El Presidente Gabriel Boric encabezó este sábado un homenaje al excanciller Orlando Letelier, asesinado en un atentado en Estados Unidos junto a su asesora de ese país, Ronni Moffitt, y enfatizó que el golpe de Estado "es indivisible de las violaciones a los Derechos Humanos que acaecieron desde el mismo día en que quebraron la democracia".
El homenaje tuvo lugar en la rotonda Sheridan de Washington D.C., donde se registró el atentado (en 1976) más emblemático de la dictadura cívico militar, en que ambas víctimas fallecieron instantáneamente luego de que se activara una bomba a control remoto, instalada en el vehículo en el que se trasladaban.
A 47 años de ese hecho, Boric decidió terminar sus actividades internacionales en el marco de la conmemoración por los 50 años del golpe de Estado, homenajeando a la exautoridad que cumplió funciones en el gobierno del presidente Salvador Allende.
"Hace pocos días atrás conmemoramos los 50 años del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973", un hecho que "es indivisible de las violaciones a los Derechos Humanos que acaecieron desde el mismo día en que quebraron la democracia", señaló el Mandatario.
Así, indicó que "pese a que hay quienes insisten en que el golpe era inevitable, desde aquí y desde todas partes del mundo les decimos que la democracia siempre tiene caminos, que los golpes de Estado nunca son inevitables y que siempre, siempre habrá un espacio para el diálogo, para la conversación, para el respeto entre quienes piensan distinto; que le gane a la violencia, al uso de la fuerza y a la imposición por las armas de las ideas propias".
Además de ello, Boric agradeció la desclasificación de archivos de la CIA que comprobaron que el atentado fue ordenador por el dictador Augusto Pinochet.
En la instancia, tomaron la voz los tres hijos de Letelier, entre ellos el exsenador Juan Pablo Letelier, que junto con valorar la presencia del Presidente, reprochó que "en Chile sigue habiendo quienes creen que el golpe se justifica".
"Los actos terroristas que siguieron después son indisolubles con el golpe: es parte de lo mismo, y son personas que no entienden que los conflictos se resuelven con más democracia y procesos instuticionales", dijo en la oportunidad.
Por otra parte, el embajador de Chile en Estados Unidos, Juan Gabriel Valdés, señaló que la ceremonia, además de conmemorar a Letelier y a Moffitt, también se dio para "recordar a todos los norteamericanos que lucharon denodadamente para que la democracia volviera a Chile".
"También (recordar) el sentido de desilusión con algunos que no se dan cuenta que la memoria de un país es absolutamente esencial y que un crimen como este tan brutal, que está comprobado que fue ordenado directamente por Augusto Pinochet y que fue realizado directamente por Manuel Contreras y un grupo de asesinos que él contrató, tiene que ser recordado siempre porque es parte de la historia de Chile".