preocupación por acoger a los perseguidos. Tal como lo realizó Gonzalo Martínez”, agregó Salazar.
 
Consultamos a Sergio Bitar, destacado hombre público y exministro de Minería de Salvador Allende, sobre la figura de Gonzalo Martínez.
 
“Tengo la mejor impresión de su aporte en los momentos duros. Muchos embajadores tuvieron una posición similar, como lo fueron los representes italiano, el sueco y francés, pero en el caso del Embajador Martínez el recuerdo se encuentra grabado en mi mente y en mi corazón”, confiesa Bitar.
 
“El arriesgó su vida para defender y salvar la de cientos de personas. No tuve un contacto directo con, dado que fuí llevado a la Isla Dawson y después expulsado del país. Sin embargo, durante mi exilio en Estados Unidos y en Venezuela, pude ir a México donde nos reuníamos parte de los chilenos para organizar la oposición a la dictadura. En esas oportunidades pude notar que los chilenos radicados en ese país sentían un fuerte respeto y aprecio por su figura. La misma viuda del presidente Allende se sumaba al reconocimiento de la labor del Embajador”, comentó.