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El coronavirus puede tener efectos cardiovasculares, confirma la Organización Mundial de la Salud

Por Antonia Paz
 
La Organización Mundial de la Salud aseguró que a pesar de que el COVID-19 causa mayoritariamente un síndrome respiratorio entre quienes lo padecen, está claro que existe una proporción de pacientes que sufren de una respuesta inflamatoria más amplia, ya sea vascular o del sistema circulatorio, así como de otros órganos.
 
“Es claro que la enfermedad aún causa mayoritariamente un síndrome respiratorio, y lo vemos lamentablemente todos los días en los hospitales en las unidades de cuidados intensivos con pacientes que no pueden respirar, con sus niveles de oxígeno bajando, y con terribles daños en su tejido pulmonar que se demuestran en los exámenes y radiografías.
Mike Ryan explicó que a través de la historia se han visto enfermedades que no atacan exclusivamente a un órgano del cuerpo hasta después de mucho tiempo y muchas generaciones de transmisión.
 
“A veces tardan décadas, a veces cientos de años, para que algunas enfermedades establezcan lo que parece ser un órgano que se afecta más que cualquier otro, y por eso existen virus como los de la hepatitis que se llaman así porque afectan principalmente al hígado. Pero hay muchos tipos de otros virus que causan el mismo síntoma”, aseguró el experto.
Ryan además dijo haber recibido informes hasta de encefalitis o inflamación del cerebro en pacientes con COVID-19, así como otros síntomas que se están investigando.
Sobre reportes en medios sobre una investigación en Francia que a punta a que la nicotina podría proteger frente al coronavirus, la doctora María Van Kherkhove recordó firmemente que el tabaco mata.
“Sabemos sobre los daños a la salud que causa el tabaco, y sabemos que millones de personas mueren cada año por consumirlo. El COVID-19 es una enfermedad respiratoria, y fumar causa daños en los pulmones y hay varios estudios que han sido publicados y que demuestran que fumar influye en desarrollar una enfermedad más severa y pone a las personas en un riesgo más alto de que necesiten un respirador, sean puestos en la unidad de cuidados intensivos, y mueran”, aseguró.
 
Sabemos que los fumadores que se infectan con COVID-19, tiene mayor riesgo de enfermedad severa y muerte”, dijo.
Coronavirus: posibles efectos en el sistema cardiovascular
Hasta hoy no existe vacuna ni tratamiento antiviral efectivo. Los principales factores asociados con la mortalidad fueron los mayores de 60 años y la presencia de patología de base como diabetes, cáncer, enfermedad cardiovascular o pulmonar.
 
La infección por SARS podría haber estado asociada con complicaciones cardiovasculares, aunque la evidencia no es muy clara ya que solo se tienen datos derivados de series de casos. No parece haber sido causa de síndrome coronario agudo o de disfunción ventricular. El síntoma más frecuente fue la taquicardia, y otras manifestaciones descritas fueron la hipertensión y la bradicardia, generalmente autolimitadas y no muy importantes.
Importancia de la miocarditis en la COVID-19
 
El virus SARS-CoV-2 puede afectar al miocardio y producir miocarditis. Se han publicado casos esporádicos de autopsia que han mostrado infiltración del miocardio por células inflamatorias mononucleares.
En un estudio de pacientes hospitalizados por COVID-19 aproximadamente un 20% tenían daño cardiaco definido por elevación de la troponina ultrasensible. Estos pacientes eran más mayores, tenían más de sesenta años y tenían cifras más altas de leucocitos, proteína C reactiva y procalcitonina.
 
En otro trabajo con pacientes hospitalizados por COVID-19 los pacientes tenían antecedentes cardiovasculares y tenían evidencia de daño cardiaco por elevación de troponina T. La mortalidad fue mayor en pacientes con troponina elevada . Los pacientes con troponina elevada tenían mayor edad, mayor incidencia de comorbilidades, mayor elevación de marcadores inflamatorios y mayor incidencia de complicaciones graves como distrés respiratorio, arritmias graves o coagulopatía.
La combinación de historia cardiovascular y elevación de troponina definió al grupo con mayor mortalidad de toda la serie.
 
Implicaciones para la práctica clínica
 
Las infecciones virales son cuadros bien conocidos que pueden ser la causa de síndromes coronarios agudos, arritmias o de la aparición o empeoramiento de episodios de insuficiencia cardiaca. El nuevo coronavirus SARS-CoV-2 es también una nueva causa de problemas cardiovasculares.
 
La evidencia disponible indica que la edad mayor de 60 años, el sexo masculino y la presencia de comorbilidades son los principales factores asociados a la gravedad del cuadro por COVID-19 y a la mortalidad. La presencia de daño cardiaco, definido por elevación de los niveles de troponina, miocarditis y distrés respiratorio, son otros factores independientes asociados de forma importante con la mortalidad.
 
Hasta el momento en el que tengamos una vacuna o un tratamiento específico para el virus, el manejo de la enfermedad por COVID-19 es el tratamiento de soporte y el manejo de las complicaciones, que en el caso de las complicaciones cardiovasculares es el recomendado por las guías de práctica clínica. El SARS-CoV-2 utiliza el enzima conversor de la angiotensina 2 como receptor para entrar en las células del huésped. Existe mucho interés en conocer si la manipulación de esta vía metabólica puede influir en el desarrollo de la infección y de la enfermedad.
 
Sin embargo, no hay ningún dato que haya mostrado que los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina IECA, los bloqueadores del receptor de la angiotensina o los antagonistas del eje renina angiotensina aldosterona se asocien a ningún beneficio o riesgo.