El Rector de la UC Ignacio Sánchez se compromete, una vez más, en las acciones realizadas para tratar de encubrir el asesinato de Eduardo Frei Montalva y eludir su propia responsabilidad en ellas. Quizás asesorado por alguna empresa de imagen, hace afirmaciones reiteradas, supuestamente respondiendo a imputaciones que nadie ha hecho y respaldando, una vez más, en acciones y publicaciones, la reprochable conducta ilegal, anti ética de algunos de los médicos de esa Universidad e intentando esconder la suya propia. Responder acusaciones que No se han hecho es una maniobra para intentar generar credibilidad en las demás afirmaciones que se hacen.
En el primer caso, está la publicación de El Mercurio del 10.02.19, en la página D 5, del Cuerpo de Reportajes, a página completa, de un documento de su autoría. El diario destaca como primer subtítulo: “Ningún médico de la Universidad Católica operó al ex mandatario” Eso es verdad ¿Quién ha señalado lo contrario? Y, si algún profesional de esa facultad hubiese participado de acuerdo a su juramento hipocrático, No tendría nada de reprochable ya que en esa casa de estudios se forman y ejercen médicos muy respetables, con diversas convicciones políticas. Lo que se está juzgando es la conducta de médicos determinados que se esforzaron por ayudar a los acusados tanto al momento de la muerte como cuando se inicia el proceso, ocultando evidencia importante y tratando de disminuir el valor probatorio de antecedentes aportados por otros expertos.
También es verdad, dolorosa para muchos de nosotros, que aparezcan involucradas personas que fueron amigos personales de don Eduardo o han sido militantes de la DC. Esta situación pretende ser aprovechada por un escribidor con taxímetro, que critica la sentencia e intenta presentar el tema como “un problema entre DC” y que anticipa que en el clima creado será difícil para las otras instancias judiciales No aprobar lo actuado por el Ministro Madrid. No se puede negar lo evidente. La decisión de matar a Frei vino de Pinochet y para ello actuaron los organismos creados para esos efectos que usaban el miedo, el dinero u otras oscuras motivaciones para obtener la cooperación de personas cercanas a sus víctimas. Pinochet No respondió debidamente por sus crímenes como autor intelectual por las fuerzas que lo respaldaba y también, por su demencia senil, pero los delitos son también responsabilidad de los ejecutores directos, sus cómplices y encubridores.
La participación de DC en estos criminales hechos jamás ha sido negada por los DC o la familia y junto al dolor que nos causa, reforzamos nuestra exigencia de justicia para Frei y reiteramos que seguiremos al lado de las familias de otras víctimas en busca de justicia, a las que en muchos casos también fueron traicionados por amigos o compañeros de sus familiares.
Pero volvamos a la actuación del rector Sánchez. El Rector de la UC no está defendiendo el prestigio de esa gran Universidad, se está defendiendo él mismo. Ya en el año 2010, cuando era Decano de la Facultad de Medicina, se coludió con el Dr. Enrique París, Jefe de Toxicología y autorizó a este y a otros médicos afines, a realizar acciones públicas para desprestigiar la investigación. En el diario electrónico El Mostrador del 23 de junio del 2010, se puede leer un muy buen reportaje del periodista Jorge Sanhueza sobre las actuaciones de Ignacio Sánchez, Enrique París y otros médicos de esa Facultad en defensa de los acusados. Es así como se relata la conducta del Dr. Fernando Orrego, quién tomó la iniciativa de contactarse con el abogado del principal acusado Patricio Silva Garín, Luis Valentín Ferrada, naturalmente con la autorización del hoy Rector, para ponerse a disposición de la defensa de Silva. Posteriormente, París y Orrego participaron en un programa de Canal 13 Cable, conducido por el también doctor de esa Facultad, Carlos Ferrada, que No por coincidencia, es hermano del abogado de Patricio Silva. Paradojalmente, usaron un programa denominado “Calidad de vida”, para atacar y quitarle mérito a las investigaciones del Ministro Madrid sobre un asesinato sobrecogedor de un hombre de excepción.
El Dr. Paris, quién llegó a ser Presidente del Colegio Médico y es un entusiasta piñerista, candidateado para Ministro del ramo, dio en esa época, varias entrevistas de prensa, autorizadas por Sánchez, según sus propias declaraciones. Entre ellas, dos a El Mercurio, haciendo ostentación de su condición de experto en el área de tóxicos. En el diario El Mercurio, del 21 de diciembre de 2009, expresó que los peritajes estaban sencillamente errados. Luego, los primeros días de enero, del 2010, persevera en su rol de experto de la defensa. "El procesamiento no tiene sustancia como para convencer de que Frei fue envenenado”
En el artículo ya citado Paris expresa, “en su testimonio, contó en las dos oportunidades (diciembre y enero) con la autorización expresa del entonces decano de la Facultad de Medicina y actual rector de la UC, Ignacio Sánchez, coordinándose para que las declaraciones apuntaran directamente al juez Madrid, tratando así de limpiar la imagen de la universidad y de paso, defender a los doctores Rosenberg y González. Sánchez reconoce haber autorizado las dos entrevistas de Paris a El Mercurio, pese a que la investigación del ministro era secreta. Dijo que aceptó porque ayudaba a la transparencia de la UC” Sánchez recibió el reconocimiento de la derecha por su conducta y fue elegido como Rector de la UC, asumiendo ese importante cargo a fines de enero de 2010.
En el numeral 10 de su documento aludido, Sánchez escribe: “Con motivo de las equívocas declaraciones del académico de Pediatría de la UC y experto en Toxicología, Dr. Enrique Paris, en el sentido que en la Universidad habría otros antecedentes de este caso, las que fueron prontamente corregidas, fui citado como Decano de la F. de Medicina en enero del año 2010 por el juez Madrid” Las “ equívocas declaraciones” sólo se refieren a que hubiesen más antecedentes en la Universidad y no a las que realizaba en diversos medios de prensa en ayuda de los acusados. Esas, no las menciona, ya que se habían hecho con su participación y autorización.
El Rector Sánchez reconoce en el número 10 de este documento y en sus declaraciones judiciales que “entre los años 2002 y 2003, se habían entregado todos los antecedentes de que disponía la Facultad de Medicina”. Pero en el número 8 recuerda el discurso que pronunció Carmen Frei en el Senado el 11 de octubre del 2000 en el que “planteó que en la muerte del ex presidente hubo intervención de terceros y solicitó públicamente que quienes tuvieran antecedentes los hicieran llegar” Más adelante agrega algo muy revelador. El Dr. González, Jefe del Dpto. de Anatomía Patológica, consultó al Director del Hospital de entonces sobre esta petición y este señor le respondió que esta información sólo podía ser entregada a requerimiento expreso de la familia del Presidente Frei o de los Tribunales de Justicia” ¿Quién era este director que ignoraba una petición de ayuda sincera, hecha en una de las Tribunas más solemnes de la democracia chilena , por una de las hijas más conocidas del Presidente Frei Montalva, ex alumno y profesor de la UC? El actual subsecretario de Justicia, Luis Castillo, copartícipe de la operación de Sánchez, el que, comprensiblemente, reitera en estos días, su respaldo al cuestionado Subsecretario de Salud.
Según reconoce el Rector cuestionado, en octubre del año 2002, Carmen Frei y su cónyuge Eugenio Ortega pidieron formalmente el informe de la autopsia la que fue finalmente entregada. Lo que él No puede decir, que fue por la acción de alguno de sus colegas copartícipes en estos turbios hechos, ya que la petición de fundó en un dato secreto entregado por una persona que sabía de estos hechos. De lo declarado por el Rector Sánchez, se concluye que el Dr. González sabía de la existencia de la autopsia existente, y que ésta habría sido solicitada por médicos cercanos a don Eduardo Frei Montalva. No tengo razones para dudar de esta petición, ya que, entre ellos, se nombra al principal condenado en primera instancia, Dr. Patricio Silva, que tenía urgencia de hacer desaparecer cualquier elemento que pudiera acreditar su participación culpable.
Lo que el Rector no puede tampoco negar es que, ésta autopsia, permaneció oculta en su facultad, guardada sin nombre, durante 20 años y que rechazaron aceptar el llamado público y tan emotivo de la Senadora Carmen Frei el 2000 y que sí se concertaron varios médicos para colaborar activamente en el apoyo a los condenados. Tampoco han podido refutar la información del medio electrónico indicado que señala “que los patólogos mantenían vínculos cercanos con Hartman Hopo, uno de los líderes de la Colonia Dignidad”
Esta campaña se intensificará. No es nueva ni novedosa. Se busca influir en los magistrados que deberán conocer el proceso a lo menos en dos instancias más. Las primeras fases de esta confabulación contra la justicia ya fueron derrotada en los Tribunales, cuando la Segunda Sala Penal de la Corte Suprema confirmó los encausamientos apoyando el trabajo del juez por cuatro votos contra uno.
Las partes deben tener oportunidades para hacer presente sus propios puntos de vista en las diversas instancias judiciales, y los magistrados saben de las presiones existentes. Pero los ciudadanos tenemos que estar advertidos de las maniobras turbias para mantener un manto de oportunidad. La familia Frei y los DC han sido especialmente cuidadosos para no usar los recursos del poder ejecutivo que en su momento tuvieron para obtener la verdad. No buscamos hacer de Eduardo Frei Montalva un mártir o un héroe. Lo es por la cruel decisión de asesinarlo y por su trayectoria de político cristiano. Más allá de los obstáculos que el peso de la noche dictatorial aún coloca, debemos aprender todos a que la justicia es esencial para la vida en comunidad y paz.
El Rector de la UC sabe que cuando se produjo el caso Penta, con sus turbios manejos económicos, la Facultad de Economía de esa universidad, pidió disculpas públicas por los actos reprochables de sus egresados. La Facultad de Medicina y el Rector de la UC ni lo han pensado. Están demasiados contaminados en el ocultamiento de sus hechos ilegales y poco éticos como para mostrar arrepentimiento. Esperamos que la justicia no condene a estos procesados a clases de ética, como se hizo con Penta, ya que sería una burla trágica.
La UC es una Universidad Pontificia, por ello las autoridades de la Iglesia Católica tienen el derecho y la obligación de velar por la conducta de quienes desempeñan cargos de relevancia. Es por ello, que, haciendo uso de mi derecho como católico, ciudadano y DC respaldo la decisión de mi partido de pedir la intervención del papa Francisco para poner fin a esta colaboración de la universidad con los procesados, los que ya tienen defensores muy poderosos.