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Banco Mundial: riqueza del mundo ha aumentado, pero persisten las desigualdades

La riqueza mundial creció significativamente durante las últimas dos décadas, pero la riqueza per cápita se redujo o se estancó en más de 20 países pertenecientes a varios grupos de ingresos, reveló un informe del Banco Mundial. En el documento, que no se limita a indicadores tradicionales como el Producto Interno Bruto (PIB), se utiliza la riqueza para seguir de cerca los avances económicos y la sostenibilidad de los países.
 
En The Changing Wealth of Nations 2018 (La Riqueza Cambiante de las Naciones 2018) se hace un seguimiento de la riqueza de 141 países entre 1995 y 2014, combinando capital natural (como bosques y minerales), humano (ingresos a lo largo de la vida de una persona), producido (edificios, infraestructura, etc.) y activos extranjeros netos. Con ello, se concluyó que, en términos generales, el humano fue el componente más importante de la riqueza, mientras que el natural representó casi la mitad de la riqueza de los países de ingreso bajo.
 
“Fortaleciendo y promoviendo el capital natural y humano, los países del mundo pueden fomentar la riqueza y fortalecerse. El Grupo Banco Mundial está acelerando sus esfuerzos para ayudar a los países a invertir más —y con mayor eficiencia— en su población”, declaró su presidente, Jim Yong Kim, añadiendo que “no puede haber desarrollo sostenido y confiable si no tenemos en cuenta el capital humano como el componente más importante de la riqueza de las naciones”, advirtió.
 
El informe llega a la conclusión que la riqueza mundial creció aproximadamente un 66%, pero la desigualdad fue considerable, dado en los países de ingreso alto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) la riqueza per cápita fue 52 veces mayor que la de los países de ingreso bajo.
 
También se registra una disminución en la riqueza per cápita de varios países grandes de ingreso bajo, algunos países de Oriente Medio ricos en carbón y algunos países de ingreso alto de la OCDE afectados por la crisis financiera de 2009. La disminución de dicha riqueza implica que pueden agotarse activos que son esenciales para generar futuros ingresos, un hecho que no siempre se ve reflejado en las cifras de crecimiento nacional del PIB.
 
Además se concluye que, durante las últimas dos décadas, más de 20 países de ingreso bajo, donde en 1995 el capital natural era el componente predominante de la riqueza general, pasaron a ser de ingreso mediano, en parte invirtiendo ganancias derivadas del capital natural en sectores como el de infraestructura, así como en los de educación y salud, que incrementan el capital humano.
 
Asimismo, se menciona que, si bien las inversiones en capital humano y en capital producido son esenciales, hacerse rico no implica solamente liquidar capital natural para generar otros activos. El capital natural por persona de los países de la OCDE es tres veces más elevado que el de los países de ingreso bajo, aun cuando en los primeros la proporción de capital natural en relación con la riqueza total es apenas el 3%.
 
“El crecimiento será a corto plazo si se basa en el agotamiento del capital natural como los bosques y los recursos pesqueros. Lo que hemos demostrado en nuestra investigación es que el valor del capital natural por persona tiende a aumentar con los ingresos. Esto contradice la concepción tradicional de que el desarrollo implica necesariamente el agotamiento de los recursos naturales”, declaró Karin Kemper, directora superior del Departamento de Prácticas Mundiales de Medio Ambiente y Recursos Naturales del Banco Mundial.
 
El informe estima que el valor de los activos de capital natural se duplicó a nivel mundial entre 1995 y 2014. Esto es resultado, entre otros factores, del incremento en los precios de los productos básicos así como el aumento en las reservas económicamente probadas. En contraste, el valor productivo de los bosques disminuyó 9%, mientras que la tierra agrícola se expandió a costas de los bosques en muchos lugares.
 
En el último análisis, que se basa en evaluaciones similares realizadas por el Banco Mundial en 2006 y 2011, se incluyen por primera vez estimaciones del capital humano. Este se mide como el valor de los ingresos de una persona en lo que le resta de vida laboral, teniendo en cuenta la salud y la educación. Las mujeres representan menos del 40% del capital humano mundial, debido a que perciben menos ingresos a lo largo de sus vidas. Lograr la igualdad de género podría incrementar el capital humano en un 18%.
 
El capital humano y el producido representan dos tercios y un cuarto, respectivamente, de la riqueza mundial. El natural, en tanto, representa un décimo de dicha riqueza, pero sigue siendo el componente más importante de la riqueza de los países de ingreso bajo (el 47 % en 2014) y representa más de un cuarto de la riqueza de los países de ingresos mediano.
 
La riqueza de los países se calcula a partir de datos de acceso público extraídos de fuentes reconocidas internacionalmente y utilizando una metodología que se aplica de manera uniforme en todos los países. En el informe no se relevaron algunos de los componentes de la riqueza natural, como el agua, los recursos pesqueros y las fuentes de energía renovables.