Al filo del plazo. Este lunes, el Senado despachó a la Cámara el proyecto de Ley Corta de Isapres, iniciativa impulsada por el Ejecutivo que busca dar viabilidad al cumplimiento del fallo de la Corte Suprema que obliga a las aseguradoras a aplicar la tabla única de factores y devolver a los usuarios los cobros en exceso.
Según las entidades privadas, expertos y autoridades, la ejecución del dictamen iba a ocasionar una crisis en el sistema, y afectación a los afiliados. Incluso, que dejaría efectos en el Fondo Nacional de Salud (Fonasa).
El único voto en contra a la iniciativa por parte del oficialismo fue el del senador del Partido Socialista (PS) Alfonso de Urresti. Además, Juan Luis Castro (PS) se abstuvo de votar.
Si hay una palabra que puede definir todo el proceso tras el dictamen del fallo de la Corte Suprema, esa es “tensión”. Desde el inicio de la problemática, el ambiente en salud estuvo en vilo por cómo resolver la eventual crisis.
Se barajaron distintas alternativas con relación al dictamen, pero la que más tomó sentido en el mundo político fue la presentación de un paquete de proyectos de ley que sean legislados de forma breve y rápida. A esto se le denominó Ley Corta de Isapres. La idea de esta iniciativa era tener un proceso de tramitación legislativa mucho más acotado de lo que hubiese sido el ingreso de una reforma constitucional.
Pero las discusiones, desacuerdos y tensiones tanto al interior del oficialismo, como en la oposición, hicieron que esto se expandiera más de presupuestado. Literalmente, hasta el último día de la posibilidad de cambio de normativa.
De hecho, los desacuerdos alcanzaron tal nivel, que hasta este mismo lunes aún no había certeza de si los adherentes del Gobierno iban a respaldar la ley corta. Y es que en personeros de fuerzas frenteamplistas, socialdemócratas y comunistas, se manifestaron desacuerdos a la propuesta.