El jueves pasado la sala de la Cámara de Diputados aprobó en general y devolvió a la Comisión de Salud el proyecto de ley que propone modificar el Código Sanitario para incorporar y regular el uso de productos derivados de cannabis, con fines terapéuticos.
Durante la discusión de la iniciativa los legisladores respaldaron la idea de garantizar los derechos de miles de pacientes que hoy utilizan la cannabis para sus tratamientos de salud, sin embargo, realizaron indicaciones que deberán ser analizadas previamente por la Comisión del ramo.
En ese sentido, el documento describe que corresponderá al médico tratante fundamentar en su diagnóstico la pertinencia del tratamiento indicado en la receta médica y que, además, no se considerarán como falsificados los productos naturales derivados de cannabis, siempre que su uso sea prescrito con fines medicinales.
Qué significa esto
La propuesta, cuyo informe fue rendido por la diputada Karol Cariola (PC), señala que, tratándose de los productos estupefacientes, psicotrópicos y demás substancias que produzcan efectos análogos, que provengan de cualquier especie, subespecie o variedad del género cannabis destinados a la atención de un tratamiento médico, deberán ser prescritos por un profesional de la salud habilitado, mediante la correspondiente receta expedida de conformidad a lo dispuesto en el citado código y reglamentos vigentes.
Agrega que la receta recién mencionada constituirá autorización suficiente para lo dispuesto en el artículo 9 de la Ley 20.000, cuando especifique las dosis necesarias, el tiempo de duración del tratamiento y corresponda a alguna de las enfermedades susceptibles de ser tratadas mediante estos productos.
Miradas
Consultamos a Ana María Gazmuri, directora ejecutiva de la Fundación Daya, sobre la situación que ella espera suceda en nuestro país y respecto de la discusión en el Congreso.
"Creemos que tienen que abrirse vías de acceso universal no solo al autocultivo del cannabis, sino también a los cultivos comunitarios y a la producción de fitofármacos -medicamentos con principios naturales- con precios éticos a los que tenga alcance toda la población y se puedan incorporar al sistema de salud público", señaló.
La dirigenta si lamentó la falta de compromiso político para la democratización del uso del cannabis medicinal y pidió a los políticos que se pongan al servicio de los ciudadanos.
"Hay que dejar las medias tintas y entender que es algo urgente, que no hay tiempo que perder porque, aquel que está sufriendo, está sufriendo hoy. El dolor no puede esperar”, expresó.
Aunque dijo estar segura de que afortunadamente la sociedad chilena tiene una percepción positiva de la marihuana terapéutica.
"Es analgésico, antiinflamatorio, anticonvulsivo, neuroprotector, neurorregenerador. Se abre un ámbito muy grande para las enfermedades neurológicas. También lo pueden utilizar pacientes con fibromialgia, enfermedades crónicas o aquellos que estén angustiados o deprimidos por una grave patología", apuntó Gazmuri.
Una de las personas que se ha referido a la incorporación de la marihuana como un elemento medicinal es la investigadora española Cristina Sánchez, quien se encuentra trabajando sobre las propiedades medicinales del cannabis frente a los tumores.
"Durante años de trabajo hemos visto que el cannabis tiene efecto antitumoral y consigue frenar el avance del cáncer en tres niveles: provoca la muerte de las células tumorales, bloquea el proceso de nutrición de estos organismos y bloquea la metástasis, que es lo que acaba matando al paciente", explicó Sánchez.
La experta comentó la relevancia de la situación que se encuentra viviendo Chile frente a este tema: "Mucha gente aún asocia que la planta es una droga sin más, pero cada vez hay más gente consciente de que, más allá de usarse lúdicamente, también tiene fines terapéuticos. En Chile, la gente tiene esta percepción", concluyó Sánchez.
Respecto de la utilización de la marihuana como un apoyo medicinal resulta ser algo “acorde con los tiempos y con las modificaciones que se han realizado en varios países”, comenta el sociólogo Juan Jiménez.
“Francamente sería un despropósito tirar todo lo que la sociedad en su conjunto reclama como una ayuda médica, esto porque se trata de una demanda ciudadana que tendría que ser satisfecha, incluso por aquellos que se oponen al consumo de la droga, esto es algo completamente distinto”, analiza el sicólogo.
“Considerando que aún falta discutir la medida, me parece que sería algo sumamente positivo, no tanto por el hecho de la medicación, algo que es muy importante, sino que por el cambio de mentalidad que implican este tipo de políticas públicas”, finalizó.