Luis Castillo, quien había asumido por segunda vez el puesto -anteriormente había sido nombrado en el primer gobierno de Piñera-, ha estado en el foco de las críticas de la oposición, principalmente desde la DC. Esto, debido a que esa colectividad lo acusó, desde el día uno, del encubrimiento en el marco de la investigación de la muerte del expresidente Eduardo Frei. Y, por esta misma razón, incluso le cerraron las puertas en el Congreso para que no asistiera a las comisiones, generándole una dificultad adicional para desempeñar el cargo.
El Mandatario, según fuentes oficialistas, notificó hoy en la tarde, pasadas las 16.00, a los presidentes de partidos de la derecha de su decisión. De esta manera, Castillo alcanzó a estar 11 meses en el cargo, un poco más de 300 días, desde que asumió en agosto del año pasado. La definición de Piñera se produjo luego del complicado día que tuvo que enfrentar hoy Castillo, quien, tras dar una entrevista en Radio Santa María de Coyhaique, desató una ola de críticas desde la oposición y también en sectores del oficialismo. De hecho, algunos diputados de RN salieron hoy a pedir su salida, mientras que legisladores de la UDI lo defendían.
En la entrevista, Castillo señaló que los pacientes “siempre quieren ir temprano a un consultorio, algunos de ellos porque no solamente van a ver al médico, sino que es un elemento social, de reunión social”. Sus dichos fueron considerados como un error por el gobierno. Y, de hecho, generó que el ahora exsubsecretario tuviera que ofrecer disculpas públicas e intentara aclarar lo que quiso decir. Después, sin embargo, enviaría una carta a Piñera presentando su renuncia, lo que se produjo también en medio de presiones internas en sectores del oficialismo para que dejara su cargo.
Por la tarde, desde el gobierno transmitían que lo de Castillo había sido un error comunicacional que le “restaba”, sobre todo porque ya estaba en el radar de las críticas de la oposición.
En el Ejecutivo, además, señalan que otro de los factores por los que Castillo estaba en la “mira” es la tensa relación que mantuvo con Emilio Santelices cuando este estaba a cargo del Ministerio de Salud y las declaraciones que ha hecho el actual titular de la cartera, Jaime Mañalich, quien, incluso, reconoció que la mala relación de Castillo con el Congreso “evidentemente es un obstáculo y es una carga adicional de trabajo para el ministerio”.
En Chile Vamos, en tanto, sostienen que el ahora exsubsecretario habría transmitido sus intenciones de dejar el puesto, porque -comentan- “estaba cansado” de los constantes cuestionamientos y porque veía que, finalmente, estaba generando dificultades para el gobierno según informó La Tercera.
La situación, en todo caso, desató una nueva molestia en la UDI, que se suma al conflicto que surgió en junio tras el cambio de gabinete, cuando el gremialismo acusó haber sido “castigados”.
Si bien en la colectividad defendían la permanencia de Castillo en el cargo, entendían que su continuidad era compleja y terminaron respetando -dicen- la decisión del Mandatario. Sin embargo, fue otro hecho el que molestó a la UDI. Fuentes del oficialismo dicen que por la tarde Piñera notificó a la timonel UDI, Jacqueline van Rysselberghe, quién sería el reemplazante de Castillo: Arturo Zúñiga, quien fuera jefe de gabinete del actual ministro de Salud, Jaime Mañalich, durante el primer gobierno de Piñera.
En el gremialismo dicen que la información que les entregaron desde el gobierno es que Zúñiga era militante UDI, algo que niegan en el partido. De hecho, agregan que alguna vez fue militante, pero sostienen que nunca refichó. Así, la molestia y disconformidad fue transmitida por Van Rysselberghe al propio Mañalich. La senadora, además, dijo a La Tercera que “nos causó sorpresa y nos habría encantado haber podido dar nuestra opinión”.