El abogado, profesor y columnista de opinión, Carlos Peña González, “el Rector Peña”, en una columna de esta semana, critica ácidamente a la Contralora Dorothy Pérez. básicamente, por tres razones: a) le atribuye una cierta frivolidad en su alocución en Enade al citar, en el contexto de su explicación, al humorista Daniel “bombo” Fica; seguidamente señala, b) con bastante desparpajo y sin ningún antecedente o fundamento debemos decir, que la Contralora Pérez se
ve a sí misma, como una suerte de salvadora de la correcta y proba función pública; para terminar su párrafo señalando que lo anterior; y, c) una vez ocurrido, la hará perder la sobriedad del cargo que ejerce.
Veamos que hay.
Ha ejercido el cargo de Contralora por casi un año en propiedad (de los 8 años que le corresponden), revisados plataformas de acceso inmediato, no parece que estemos frente a una autoridad cuya voz sea ampliamente conocida por los chilenos, salvo alguna situación excepcional que se pueda escapar, no hay registros de ella en entrevistas televisivas o radiales, recurrentes o habituales.
Salvo que “el Rector Peña” conozca algo de la Contralora que los chilenos no sepamos, el invocar a un humorista, dentro del contexto del discurso en que además era pertinente hacerlo, por cuanto todos los chilenos recordamos ciertamente aquella situación divertida relatada por el cómico, ni lejanamente transforma ese discurso en frívolo. Tal vez, lo que sí puede transformarlo, es en ameno, tal vez bastante más que los discursos que si se le conocen al crítico.
Le atribuye, con antecedentes que parecen insuficientes, que la Contralora tendría la tendencia a creer de ella, en una conducta cercana a la megalomanía, se sentiría la “salvadora de Chile”. Detengámonos acá un minuto, lo que los chilenos
hemos conocido hasta hoy, de la señora Contralora, es la conducta de una funcionaria pública que, con el mismo presupuesto y cantidad de funcionarios que sus predecesores, ha provocado un ahorro significativo al estado de Chile y, aún más importante que aquello, ha puesto sobre el debate nacional, la discusión acerca de qué tipo de servidor público es el que deseamos.
En años de columna dominical, “el Rector Peña” pareciera ser que jamás ocupó sus líneas para referirse a la farra –en verdad borrachera completa- que significaba para nuestro país, el que funcionarios públicos, beneficiados con un
subsidio de incapacidad laboral, viajaran fuera de Chile en verdaderas vacaciones amañadas. Pero la Contralora Pérez le agregó un plus, del que pareciera ser que el Rector Peña tampoco ha escrito, vino a decirnos que quienes están en la
función pública y cumplen una jornada horaria semanal de horas, que aquellas sean registradas y cumplidas, para terminar, instruyendo, después de simples cruces de datos, que también había un número importante de funcionarios
públicos que, cumpliendo una receta médica, se escapaban a apostar a casinos.
Estas tres simples medidas, muy a pesar del “Rector Peña”, le hicieron sentido a los chilenos, empresarios y dueñas de casa, estudiantes y trabajadores, empleados públicos y privados, lo que, casi por consecuencia, elevó la imagen de
la Contralora Pérez hasta la ovación merecida en Enade.
Finalmente, “el Rector Peña” supone que, ocurrida toda su hipótesis, el corolario de la misma, es la pérdida de sobriedad del cargo de Contralora. Debe correr mucha agua bajo el puente, darse mucha evidencia empírica, para que el
resultado que augura el académico, pueda ser probado. Hoy es una maleva especulación y como tal, con algún tufillo de envidia.
Foucault nos decía: «Donde hay poder, donde el poder es necesario, donde se quiere demostrar eficazmente que ahí reside el poder, debe haber verdad»
Hasta lo que llevamos de esta gestión Contralora, al parecer acostumbrados a gestiones anodinas, nos parece increíble que una persona que bien podría descansar en la comodidad del cargo, haya preferido, aun a riesgo de ser objeto
de críticas y columnas que destilan verborrea insustancial, realizar la gestión para la cual fue verdaderamente designada.
Hemos visto una gestión robusta, verdadera, que le hace bien al país y que nos ha propuesto un debate que es sano de dar, Chile requiere funcionarios públicos dispuestos a hacer su trabajo y también requiere de funcionarios públicos probos.
Criticas basadas en suposiciones me hacen dudar seriamente de quien cree ser un aporte intelectual sustancial.
No todos tienen el mismo ego.!!!