Oh I'm just counting

En medio de la investigación por parte de la Fiscalía por graves delitos de Colusión, Dreams asegura que ha consolidado su liderazgo en la industria de los casinos. Tiene una multa histórica de 112 millones de dólares

Por Antonia Paz R.

La Fiscalía Nacional Económica (FNE) ha acusado a Dreams, junto con Enjoy y Marina del Sol, de coordinarse para manipular las licitaciones de permisos de operación de casinos entre 2020 y 2021.  ¿El plan? Cada empresa se comprometía a no competir por las licencias de las otras, asegurando así la renovación de sus propios permisos sin oposición. Un enfoque "verdaderamente innovador" para evitar las molestias de la competencia.

Este acuerdo permitió que las ofertas económicas presentadas fueran sorprendentemente bajas, algunas representando menos del 1% de los ingresos brutos anuales de los casinos.  Una ganga, considerando que en licitaciones anteriores las ofertas superaban el 20%. Sin duda, una muestra de "astucia empresarial" al minimizar costos y maximizar beneficios, aunque a costa del Estado y de la libre competencia.

La FNE, muy poco impresionada por esta muestra de “ingenio”, ha solicitado histíricas multas que suman aproximadamente 151,9 millones de dólares y la revocación de los permisos obtenidos bajo este esquema. 

Las mayores multas fueron solicitadas para Dreams, con 126.806 UTA (aproximadamente US$ 112,4 millones); y para Enjoy, con 41.498 UTA (casi US$ 36,8 millones). Se trata de cifras históricas para casos de colusión en Chile.

Pero no todo son malas noticias para Dreams, Enjoy y Narina del Sol; al menos han demostrado que la colaboración entre competidores puede ser extremadamente rentable, aunque ilegal.

La FNE tiene pruebas tajantes de los delitos de colusión. Allanó las casas y departamentos de los gerentes y socios de las tres empresas acusadas de colusión. Requisó sus teléfonos y computadores. En estos equipos electrónicos se conocieron citas y reuniones clandestinas de los CEO de las tres empresas de casinos de juego. 
Es más, uno de esos gerentes se acogió a la rebaja de penas (Marina del Sol) por delación compensada. O sea, contó todo ante la fiscalía y la policía lo que hacian para no competir y ponerse de acuerdo entre ellos. O sea cometer el delito de colusión. 

En resumen, mientras algunos celebran el éxito de Dreams en el sector, es esencial reconocer las “estrategias” empleadas para alcanzar dicho liderazgo. Tal vez, en el futuro, consideren métodos más convencionales y legales para destacar en la industria.

Una vez más, Dreams se alza como líder indiscutido del mercado de casinos en Chile. ¿La fórmula del éxito? No es magia, ni innovación, ni siquiera una buena racha en la ruleta. No. Es mucho más simple: hacer ofertas bajísimas en las licitaciones… cuando no hay nadie más compitiendo.

Gracias a "su brillante estrategia de no competir donde no te conviene”, pactada amistosamente con sus viejos amigos de Enjoy y Marina del Sol, Dreams pudo presentar ofertas que apenas rozaban el 1% de sus ingresos brutos anuales. Nada mal, considerando que en tiempos de competencia real las ofertas superaban fácilmente el 20%. Pero claro, cuando el resto de los jugadores acuerda mirar para otro lado, es fácil quedarse con la banca.

Pero no a todos les fue bien: Enjoy decidió devolver las tres más importantes licencias o casinos que operaban en Chile: Coquimbo, Viña del Mar y Pucón.

La Fiscalía Nacional Económica dice que esto se llama clara y derechamente como delitos de colusión.

Preferimos llamarlo "sinergia estratégica entre rivales para maximizar eficiencia y minimizar molestos riesgos de mercado". Así, sin competencia y con costos bajísimos, los resultados financieros lucen espectaculares. Porque claro, es mucho más rentable operar un casino cuando no tuviste que pelear con nadie por la licencia.

Entonces, cuando vemos los informes que celebran el “liderazgo consolidado” de Dreams, no olvidemos a quién deben realmente ese éxito: a la colaboración "fraternal" entre empresas que decidieron que competir era simplemente un mal hábito de la libre empresa.

¿Quién necesita mercado cuando puedes tener cartel?