El obispo de Rancagua, Alejandro Goic, renunció al Consejo de Prevención de Abusos, luego de reconocer que no había podido percatarse de los casos de abusos sexuales en su propia diócesis.
"He presentado mi renuncia indeclinable al Consejo. Necesito concentrar todas mis energías en la diócesis para esclarecer todos estos lamentables hechos, con mis hermanos sacerdotes, apoyando a todas las comunidades, en especial a las que más han sufrido y han quedado sin su párroco", dijo el obispo.
Goic debió reconocer que fue "poco cuidadoso" a la hora de prestar atención a las actividades de los sacerdotes. "Estas actividades no eran conocidas y yo no fui capaz de darme cuenta, si es que hubo signos visibles. Hoy tengo que reconocer que en eso fui poco cuidadoso. Pero hay que decir con toda claridad: esto ocurre en algunos sacerdotes. Hay una gran mayoría que sigue cumpliendo su ministerio con fidelidad al Señor, con amor a la gente a la que sirven y con dedicación a su misión", dijo.
El obispo explicó que de los denunciados, sólo Luis Rubio lo está por abuso de menores y que "sus antecedentes han sido entregados a la justicia civil y enviados a la Santa Sede".
"Para otros, se ha abierto la correspondiente investigación previa para esclarecer si los hechos y sus circunstancias son constitutivas de delitos, y así discernir el procedimiento canónico correspondiente de acuerdo a la gravedad de los mismos. Habrá que ver si son delitos más graves, que ameritan la competencia de la Congregación para la Doctrina de la Fe, del Vaticano, o si me corresponde a mí sancionar en los demás casos", señaló.