El candidato a gobernador por la Región de Valparaíso, Aldo Valle, -apoyado por la Unidad Constituyente- reflexionó sobre el momento de crisis que vive el país en materia de empleo a raíz de la pandemia. El último informe del INE, indicó que durante el primer semestre el desempleo llegó al 10,4% , la misma media arrojó la Región de Valparaíso.
Esto es lo que conversó con Cambio21 a horas de la elección.

¿Cómo evalúa la gestión del gobierno en este período de pandemia?

Creo que esta gestión debe ser evaluada en dos dimensiones. La sanitaria, por supuesto, pero también la que llamaría económico-social, a partir de las urgencias que generó la crisis del coronavirus. En ambas, no cabe duda, los resultados son deficitarios.

En lo sanitaria no resulta explicable que un pequeño país como el nuestro haya alcanzado los niveles de contagios y muertes que tenemos al día de hoy, y eso sin considerar la cifra negra del inicio de la pandemia, que ante la falta de instrumentos adecuados no permitió contabilizar adecuadamente los casos.

Ello trajo como consecuencia la inexistencia de una adecuada trazabilidad lo que redundó en altos niveles de contagio. Además, la concepción de que éste era un problema que se resolvía en la clínica, con la lógica de tener ventiladores automáticos, generó un sesgo que no permitió abordar el problema desde el punto de vista de salud pública.

Entonces nos preparamos para recibir a los enfermos en los hospitales y no a prevenir ni atender a las personas antes de que se llegara a la situación extrema. Todo lo que ocurrió en Chile pasó antes en otras latitudes y el gobierno fue incapaz de actuar usando esa evidencia. Así, pese a haber observado luego lo que pasó tras el verano boreal, cuando esa estación llegó a nuestro país se actuó con la misma impericia y los resultados todavía los estamos pagando en pleno mes de mayo.

En el otro aspecto, era lógico que había que atender la situación económica que las restricciones a la movilidad traerían consigo. Pero como en este gobierno no tenían idea de la precariedad en que viven millones de chilenos, recurrieron a soluciones como la entrega de cajas de mercadería, negándose a entregar dinero directamente a las familias, lo que además hubiera dado vida a los pequeños comercios.

Si hasta Donal Trump envió cheques directamente a las personas, pero Piñera optó por repartir cajas e inventar créditos, que solo quedaron en los anuncios, porque la banca nunca pierde y simplemente no los gestionó para salvar a las pymes. Las consecuencias están a la vista, y las pagó el mismo gobierno, activando por su ineficacia los retiros desde las AFPs, que guste o no, han sido la única salida para las personas. En síntesis, lo que hemos visto es una ceguera absoluta, una incapacidad sin precedentes para dimensionar la crisis que se venía por delante tanto en materia de salud como en materia social.

 

¿Esto demuestra falta de gestión política?

Ciertamente aquello, pero diría sobre todo al gobierno que le han faltado luces. Este es un gobierno que en su imaginación al inicio estaba preocupado de lo que llamaron un legado, y está terminando con la peor evaluación histórica que ha tenido cualquier otro. Hemos visto no solo falta de gestión, sino falta de compresión y derechamente poca inteligencia para hacer frente a la crisis derivada de la pandemia; pero no olvidemos que tampoco fue capaz de hacer frente de manera adecuada al estallido social, mostrando una incomprensión absoluta de ello, declarando una guerra y una invasión propia de su desvarío.

No ha habido conducción, no ha habido gestión política, el gabinete es cada vez más débil y al final se ha empeñado en defender un modelo que se cae a pedazos, sin tener la sagacidad para ofrecer propuestas que fueran capaces de hacer frente a los problemas, lo que al final termina afectando a las familias y eso es inaceptable.

Cuando era rector de la Universidad de Valparaíso y vicepresidente del Cruch dije un día que la ministra de Educación era abstrusa. Creo que ese concepto representa al gobierno en su totalidad. Esto lo veo a diario en la región, donde además las autoridades locales se invisibilizan porque están al servicio de los dictámenes de la capital. Si hasta las camas críticas de los hospitales locales las manejan de Santiago, entonces el escenario no puede ser peor.

 

¿Y cuál es el camino?

Ciertamente tenemos que aportar a la gobernabilidad, pero no podemos quedarnos solo en aportar al funcionalismo de un determinado sistema social y económico.

Queremos transformar este sistema social, porque nos parece que deja a muchos fuera, porque nos parece que este sistema se inspira finalmente en que la sociedad se debe concebir e incluso promover como no más que la coexistencia de ganadores y perdedores. Nuestro proyecto de gobernanza rechaza esa idea.

No concebimos la sociedad simplemente como la coexistencia de ganadores y perdedores. Queremos una sociedad donde cada persona pueda vivir de acuerdo a un principio de igual dignidad. No vivimos en un país que respete la igual dignidad. Estamos llamados a inspirar un nuevo proceso democrático para Chile.