Alumnas deponen toma feminista de la Casa Central de la Universidad Católica. Esa fue la noticia que se conoció la tarde de ayer luego de que las negociaciones entre el rector Ignacio Sánchez y las estudiantes llegaran a buen puerto. Uno de los compromisos acordados para deponer la movilización tiene relación con los cerca de 20 estudiantes transgénero que son parte de la comunidad universitaria de la UC.
Y es que, pasada unas horas de haber finalizado la toma, la universidad anunció que dichos alumnos y alumnas podrán utilizar su nombre social en el correo institucional y en la tarjeta universitaria, además de la instalación de baños neutros e inclusivos en todos los campus.
Medida que formaba parte del petitorio de 11 páginas que las estudiantes presentaron a las autoridades de la UC el pasado viernes, cuando iniciaron la toma feminista. "No hay que tenerle miedo a conversar sobre estos temas", comenzó señalando esta mañana Sánchez en entrevista con Radio Agricultura.
Seguido de ello, continuó, "nosotros en la Universidad Católica estamos inmersos en la sociedad y en un país real. Tenemos entre 18 y 20 estudiantes trans que están estudiando en la universidad. Queremos acogerlos, queremos conocer sus necesidades, queremos hacer para ellos una institución acogedora, y queremos ver cómo podemos colaborar con el desarrollo y con la promoción de cada una de estas personas".
"No tengo ningún temor a que la Universidad Católica analice estos temas, porque creo que nuestra universidad tiene que seguir liderando el sistema universitario nacional", agregó el rector. Y para eso, sostuvo, la UC "tiene que escuchar los tiempos, los cambios sociales que ocurren, e incorporar eso para el beneficio de la comunidad universitaria y del país".
En cuanto a algunas críticas que surgieron en contra de Sánchez, en donde voces aseguran que las estudiantes le habrían "doblado la mano" por haber cedido ante la toma, el rector alzó la voz y desestimó los cuestionamientos. "Aquí no se dobló la mano a nadie. Si alguien piensa que la lógica es doblar la mano uno al otro, quiere decir que no ha participado de estas situaciones", recalcó.
Explicó también que "nosotros pusimos condiciones como una toma completamente pacífica, con el cuidado estricto de la universidad. Las dos se cumplieron". "Las decisiones las tomé con convicción y seguro de que era lo mejor para la comunidad universitaria (...). La universidad es un lugar de diálogo y consenso", concluyó Sánchez.