Bachelet haría un llamado a la “unidad” la noche después de la elección, pero el tema que aún no está resuelto desde La Moneda después que los principales partidos oficialistas le pidieran ese gesto a la Mandataria, con la excepción de la DC, que solicitó “prescindencia” del Ejecutivo. Comentan los analistas Pablo Rodríguez (Instituto Libertad) y Marco Moreno (Universidad Central).
Para proteger su legado más que a Guillier: Bachelet entra a la cancha ad portas de la segunda vuelta
Por Equipo Cambio21
En medio de acusaciones de proselitismo e intervencionismo electoral que provienen de la derecha y de sectores de la Democracia Cristiana, la Presidenta Michelle Bachelet decidió entrar de lleno en la arena de campaña de cara a la segunda vuelta que se produciría este domingo 19 de noviembre si el candidato presidencial de Chile Vamos, Sebastián Piñera, no logra superar el 50% más uno de los votos.
La primera acción fue el apoyo que le dio su madre Ángela Jeria a la postulación de Alejandro Guillier, abanderado del eje de izquierda de la Nueva Mayoría. Lo segundo fue la invitación cursada a un acto público oficial, como lo fue la inauguración del hospital Exequiel González Cortés de San Miguel, donde también asistió Marco Enríquez-Ominami, carta del PRO.
Lo tercero sería un llamado a la “unidad” de toda la centroizquierda la noche después de la elección, tema que aún no está resuelto desde La Moneda después que los principales partidos oficialistas le pidieran ese gesto a la Mandataria, con la excepción de la DC, que solicitó “prescindencia” del Ejecutivo en los días previos a los comicios.
Pesa más el legado que el candidato
Según Pablo Rodríguez, analista del Instituto Libertad, la intensidad del apoyo de Bachelet “depende de cómo le vaya a Guillier en la primera vuelta”.
“Si la distancia entre Piñera y el senador es amplia, veremos menos gestos que los que hemos visto hasta ahora de parte de la Presidenta. Es más, si la ventaja es irremontable se torna mucho más difícil incluir a Guillier en la defensa de su legado y de lo que ha sido su gobierno”, comentó a Cambio21.
Al revés, “si la diferencias es estrecha, ahí el gobierno se podría involucrar en la campaña, pero más en lo que es la fuerte defensa del legado de Bachelet que otra cosa”, remarcó.
“En las últimas tres elecciones (2013, 2009, 2005), Piñera y Bachelet han sido las principales figuras políticas y como tales se han dedicado a defender sus respectivos legados con cifras y obras. Y por lo mismo, Bachelet no quiere volver a entregarle la banda a Piñera y cargar con el peso de no poder darle continuidad a su proyecto político junto a toda la centroizquierda”, explicó el investigador.
“Electorado sin domicilio político”
Marco Moreno, analista y académico de la Universidad Central, sostiene que a Guillier “no le queda otra que cobijarse en la gestión de Michelle Bachelet”.
“Él no tiene espacio para moverse más allá aunque lo tome a regañadientes y de manera porfiada, dado que hasta Marco Enríquez-Ominami se ha visto más audaz en definirse como el continuador de la obra de la Presidenta. Basta recordar que propuso rebautizar el nombre de la estación del Metro Los Leones con el de ella”, expresó a este medio.
“El capital político de la Mandataria, que es el ‘bacheletismo’ puro y duro, oscila entre el 30 y el 35% de aprobación en las encuestas y se trata de un electorado sin domicilio político. Por lo tanto, puede influir en la decisión final de cara a la segunda vuelta, de ahí que sea razonable recurrir a este segmento”, insistió.
Según el docente, “la segunda vuelta es una elección distinta, donde la pugna será entre Piñera versus el gobierno y la batalla de las reformas, esquema en el que Guillier debe mostrarse como el continuador. De lo contrario, no tendrá chances de ganar”.