No lo está pasando bien la senadora de la octava región y presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe.

 

Aparte de la responsabilidad que la disidencia a su gestión le achaca en la pérdida de importantes escaños parlamentarios en la pasada elección del 19 de noviembre, con lo que RN será la bancada más grande del país a contar de marzo de 2018, se suma el hallazgo que dio a conocer el diario La Tercera respecto a las asesorías que le prestaba a la empresa B&C Consultores Limitada.

 

Según la investigación del Ministerio Público, la compañía, que pertenece al diputado electo de la UDI Sergio Bobadilla y su esposa, habría recibido pagos (asesorías) de la Asociación de Industriales Pesqueros (Asipes) por 26 millones de pesos entre junio de 2014 y agosto de 2016.

 

Además, B&C está siendo indagada por denuncias de asesorías falsas pagadas con boletas a diputados y senadores del gremialismo.

 

 

Por si fuera poco, a Van Rysselberghe se le vincula con pagos que coinciden con la tramitación de la Ley de Excepción de la Pesca del Jurel, donde la exalcaldesa de Concepción tuvo un activo papel.

 

De hecho, en el escrito presentado por los fiscales del “caso Corpesca”, Ximena Chong y Julio Contardo, la congresista, cuando presidía la Comisión de Pesca, “aparece pauteada vía correo electrónico” por Luis Felipe Moncada, expresidente de Asipes, lo que redundaba en las argumentaciones que presentó en el debate legislativo en defensa de los intereses de los industriales pesqueros.

 

 

Para Alejandro Navarro, senador del Biobío y excandidato presidencial, “la familia UDI involucra también a las siete familias, lo que forma una gran familia. Por eso que los correos revelan lo que señalé antes de ser destituido de la vicepresidencia del Senado: las donaciones de las pesqueras se habían convertido en un instrumento de manipulación del Congreso… no estaba equivocado y tenía la razón”.

 

“Los hechos son graves, esta es una ley corrupta y espero que el próximo presidente de Chile proceda a una nueva Ley de Pesca y las fiscalías investiguen y no les tiemble la mano, porque detrás de toda esta trama de tipo familiar y de pavonearse con la forma como tienen controlada a una senadora lo que hay es una acción de cohecho. Los parlamentarios que están involucrados y que son de todo el arco político recibieron recursos de las pesqueras, lo que está plenamente acreditado a través de boletas ilegales”, explicó a Cambio21.

 

 

“La impunidad es el peor escenario para una ciudadanía que está recelosa de la política y que siente de que hay impunidad cuando se trata de autoridades políticas frente a delitos que se cometen”, agregó.

 

 

Por su parte, Félix González, presidente del Partido Ecologista Verde y diputado electo por el distrito 20 (Concepción y Talcahuano), se sumó a los cuestionamientos.

 

“Yo espero que la fiscalía avance y que esto se investigue completamente, para que así se genere la verdad jurídica respectiva. Sin embargo, como en todo juicio, tiene que haber una presunción de inocencia. Por lo que independiente de que pueda opinar, yo no soy juez. Hay que dejar que los jueces y las policías hagan su trabajo, que es lo que vale para todos”, declaró a este medio.

 

“Lo mismo planteamos con los mapuche que estaban acusados de terrorismo y finalmente salieron en libertad. Uno debe ser consecuente también cuando se trata de personeros de otras colectividades políticas”, destacó.

 

 

 

Más allá del caso personal de Van Rysselberghe y su relación con las empresas pesqueras, desde Santiago sostienen que la crisis política que vive la UDI se manifestó en la temprana renuncia de José Antonio Kast al partido y en la pérdida de votos en la reciente elección, lo que podría redundar en la merma de electorado para Sebastián Piñera, abanderado de Chile Vamos, de cara a la segunda vuelta.

 

Álvaro Pezoa, encargado programático de la candidatura de Kast, expresó a La Segunda que “como la campaña se ve polarizada en dos posturas muy distintas para el país, mucha gente, tal vez la mayoría de los que votamos por Kast, va a concurrir a votar por Piñera. Pero me imagino que unos pocos o una minoría van a considerar que la seguridad de los principios no está avalada por el programa de Piñera, lo que los puede a llevar a votar que no”.

 

“La UDI vive su propia crisis por sus propias indefiniciones y vaguedades que llevaron a Kast hace un año a renunciar a la UDI. Es un partido que está viviendo una crisis, una ilusión de su identidad y se traduce en pugnas de poder interno. Hay dos almas: una que se acerca a su ideario original y una corriente que ha ido ganando fuerza y que ha ido liberalizando el partido y convirtiéndolo en una máquina de poder”, remarcó.