La Fuerza Aérea de Chile (FACh) emitió una “alerta de tráfico aéreo no identificado” después de que uno de sus radares detectara una aeronave desconocida en el espacio aéreo nacional. Bajo ese contexto, se especuló que estos aviones venían desde Argentina.

La situación activó de inmediato los protocolos de defensa, movilizando aviones F5 en la región de Magallanes y generando preocupación en las autoridades chilenas.

En respuesta a la alerta, desde Argentina aseguraron que ninguna de sus aeronaves cruzó el espacio aéreo chileno.

Fuentes del Ministerio de Defensa trasandino afirmaron al diario La Nación que “la única actividad de vuelo que se ejecutó el día 27 de agosto fue un vuelo LADE -Líneas Aéreas del Estado- con el sistema Twin Otter”, el cual ocurrió “fuera del horario que ellos dicen”. Además, recalcaron que no hubo vuelos de combate ni ninguna actividad militar relacionada con Chile en esa jornada.

Fuentes castrenses indicaron a Clarín que la incursión podría haber sido causada por un avión Twin Otter de la FACh o un Typhoon británico que a menudo sobrevuela la región entre Chile y las islas Malvinas. La situación generó tal nivel de alerta en Chile que, además de la movilización de la FACh, las autoridades políticas también se pronunciaron.

La ministra del Interior, Carolina Tohá, declaró que se ha iniciado una investigación para determinar el origen de la nave detectada y su tipo.

Por su parte, la ministra de Defensa, Maya Fernández, tranquilizó a la ciudadanía al afirmar que “la Fuerza Aérea activó los protocolos y defendió nuestra frontera y soberanía como corresponde”.

A pesar de la tensión generada en Chile, el incidente no causó mayor repercusión en Argentina, donde la reacción fue más bien de indiferencia, según Clarín.

Esto se asemeja a la actitud adoptada por las autoridades trasandinas después del reclamo del presidente Gabriel Boric por la instalación de paneles solares en suelo nacional.