Alejandro Olivares analista de la Universidad de Chile, manifestó que la definición de RD como partido eje del bloque “es una jugada interesante, porque le endosan la responsabilidad a Guillier”. Esteban Silva, exjefe de la campaña presidencial de Alberto Mayol, clama por una “postura común” del Frente Amplio más que el llamado a la libertad de acción.
Los costos del “no llamado” a votar por Guillier que debe pagar el Frente Amplio
Por Equipo Cambio21
Por mucho que los adjetivos calificativos lluevan en contra del candidato presidencial de Chile Vamos, Sebastián Piñera, por parte de los principales dirigentes y parlamentarios electos del Frente Amplio, el no llamar a votar explícitamente por su rival en la segunda vuelta, Alejandro Guillier, borra de un plumazo esa misma sensación de crítica.
Más allá de lo adoptado por la mesa nacional del conglomerado, después del plebiscito que convocó Revolución Democrática a inicios de semana para definir su posición política antes del balotaje, lo que se puso sobre la mesa es la estrategia que adoptó la coalición por sobre la convicción que involucra respaldar al abanderado de la Nueva Mayoría.
Táctica interesante
Alejandro Olivares analista y cientista político de la Universidad de Chile, manifestó que la definición de RD como partido eje del bloque “es una jugada interesante, porque le endosan la responsabilidad a Guillier para que asuma algunos elementos que para ellos son importantes”.
“Es una maniobra que se realiza tomando a las bases como plataforma en una amplia consulta hacia sus militantes, lo que incluso va en contra de la voluntad de algunos de sus líderes. Por ende, la responsabilidad completa le cabe al comando de Guillier para que sea enérgico en algunos de los temas programáticos, como no más AFP y nueva Constitución”, indicó a Cambio21.
El profesional descartó, más allá de los matices y los contextos, que haya una similitud entre lo que pasó en 2009, cuando Marco Enríquez-Ominami criticó en vez de apoyar a la Concertación en la segunda vuelta, y la postura de “libertad de acción” que adoptaron la mayoría de los referente del frenteamplismo.
“ME-O venía de ser un diputado de la Concertación que se había descolgado por problemas internos y lo lógico hubiera sido que en ese momento volviera sin muchas condiciones. Pero como actuó más bien con lógicas personalistas al tratar a Eduardo Frei como el ‘candidato del 29%’, erró el camino. Tenía un padrastro con tradición en los gobiernos y un vínculo mayor. En cambio, RD, los autónomos y los demás del FA no tienen esos vínculos. Y si los hubo con la Nueva Mayoría eso duró muy poco. Así que aunque los dos llamados sean distintos y no igualables, los efectos pueden ser los mismos”, explicó.
Faltó postura única
Esteban Silva, exjefe de la campaña presidencial de Alberto Mayol e integrante del Movimiento Democrático Popular (MDP), clama por una “postura común, porque eso es lo que le corresponde a un conglomerado”. Sin embargo, aclara que “hay que separar las aguas”.
“El activo del Frente Amplio está en los votos que sacaron Sánchez y Mayol en la primaria de julio, que fueron cerca de 305 mil. Otra cosa distinta es el caudal de votos que no solo son del FA, sino que también los votos que van en contra de las posturas y opciones tradicionales, el cual llegó al 20% que obtuvo Beatriz Sánchez como candidata presidencial”, nos expresó.
A juicio del sociólogo, estar en contra de Piñera “significa de forma específica llamar a votar por Guillier. No hay otra fórmula. Es una segunda vuelta con solo dos candidatos. O no se vota o se vota nulo o blanco o se vota por Guillier o Piñera”.
Para terminar, Silva habló de la importancia del tema de las AFP de cara a los apoyos en la segunda vuelta.
“Es uno de los ejes centrales. En octubre de 2016 nosotros propusimos a Luis Mesina como candidato presidencial del FA, pero declinó. Después Alberto Mayol se hizo cargo de esa propuesta concreta y técnica de no más AFP, la que después tomó Beatriz Sánchez”, recordó.
“Es uno de los aspectos de la contienda, tanto en términos de terminar con las AFP y no solo de tener un sistema público de reparto y solidario, sino que además de replantear con esos fondos una política de inversión nacional para el desarrollo va a cambiar el modelo de Chile, que es neoliberal”, concluyó.