La vocera de Gobierno, Camila Vallejo, llamó a no "usar políticamente" la salida de Christian Larraín de la Subsecretaría de Previsión Social para "boicotear las posibilidades" de avanzar en una reforma de pensiones, algo que -aseguró- han buscado sectores de oposición pese a que el caso ya está bajo sumario administrativo.
Vallejo lamentó que por este caso la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, vea cuestionado su papel de interlocutora válida.
"Me llama la atención ese planteamiento. La ministra Jara es una de las ministras más reconocidas en el Gobierno por su capacidad de diálogo. Hace poco era valorada en las portadas por hacer llegar a acuerdo a grandes empresarios con la CUT", destacó la secretaria de Estado.
Ante esa situación, llamó a "dejar de usar políticamente el caso del (ex) subsecretario (Larraín), que, además, está bajo sumario administrativo, para boicotear las posibilidades de avanzar en una reforma de pensiones".
"No es bueno para el ejercicio del debate político mezclar peras con manzanas, y además sorprende, porque era el mismo subsecretario que lideraba la mesa técnica a la que la oposición no quiso concurrir. Me parece una jugada que se sale del fair play", cuestionó la ministra vocera en el diario El Mercurio.
En cuanto a los motivos para realizar un sumario a Larraín tras salir de su cargo como subsecretario, advirtió que "hay que conocer cómo se dan los requisitos para las presentaciones de sumario administrativo, sobre todo cuando nunca se puede obligar a una denunciante a definir en qué momento es que presenta una denuncia formal o no".
"Esto nunca determina cuál es el mejor momento para que te llegue una denuncia de acoso. Es ridículo. Lo importante es que cuando se presenta esto se proceda por las vías correspondientes y respetando las personas que hacen la denuncia", puntualizó Vallejo, quien dio cuenta también que "los cargos de subsecretarías son de confianza, dependen y se sostienen por el simple hecho de mantener la confianza del Presidente".
Finalmente, la autoridad evitó referirse a las declaraciones de Larraín, quien acusó ser víctima de una cultura de la cancelación sin una investigación previa.