Oh I'm just counting

Piñera entra fase de desesperación: analistas aseguran que apoyos de Kast y Ossandón no bastan para tranquilizar al sector

Los analistas electorales Carlos Vergara, de la consultora de encuestas Imaginacción, y Davor Mimica, del movimiento Red Liberal, coincidieron en el estado de “desesperación” en el que entró Piñera en esta fase de la competencia… aunque su rival Alejandro Guillier está en la misma, agregan los expertos.

Por Equipo Cambio21
 
El nerviosismo se tomó la campaña de segunda vuelta, por lado y lado. Mientras en la Nueva Mayoría y su candidato Alejandro Guillier contemplan con dudas las exigencias y críticas que provienen de los distintos partidos y movimientos que componen el Frente Amplio, en la derecha cunde la intranquilidad a pesar de los apoyos que recibió su abanderado Sebastián Piñera de parte de sus exrivales del sector, Manuel José Ossandón (RN) y José Antonio Kast (exUDI).
 
Al menos eso es lo que opinan los analistas electorales Carlos Vergara, de la consultora de encuestas Imaginacción, y Davor Mimica, del movimiento Red Liberal, quienes coincidieron -en diálogo con Cambio21- en el estado de “desesperación” en el que entró el exmandatario en esta fase de la competencia.
 
Según Vergara, “negar durante todo el año la gratuidad en la educación y ahora darse un giro, sumado a lo que apareció este lunes en la prensa, de que tomaría elementos de los programas de Carolina Goic y Ricardo Lagos Escobar, son parte de movidas poco elegantes que ha efectuado su comando y él mismo. Se nota que está desesperado por ganar luego”.
 
“Cuando las expectativas por ganar son altas antes de una elección, 45% de los votos, y en las urnas sacas 36%, la sensación es que el resultado fue malo. Lo mismo pasa al otro lado con Guillier, porque se sabe que las cartas no están echadas para nadie. Por lo tanto, nada tranquiliza”, insistió.
 
 
Lo peor para Piñera, recalca el experto, es que “se la apareció el fantasma de que puede perder. Ni siquiera le sirve tanto que haga campaña a su lado el senador Ossandón o Kast”.
 
“Ok, es perfecto que se hagan ‘puerta a puerta’ en Puente Alto. ¿Pero eso significa que los votos se traspasan automáticamente? No se sabe. A lo mejor, la gente lamenta que Ossandón se haya ido con Piñera, pero puede que no vote por él en la segunda vuelta. Una cosa es lo que dicen los dirigentes y otra lo que hará el elector. Además que en Puente Alto ganó Beatriz Sánchez”, enfatizó.
 
“Raspados de olla”
 
Más incisivo aún es Mimica, quien asegura que Piñera “cayó en un shock de intranquilidad más allá de lo que digan las encuestas. Se instaló en el ánimo político”.
 
“Si uno compara lo que pasó la noche del 19 de noviembre con la primera vuelta de 1999, con Ricardo Lagos y Joaquín Lavín, ahí Lagos dijo claramente: ‘escuché el mansaje de la gente’ y cambió todo, comando, generalísima, temas, eslogan, etc. Al revés, Piñera insiste con los ‘tiempos mejores’ y lo único que se supo es que movió a Andrés Chadwick de un lado para otro y nada más. Y esto es grave para él, porque esta elección será más estrecha y más voto a voto que en 2000”, explicó.
 
Para rematar, el investigador hizo una analogía futbolera: “Piñera ganó el primer tiempo del partido, pero se lo empataron en el último minuto y le echaron a un jugador para el alargue. Y eso que el rival (Guillier) no tenía por dónde ganar y ahora hasta tiene el trofeo en la mano”.
 
 
“Y lo peor es que en política no siempre 1+1 es 2. Muchas veces es 3. Puede que a Piñera que le vaya mejor en Puente Alto, pero erróneamente cree que Kast y Ossandón son raspados de olla que se suman en el mismo plato, cuando en el fondo denota que hay un candidato que no sabe qué es y para dónde va. Y eso crea una duda en el votante que podría jugarle en contra”, concluyó.