Hemos conocido el proyecto de Modernización Tributaria que la administración Piñera ha enviado a tramitación legislativa y es preocupante que su propuesta se estructure sobre la regresividad tributaria, es decir busca aliviar la carga tributaria de las rentas del capital y por ende de las personas de mayores ingresos y se busca compensar con mayor recaudación del IVA al consumo vía boleta electrónica y los nuevos impuestos a las plataformas tecnológicas como en Netflix y Spotify que consume la clase media.
Esto lo realizó cuando se difundieron los resultados de la CASEN 2017 que nos recuerda que la desigualdad de ingresos se mantiene sin modificaciones y que la caída de la pobreza multidimensional se estancó y que es altísima en regiones como la Araucanía, Ñuble y Los Lagos.
Para combatir la desigualdad y la pobreza multidimensional se requiere persistencia y continuidad de buenas políticas sociales como una mejor focalización y con recursos fiscales permanentes que vengan de una mayor tributación de las grandes empresas y de las personas de altísimos ingresos, esa solidaridad básica es la que permite construir países más equitativos e inclusivos.
En la administración anterior dimos importantes pasos como la Reforma Tributaria del 2014 que elevó los impuestos a las grandes empresas que este 2018 está ya en régimen y permitió financiar la reforma educativa con gratuidad en la educación superior, con ampliación de la cobertura en la educación inicial y que nos permiten dar pasos hacia un Chile más solidario.
Sin embargo, la propuesta de reintegrar el sistema tributario rebajando impuestos a 1.000 grandes empresas que significaran una menor recaudación fiscal de US$ 800 millones es una señal de debilitamiento de aquellas políticas públicas progresivas que permiten una transferencia efectiva hacia los sectores sociales más vulnerables.
El Gobierno “venderá” este proyecto de ley como pro inversión y pro Pymes, tratará de ocultar los beneficios al 1% más rico; pero para avanzar en la tarea de disminuir la desigualdad y la pobreza multidimensional no se logrará con estas medidas regresivas que bajan la carga tributaria al 1% más rico y a las grandes empresas.
Debe ser tarea de los parlamentarios de la centro-izquierda mostrar que es una propuesta tributaria regresiva, que da beneficios pro inversión a una economía que ya crece 5,2% como se vanaglorian las autoridades pero que no genera más empleos ni mejora las remuneraciones de trabajadoras/es y eso lo lograremos mejorando los bienes públicos –con más recursos fiscales- como educación de calidad, salud pública de excelencia y pensiones dignas.
Trabajaremos para que las medidas tributarias regresivas no prosperen en el debate parlamentario.