Oh I'm just counting

Prensa alemana calificó al Presidente Gabriel Boric como el "salvador de la cumbre" CELAC-UE

Foto: El presidente Boric con el mandatario francés Emanuel Macron, en su actividad de este viernes

El periódico económico Handelsblatt resalta la figura del mandatario chileno, en un artículo titulado "El salvador de la cumbre” de la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC): "En Latinoamérica, los chilenos tienen fama de ser fiables y serios. Gabriel Boric, el presidente de Chile (de 37 años), acaba de mostrar en la cumbre de Bruselas que algo de cierto debe haber en ese cliché. Allí se reunieron hasta el martes más de 50 gobernantes de la UE y Latinoamérica en la primera cumbre celebrada desde hace ocho años.(…) Sin embargo, los representantes gubernamentales no tenían preparado nada en lo que ponerse de acuerdo. Se esperaba, sobre todo, que avanzara el acuerdo de la UE y el Mercosur. (…) Pero Brasil no elaboró en los últimos meses una propuesta de negociación conjunta del Mercosur.

"Muy diferente es el caso de Gabriel Boric, de Chile. Él cumplió lo que había prometido hace un mes a la presidenta de la comisión Europea, Ursula von der Leyen, y previamente al canciller alemán, Olaf Scholz, y salvó así la cumbre: el país andino firmó con la UE una declaración de intenciones para una estrecha cooperación futura en materia de cadenas de valor de materias primas. (…)

A diferencia de muchos de los gobernantes izquierdistas de América Latina, Boric critica abiertamente las violaciones de derechos humanos en Nicaragua, Cuba y Venezuela; y rompe un tabú entre la izquierda latinoamericana. Hace poco, en una cumbre sudamericana, Boric no se había ganado las simpatías de Lula, y Gustavo Petro, cuando condenó la política de derechos humanos de Venezuela. Ahora tampoco debe haberles gustado a algunos gobernantes que se robara la película”.

Por qué Chile condena a Putin

El periódico Die Welt hace notar que la declaración final de la cumbre UE-CELAC solo expresó una "profunda preocupación por la guerra que prosigue en Ucrania", y apunta: "Sin embargo, después de todo, hubo una postura clara contra la invasión moscovita, y provino nada menos que de un presidente de izquierda: el presidente de Chile, Gabriel Boric, criticó las empantanadas posiciones de los latinoamericanos, y aprovechó de hablar claro… ‘Lo importante es el respeto del derecho internacional y este ha sido violado aquí claramente. No por ambas partes, sino por una parte, que es la agresora: Rusia'.

No es la primera vez que Boric se distancia así de las posiciones de la izquierda extrema o moderada de América Latina. Él ha trazado una línea política clara: ‘Debemos defender los derechos humanos allí donde se violen, es igual dónde y por quién', repitió Boric ya antes de la cumbre (…).

Ese enfoque en los derechos humanos se impone también en la toma de posición contra Rusia. Otro factor que quizás juegue un papel en la evaluación de alejarse de Rusia y acercarse a la postura de Europa, podrían ser también los redoblados esfuerzos de Bruselas por estrechar los lazos con Chile, económicamente clave. Junto a Brasil y Colombia, el país es considerado una importante opción para diversificar la lista de los grandes proveedores de materias primas del mercado europeo".

Europa quiere dejar atrás la arrogancia

El diario Süddeutsche Zeitung apunta, por su parte, que el acuerdo de libre comercio con el Mercosur está actualmente más muerto que vivo, y que la UE busca otras vías para vincular a Latinoamérica, de forma sostenible y de igual a igual: "Los países de Latinoamérica y el Caribe no se solidarizan incondicionalmente con Europa en lo tocante a la agresión de Putin contra Ucrania, sino que persiguen sus propios intereses. Y tampoco se doblegan tan fácilmente a los deseos europeos en asuntos de cooperación económica, máxime porque China está permanentemente disponible como socio de reemplazo. ‘Este es un llamado a abrir los ojos', dijo el jefe de gobierno de los países Bajos, Mark Rutte, en Bruselas. Indicó que Europa fue en el pasado ‘bastante arrogante'. Y eso debe cambiar”.