El mundo político progresista debate fuertemente sobre 1 o 2 listas para las elecciones del Consejo Constitucional del 7 mayo, ya que este 7 de febrero se cierra plazo para la inscripción de listas.
El Gobierno presiona por una lista única y hay diversos actores políticos que postulan la inconveniencia de esa fórmula y plantean 2 listas, una de las cuales permita el reencuentro del mundo humanista con el mundo socialdemócrata/liberal y que se perfile electoralmente una propuesta reformista/gradualista con vocación de mostrar al país que se puede gobernar bien, que se puede hacer lo que se dice y que supere las falencias de la actual mala gestión gubernamental.
Después de la derrota del plebiscito de salida -demostración de un giro conservador en la sociedad chilena- es clave que los actores políticos reflexionemos y dibujemos nuevas estrategias para reconectar con ese electorado masivo que trae el Voto obligatorio, serán más de 12 millones de chilenos/as que votarán y no los 7 millones que habitualmente votaban con el voto voluntario.
El voto obligatorio impone un desafío a los actores democráticos, especialmente en materia de propuestas y relatos. La mayoría de la ciudadanía quiere certezas, buenos gobiernos, progreso económico y social, mayor seguridad en sus barrios, una mejor democracia especialmente a nivel local y quiere actores políticos que se jueguen por esa Agenda.
El desafío es hacer Política para conectarnos con esos 12,0 millones de ciudadanos y que volverán a votar en las elecciones futuras y eso significa dejar atrás las peleas por twitter y volcarnos a reconectarnos con este nuevo Chile más exigente, más desconfiado, pero que sigue aspirando a tener una mejor calidad de vida para su familia y comunidad.
En esa conversación con la ciudadanía dimensionaremos el nivel de decepción y desconfianza ciudadana que genera el actual gobierno por su mal manejo político, por su incapacidad de enfrentar el avance de la delincuencia y no generar ayudas sociales potentes a las familias vulnerables ante el aumento de la inflación y el desempleo, por la desconfianza que genera tanto discurso, video en redes sociales pero que no se expresan en políticas concretas que mejoren efectivamente la calidad de vida de las familias vulnerables y de ingresos medios.
Un gobierno que marca en las encuestas entre 25% a 30% no gana elecciones, por tanto, sería un tremendo error político convertir las elecciones del Consejo Constitucional en un nuevo plebiscito sobre la gestión del gobierno; al contrario, le traspasa una fuerte carga al oficialismo que debe defender pocas políticas buenas y pagar costos por muchas malas y lentas políticas públicas.
Eso lo ha aprovechado la derecha y por eso resulta clave construir un dique político y social que apunte a retener ese electorado que quiere cambios, mejor calidad de vida y transformaciones bien realizadas construyendo un polo progresista/socialdemócrata que reúna al PPD, la DC, al PR y también al PS.
Un polo humanista/socialdemócrata recupera electorado perdido en septiembre pasado, permite mostrar alternativas transformadoras y revisibiliza a una alianza política que tiene una historia de logros y avances -que supera los actuales estancamientos-.
Insisto no repitamos el error del plebiscito de septiembre pasado de convertir el evento electoral en un test sobre el gobierno, la opinión ciudadana está armada sobre la gestión actual y por ende construyamos otro escenario político/electoral donde la sociedad que quiere avances con certezas, transformaciones con gradualidad, con políticas de Estado transversales tenga la opción de votar por una lista de centroizquierda reformista.
Ojalá le demos la oportunidad a ese electorado que pueda votar por una alianza reformista .