Oh I'm just counting

Reportaje Cambio21. Recuperación económica pospandemia: Todo dependerá del gobierno si está dispuesto a gastar más

Por María Sepúlveda  
 
Nadie puede negar que este año la economía del país ha estado sobre las cuerdas como en un ring, donde todos pelean por sacar su mejor tajada. Pero las cifras son rotundas, suben y  bajan de acuerdo al  área que se refieran, pero al final, en este caso, hay que decir que no son buenas y compararnos con nuestros vecinos no es lo mejor, según los expertos, más vale compararse así mismo, o sea, como estábamos antes. Pero, lo cierto es que Chile, venía con malas cifras económicas antes del estallido social y de la pandemia, por eso que nos pegó más fuerte todo lo que ha pasado en los últimos 15 meses. Y tampoco sabemos cuál será nuestro futuro inmediato porque estamos ad portas de un rebrote del virus covid-19.
 
 Hace poco, con motivo de la discusión del Presupuesto de la Nación, que fue muy intensa,  el ministro de Hacienda, Ignacio Briones habló de un escenario económico un poco más optimista y con esa premisa se trabajó el Presupuesto, que por insistencia de la oposición en el Congreso el gobierno debió acceder a cambiar varias de las cifras asignadas a importantes áreas como Educación, Ciencia e Innovación, Cultura, Salud y otros.  
 El ministro Briones aseguró en esa ocasión que el país tendrá el mejor desempeño acumulado en la región en el período 2020-2021, lo que considera resultados anuales de -5,5% este año y 5% el próximo. "Nos parece que es un escenario realista" al que el gasto considerado en el Erario contribuye, recalcó. No obstante, advirtió que el escenario es aún incierto, como lo dejó en evidencia el Imacec de agosto de -11,3%, un mal resultado que no estaba previsto y muy distinto al registrado en julio. "La recuperación no está asegurada. Todavía estamos en un momento frágil, en un momento de debilidad económica, si bien hay signos de recuperación", comentó  el dueño de la billetera fiscal.
 Las cifras
 
Empero, el Banco Mundial empeoró la proyección económica para Chile en 2020. La caída de la economía sería de 6,3%, mucho peor que lo estimado por Briones, 5,5%.
En tanto, el Fondo Monetario Internacional (FMI)  moderó su pesimista visión económica 2020, pero Chile sacará peor nota que el mundo. El próximo año, el PIB nacional se expandiría 4,5%, casi un punto porcentual más que lo esperado para América Latina, pero bajo el promedio del mundo.
En el último informe de Perspectivas Económicas Globales publicado por el FMI, hay una mejora en la previsión para el país desde una baja del PIB de 7,3% a una de 6%, lo que repercute en una estimación algo más acotada del repunte del próximo año, desde 5% a 4,5%.
 
El FMI no entrega argumentos para este panorama un tanto más optimista. Sin embargo, el factor cobre es lo que hace que su proyección sea más alta porque las expectativas relativas al precio del metal rojo son elevadas. Al respecto, consigna que “los precios del cobre aumentaron 14,4% en medio de un creciente optimismo sobre la recuperación económica de China, la caída de los inventarios y las interrupciones del suministro en países productores clave (Chile y Perú)”.
 
El cobre
El cobre, ha batido varios records los últimos meses. La última vez se cotizó  en US$ 3,52 cada libra, el mayor valor de mineral visto desde marzo de 2013, cuando se empinó por sobre los US$ 3,53. La principal exportación del país ha mostrado una notable recuperación desde su nivel más bajo de este año en marzo (US$ 2,09), y ha crecido desde esa fecha en un 68%, completando además, desde septiembre, promedios mensuales por sobre los US$ 3, y dos meses consecutivos con valores diarios por sobre dicha barrera.
 
Además de la consolidada reactivación de la economía de China, principal consumidor de cobre del mundo, están impulsando el precio del commodity las mayores expectativas en torno a vacunas para controlar la pandemia, y las conversaciones para lograr un brexit moderado. China se encuentra en una fase de crecimiento acelerado, que según Cochilco, se explica por del sector exportador de productos electrónicos, así como por la producción automotriz, lo que ha potenciado la demanda de metales industriales desde la segunda mitad del año. En el corto plazo, y a medida que el resto del mundo comience a recuperarse, lo que se prevé para 2021, es que la demanda de cobre se fortalecerá.
El que China haya controlado el coronavirus y esté creciendo a un ritmo que no ha conseguido ningún otro país, es un aliciente, ya que el gigante asiático es el principal consumidor de cobre.
Según la última actualización de Cochilco, el precio promedio para este año pasó de US$ 2,62 a US$ 2,75, lo que se valoriza en unos US$ 750 millones extras en creación de valor, que incluso podrían seguir creciendo, ya que actualmente el promedio anual se encuentra en US$ 2,77. Mientras que en 2021, serían otros US$ 290 millones. Según explicó el profesor del departamento de Minería de la Universidad Católica, Gustavo Lagos, por cada centavo que sube el precio, el Fisco obtiene hasta unos US$ 60 millones extra. “El precio sigue subiendo, lo que augura cosas positivas para lo que se pueda ver en 2021”, afirmó Lagos.
 
De esta manera, nuestro país sería el tercero menos afectado en Latinoamérica, tomando la caída del 2020 y el repunte de 2021. Además, la previsión para este año, se acerca a la que maneja el Ministerio de Hacienda, donde actualmente se apunta a una contracción de 5,5%. En ese marco, si bien el titular de dicha cartera, Ignacio Briones, destaca la nueva lectura que ofrece el organismo multilateral, que además queda perfectamente alineado con la estimación del Banco Mundial, se toma la noticia con cautela.
 
“Vivimos tiempos difíciles. El desafío es enorme a nivel mundial y también a nivel de nuestro país”, señala y agrega que la prioridad del gobierno “es recuperar nuestra economía, recuperar nuestro empleo, nuestros trabajos (...) Esperamos encontrarnos en este objetivo de levantar nuestra economía y sobre todo recuperar el trabajo perdido” precisa Briones.
En otro aspecto, la base de datos actualizada del FMI reveló otro gran reto económico para el país; el del PIB per cápita. La posibilidad de que Chile fuera el primer país de América Latina que sobrepasara los US$30.000 en 2022, como el mismo organismo lo anticipaba años atrás, así como el sueño de alcanzar el nivel europeo, están cada vez más lejanos.
Según el Fondo, Chile alcanzó un máximo de US$25.057 el año pasado (medido a poder de paridad de compra a dólares corrientes), nivel que recién podría recuperar en 2022. Para 2020 prevé que se llegará a US$23.455, lo que implica una caída de US$1.602 en relación al año pasado y, además, es su menor nivel desde 2016.
 
Para el economista Joseph Ramos, “la caída del PIB per cápita podría ser del orden del 7%” Así destaca que “casi todos los países de la región están afectados de forma similar, así que si hay algún consuelo es que seguimos delante de todos, menos Panamá”. En efecto el país centroamericano lograría retener el liderazgo que ostenta desde 2013 hasta al menos la primera mitad de esta década, con una ventaja de PIB per cápita sobre Chile que crecería desde los US$6.579 de este año hasta US$9.184 en 2025, año en el que ellos alcanzarían los US$37.843.
Inversión
La inversión es un factor importante para la reactivación y así lo reconocen las autoridades que en realidad han anunciado varios planes con ese objetivo, pero al final todo se desinfla como un globo porque finalmente nadie sabe qué pasó. Informes del FMI señalan que ésta ha tenido una leve mejoría en lo más reciente, favorecida por la gradual reanudación de obras y faenas, aunque permanece más rezagada que lo anticipado en el último Informe. Tras caer 13% este año, para el 2021 se proyecta que la formación bruta de capital fijo aumente 7,3%. Esta proyección se encuentra sujeta a grados de incertidumbre más elevados que lo usual. Por un lado, las encuestas de perspectivas, catastros, la evolución del precio del cobre y de los activos financieros dan cuenta de antecedentes mixtos.
Por otro, la situación financiera de las empresas, afectada por caídas de utilidades y mayor endeudamiento, podría limitar la capacidad de emprender nuevos proyectos. Se suma el aún elevado nivel de incertidumbre sobre el ritmo de crecimiento y su composición, así como los temores por la reaparición de episodios de violencia como los de fines del 2019.
 
En tanto, el Banco Central en su último Informe de Política Monetaria (IPoM) proyecta una caída de hasta 6,25%, cifra más profunda que la del mes de septiembre. Sin embargo, también espera una recuperación en 2021 de hasta 6,5%, superior a lo que se estimó hace tres meses.
Con respecto a esas proyecciones, el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, sostuvo que “hemos dicho que la recuperación es algo que no opera con piloto automático, esto depende muchísimo de las incertidumbres internas de la pandemia, de cómo se desenvuelva la enfermedad y los resguardos que todos tenemos que tomar”.
 “El mejor antídoto contra la enfermedad y el mejor catalizador de la actividad económica es que podamos desarrollar nuestra actividad cotidiana de manera normal y para eso requerimos todos poner lo nuestro”, dijo.
 
Además, Briones resaltó que “creo que está en línea con lo que hemos señalado, hay un escenario, qué duda cabe, ha sido muy duro, muy difícil este año, con caídas inéditas en la actividad económica. Vemos, eso sí, señales de recuperación“.
 
Concentración económica
De todos modos hay economistas que plantean que Chile tiene que solucionar viejos problemas para seguir creciendo y desarrollarse. El ex presidente del Banco Central, Roberto Zalher precisó que “el problema más de fondo en Chile es la concentración económica que tiene el modelo chileno”
También destacó que la responsabilidad fiscal no se verá afectada si el país echa mano a recursos ahorrados y créditos con muy bajas tasas de interés porque “Chile tiene mucho espacio todavía para gastar lo que ha gastado hasta ahora” Y apuntó que “decir que no tenemos espacio fiscal para endeudarnos es “incomprensible”
 
Política fiscal no da el ancho
El economista ex Tesorero General de la República, Hernán Frigolett se refirió en Cambio21 al desarrollo de la economía del país el último año.
 
¿Cuál es el balance que hace usted de la economía el país?
Una recesión de gran magnitud, con una caída del producto que va a ser en torno a 6, 7 % y con un nivel de desempleo que está instalado en torno al 25%, si es que usamos metodologías que corrigen la tasa tradicional de desempleo incorporando aquellas que salen del mercado laboral y quedan fuera de la fuerza de trabajo, pero con intenciones de volver en cuanto encuentren empleo.  En ese sentido tenemos un nivel de desempleo, un nivel de disminución de los ingresos de los hogares que es importante desde el punto de vista del retroceso en bienestar y que está graficado en toda la contracción que hemos tenido del gasto de consumo, precisamente en los hogares por las restricciones de ingresos a que se han visto sometidas.
 
Y por otro lado, una política fiscal que no ha dado el ancho de lo que se requería para estabilizar ese mismo consumo en los hogares y mantenerlos con  un nivel de integridad de los ingresos que les permitiera solventar los gastos corrientes.
 
¿Para el 2021 se habla de una nueva economía pospandemia.  Chile está preparado para esa etapa?
La pandemia ha develado la gran brecha digital que azota el país. Vemos que en la Región Metropolitana hay un sobre conjunto muy importante de alumnos que no han podido estar concurriendo a clases virtuales porque no tienen la accesibilidad necesaria y eso también afecta a los negocios de menor tamaño que no pueden incorporarse al rubro que tiene que ver con el delibery y el despacho a través de las redes que funcionan en términos de despacho institucional. Entonces, ahí tenemos un retraso que es enorme y que ha hecho mella en todo lo que es la capacidad de reaccionar de muchos pequeños negocios y de muchas familias que se encuentran marginadas de cualquier acceso al mundo digitalizado.
 
Y por otro lado, tenemos compañías del sector regulado que han hecho prácticas abusivas cobrando consumo en función de facturaciones totalmente  sobre estimadas y tenemos un conjunto de empresas que ha hecho grandes negocios asociados a esto. Y principalmente, lo vemos en la inflación que ha azotado a todo el rubro de consumo habitual, principalmente en supermercados donde los precios han marcado una tónica mucho más fuerte que el IPC promedio y ha sido la fuente de inflación durante toda la pandemia.
 
La inversión se supone que es muy importante para la reactivación. ¿Usted considera oportuno que se esté proponiendo cambios a la institucionalidad vigente en este ámbito?
Creo que se está aprovechando la circunstancia de tratar de facilitar  sobre todo lo que tiene que ver con legislación medioambiental  y en ese sentido yo creo que es más bien un aprovechamiento que tratar de darle una reingeniería al sistema y que lo haga que funcione de modo más eficiente, pero sin relajar las restricciones que tienen que tienen que cumplir las buenas inversiones. Y por otro lado, creo que la inversión está en un compás de espera porque, obviamente con la pandemia todo lo que tiene que ver con el rubro de la construcción es un problema de oferta, no es un  problema de demanda. Que ahora se va a transformar en un problema de demanda producto de la recesión, el desempleo y la caída en los ingresos de los hogares y, obviamente el poder de compra para el consumo habitual y el consumo no habitual se va a restringir.
 
De otro lado, tenemos toda esta situación que ha estado con los retiros de los fondos de pensiones y que han develado que se hace necesaria una revisión profunda del sistema previsional que tiene Chile porque los que han retirado sus fondos son ya casi cuatro millones de personas que han dejado sus cuentas en cero porque tenían un pequeño capital que no era suficiente para financiar pensiones. Entonces, en términos de cobertura lo que tenemos es una gran cantidad de ciudadanos de tercera edad que no tienen cobertura en el sistema privado y que por lo tanto, van a quedar en manos de lo que pueda ofrecerles el Estado y en ese sentido hay que avanzar en términos de establecer pensiones que permitan acceder a un estándar que esté acorde con los mismos indicadores que nosotros nos hemos dado como para evitar tener hogares en pobreza.
 
Entonces, hay que hacer una revisión estructural y obviamente el sistema de capitalización individual, para Chile, no es la solución más aun con la poca flexibilidad que muestra el mercado laboral para absorber por la vía de un trabajo formal la mano de obra que se ofrece. En ese sentido, tenemos que hacer un rediseño completo de todo el sistema previsional. Y, de la política pública en términos de que se requiere un mayor gasto público y  va a ver que buscar financiamientos permanentes y sobre todo a través de tener una recaudación que sea más estable y que se fortalezca sobre todo de los más altos ingresos.