Oh I'm just counting

Michelle Bachelet regresa a centro de exterminio de la dictadura, Villa Grimaldi y cuenta cómo fue torturada junto a su madre. Recomendación a Boric: "A ti te va a pasar lo mismo por ser joven que me pasó por ser mujer"

La expresidenta  Michelle Bachelet retornó al centro de exterminio de la dictadura, Villa Grimaldi, a 48 años de estar detenida y torturada en el lugar tras el golpe de Estado de Augusto Pinochet. Este lugar era dirigido por la policía política de Pinochet, la DINA y la mayoría de los y las que pasaron por ahí, fueron asesinados y hoy integran la lista de detenidos desaparecidos.

La exmandataria y su madre es una sobreviviente ya que luego de estar presas en ese lugar, fueron expulsadas del país.

Un año antes de ser detenidas por la DINA, el padre de Bachelet, Alberto, un general de la Fuerza Aérea, había muerto en la cárcel pública de Santiago, debido a las torturas aplicadas por sus propios compañeros de la Fach.

Bachelet habló con TVN, en una entrevista junto al periodista Iván Núñez, donde la expresidenta recordó parte de las torturas que vivió en aquel espacio y como vivió el proceso de la dictadura.

“Trae tristes recuerdos, pero también me acuerdo de la solidaridad de las personas que estábamos en las mismas condiciones”, manifestó de entrada, evidentemente emocionada con la visita.

Un recorrido donde rememoró desde los espacios donde estuvo hasta cómo se gestó su detención. “Volví a almorzar a la casa y estaban mis sobrinos, tocan el timbre y aparecen dos señores que eran un capitán y un comandante, nos dicen ‘somos de la DINA’, piden hablar con nosotros, no nos dan los nombres y le dicen a mi mamá que han sabido que ella es ayudista del MIR y tenemos que irnos con ellos… nos metieron a un auto, nos pararon cerca de otro centro, nos pusieron la venda y nos trajeron acá”, contó.

Michelle Bachelet y sus miedos a 50 años del golpe
“Esto no puede ocurrir nunca más en el país… no podemos llegar a una polarización”, reflexionó mientras caminaba, admitiendo que el actual clima político sí la hacía recordar el momento.

Y señaló que “es importante haber hecho este programa en esta Villa porque el setenta por ciento de los chilenos no había nacido para el golpe de Estado. Por lo tanto, muchos de ellos, supieron algo, pero no todo, y en sus familias han recibido una información sesgada”.

“Cuando uno ve encuestas que dicen que hay un porcentaje no menor de la población que cree que la democracia da lo mismo que la dictadura, o que creen que el mejor gobernante de la historia de Chile es Augusto Pinochet, uno dice qué horror, aquí estamos ante un peligro”, agregó.

Luego, expresó que “el problema es que además de polarizados, hay negación de lo que pasó y hay justificación de lo que pasó, entonces yo siento que tú puedes pensar políticamente lo que quieras, pero hay ciertos límites y uno es la verdad, la memoria histórica… los pueblos que no tienen memoria histórica, muchas veces están condenados a repetirla. Y en ese sentido es que a mí me parece tan grave esto“.

La expresidenta sostuvo que “a mí me parece peligroso, he visto odio en alguna gente, indiferencia en otros. He visto ciertas declaraciones públicas, el tono de la discusión. Yo viví como mujer Presidenta el odio de algunas personas… así como la gorda, la neurótica, la incapaz de tomar decisiones… yo también veo eso hoy día”.

En este sentido, declaró que, "al Presidente Boric, cuando salió electo, le dije 'mira Gabriel, a ti te va a pasar por lo mismo, por ser joven que a mí, por ser mujer y, por lo tanto, prepárate para eso".

Bachelet mencionó que "hay mucha descalificación (con el Gobierno de Boric) como 'estos niños', 'estos chiquillos', hay otras peores, pero lo que yo creo es que más allá de que en la política hay derecho de pensar diferente. A mí me preocupan otras señales como la discusión de la constitución, ciertas enmiendas que implican retroceso a los derechos a las mujeres".

Finalmente, Michelle Bachelet manifestó que “lo que necesitamos es que la gente sepa lo que sucedió para que nos cuidemos como sociedad. Hay que aprender las lecciones del pasado. Si no se aprenden, la historia dice que pueden reproducirse.