Por Antonia Paz
Médicos alertan sobre posibles derrames cerebrales, convulsiones, pérdida del olfato y otros síntomas neurológicos en pacientes infectados con el virus.
De todos es sabido que el COVID-19 es un mal respiratorio, que puede afectar de diferentes maneras: desde un catarro leve hasta un grave cuadro de neumonía. Sin embargo, también se sabe que puede causar complicaciones en los riñones, en el aparato digestivo, en la sangre y en el cerebro.
Pueden presentarse síntomas más allá de la dificultad respiratoria en pacientes con COVID-19. Según especialistas, se han registrado casos de derrames cerebrales, convulsiones y de personas que presentan velocidades de procesamiento cognitivo más lentas de lo normal.
¿Cuál es el denominador común entre estos pacientes? Que la mayoría de esos casos hubo alteraciones en el sistema nervioso. Una cantidad cada vez mayor de informes de hospitales de todo el mundo muestran que en algunos pacientes la enfermedad puede dañar el cerebro.
Según estudios determinó que más del 36% de los paciente positivos tuvieron síntomas neurológicos durante el curso de la enfermedad. Entre las señales más comunes estaban los mareos y el dolor de cabeza; también se dieron casos de derrames cerebrales y de pérdida del gusto y el olfato. Un dato alarmante es que, en los pacientes de COVID-19, existe un prevalencia más alta del síndrome de Guillain-Barré, un padecimiento que puede provocar parálisis temporal.
¿Por qué puede ocurrir todo esto?
Una teoría que circula en las comunidades científicas y médicas es que el virus puede entrar en el sistema nervioso a través del bulbo olfativo, se encuentra justo encima de la cavidad nasal y transmite información de la nariz al cerebro. Esto explicaría por qué muchas personas con la COVID-19 reportan una pérdida del olfato o del gusto.
“Es una teoría que suena bien”, dice Chou, en especial si se considera que “sabemos que el coronavirus vive en la nariz”. (Las pruebas de virus se realizan a menudo mediante un hisopo nasal). Pero “actualmente no hay ninguna prueba de ello en absoluto”, agrega.
La doctora Sherry Chou, de Pensilvania, Estados Unidos, manifiesta que, a veces, cuando el cuerpo combate una infección, “no es la infección en sí misma la que daña el cerebro y los nervios, sino la respuesta del cuerpo para intentar combatirla”.
“Esa respuesta te puede dañar el cerebro y los nervios por error. Piensa en esto como ‘fuego amistoso’”, dice Chou.
Las lesiones en el cerebro y el sistema nervioso también podrían ser el resultado de un efecto de cascada por la pérdida de oxígeno de los pulmones dañados que lleva a la insuficiencia de órganos multisistémicos, afirman expertos.
Se sabe que la COVID-19 es una de las enfermedades que más coágulos causa, los cuales pueden llevar a problemas de salud que ponen en peligro la vida, incluidos los accidentes cerebrovasculares.
Especialistas también especulan que algunos de estos casos podrían deberse a la gravedad de la enfermedad, ya que las afecciones críticas y las infecciones graves predisponen a una persona a sufrir un derrame.
Terreno incierto'
Entre las preguntas más apremiantes que tiene en mente -los expertos de todo el mundo- están por qué y cómo el nuevo coronavirus produce síntomas neurológicos en algunos pacientes. ¿Apunta directamente al sistema nervioso? ¿O es el cerebro simplemente una víctima de la reacción del cuerpo a la infección?
“Estamos realmente en terreno incierto”, dice Chou, señalando que la mayor parte de lo que sabemos sobre cómo el virus ataca el cuerpo todavía es anecdótico, debido a la novedad y al actual enfoque en el cuidado y la contención. Sin embargo, tiene la esperanza que la brecha en el conocimiento se reduzca pronto. Encabeza un consorcio de investigación de médicos y científicos de todo el mundo para comprender mejor el impacto del virus en el cerebro y el sistema nervioso.
“Tenemos que averiguar tan rápido como podamos, y con tanta precisión como podamos, cuán grande es el problema, con qué frecuencia sucede y a quién afecta”, agrega Chou.
El virus contra el sistema inmunológico
Otra idea es que la reacción del cuerpo a la infección es lo que causa el daño al sistema nervioso en algunas personas con COVID-19. A veces, cuando el cuerpo combate una infección, “no es la infección en sí misma la que daña el cerebro y los nervios, sino la respuesta del cuerpo para intentar combatir esa infección”, explica Chou. Y esa respuesta “te puede dañar el cerebro y los nervios por error, casi”. Piensa en esto como “fuego amistoso”, dice Chou.
Este tipo de reacción no es exclusivo de la COVID-19. Cuando el cuerpo combate el virus que causa la gripe, por ejemplo, una respuesta inmunológica puede desencadenar mareos y dolores de cabeza, explica Igor Koralnik, profesor de Neurología de la Facultad de Medicina Feinberg de Northwestern University. El dolor de cabeza es otro síntoma neurológico posible de la COVID-19 indicado por los CDC.
Debido a que la dificultad para respirar es común entre las personas con casos moderados a graves de COVID-19, Koralnik señala la posibilidad de que una infección primaria pueda tener lugar en el tronco cerebral, en particular en la parte que alberga los centros respiratorios y controla la respiración. Una infección en esta parte del sistema nervioso “podría empeorar aún más la insuficiencia respiratoria del paciente, si fuera el caso”, explica Koralnik.
“Así que no queda claro si se trata de una infección directa por el virus o si es secundaria a la inflamación sistémica que [un paciente puede tener] debido a una respuesta inmunológica desregulada al virus”.