Por Jackie Mercado
Cabe destacar que, según los datos obtenidos de un estudio del departamento de urología y psiquiatría de la universidad de California, el 40% de las mujeres nunca ha buscado tratamiento o ayuda.
Los problemas más comunes son:
Vaginismo: Imposibilidad de realizar el acto sexual, debido a la contracción involuntaria de los músculos del tercio inferior de la vagina.
Dispareunia: También se denomina coitalgia. Son molestias que padece la mujer durante el acto sexual, haciéndolo doloroso o dificultoso.
Problemas sexuales en los hombres
En cuanto a los hombres, la disfunción eréctil afecta al 10% y este porcentaje aumenta hasta el 30% en los varones de entre 40 y 70 años.
Los problemas más comunes son:
Impotencia o disfunción eréctil: Se define como la Incapacidad persistente o recurrente para conseguir y/o mantener una erección suficientemente firme para poder consumar una relación sexual satisfactoria.
Eyaculación precoz: Imposibilidad de controlar de manera voluntaria la eyaculación. Puede aparecer bruscamente o de forma paulatina.
Anorgasmia: Es la disfunción en que la respuesta eyaculadora sólo está inhibida parcialmente. La emisión del semen es en forma de “goteo” y existe una ausencia de sensaciones placenteras.
Dispareunia: Coito doloroso que puede darse durante el mismo acto o bien después. Pueden generarse por una extrema sensibilidad del glande por alguna lesión, falta de higiene, fimosis o estrechez uretral, entre otras razones.
Bajo deseo sexual: Inhibición persistente o recurrente del deseo sexual o la libido, con una disminución o bloqueo en la apetencia sexual.
La mayoría de las disfunciones sexuales son multicausales, con factores tanto orgánicos normalmente vasculares como psicológicos. Las alteraciones de la función sexual pueden aparecer como consecuencia de enfermedades diabetes, cáncer de próstata, etc. También son factores de riesgo tomar ciertos medicamentos antidepresivos, antihipertensivos, etc.), los hábitos tóxicos abuso de alcohol o tabaco y por supuesto el estrés, cansancio y ansiedad.
¿Qué se puede hacer?
Hay diversos tratamientos terapias, medicamentos, intervenciones quirúrgicas según cada disfunción sexual, pero lo más importante en cualquier caso es visitar a un profesional para que nos oriente sobre la solución más adecuada.
Algunas recomendaciones para finalizar:
Hábitos saludables: no abusar del consumo de tabaco ni de alcohol. Hacer ejercicio de manera regular y alimentarse saludablemente.
Mantener una vida sexual activa, ya que reduce las probabilidades de desarrollar un problema sexual.
Visitar al especialista cuando se presente un problema.
1) Hacer ejercicio con regularidad
“Al practicar ejercicio experimentaremos una mejoría emocional y, este estado de bienestar y satisfacción, seguramente aumentará la libido. Además, el ejercicio regular mejorará la condición física, lo que ayuda a disfrutar más en la cama”.
La natación como ejercicio de bajo impacto. “Es un deporte que, en mujeres, puede fortalecer el tono del suelo pélvico, importante para que hagan frente a disfunciones sexuales, como el vaginismo y la dificultad para alcanzar orgasmos. En hombres, es bueno para superar problemas de control de eyaculación y mejorar las erecciones”.
El pilates es beneficioso para mejorar la vida sexual, siempre y cuando no se tengan problemas de suelo pélvico. “Si se tienen, hay que solucionarlos primero para que estos ejercicios no agraven la situación”.
2) Dejar el tabaco
Investigaciones avalan el perjuicio del consumo de tabaco en la función eréctil. “El tabaco afecta los flujos sanguíneos del pene, adelantando el envejecimiento prematuro de sus arterias”, asegura.
3) Tener una dieta equilibrada
“Los hombres que basan su dieta en un alto contenido en grasas saturadas presentan hasta un 38 por ciento de disminución de la concentración de espermatozoides en la eyaculación, y un 41 por ciento menos de líquido espermático”.
4) No realizar prácticas de riesgo
Una buena salud sexual depende de múltiples factores. “Entre los más importantes está el uso de métodos anticonceptivos, los cuales ayudan a prevenir enfermedades de transmisión sexual (ITS) y embarazos no planificados”.
Recuerde siempre que:
Las Infecciones de transmisión sexual (ITS) no distinguen si se es homosexual, mujer, joven, hombre, bisexual, alto, heterosexual, etc. A todos les puede tocar.
El único medio que previene las ITS es el preservativo.
5) Usar anticonceptivos
Conozca todos los métodos anticonceptivos: métodos barrera mecánica o química, métodos hormonales, DIU y métodos quirúrgicos. Advierte de que la marcha atrás no es un método anticonceptivo.
6) Practicar técnicas de autocontrol emocional
El estrés suele producir una disminución del deseo sexual al reducir el nivel de testosterona en sangre. En estos casos, “la práctica regular de la respiración, la relajación muscular y la meditación pueden ayudar a regular las emociones”.
7) Evitar relaciones tóxicas
También en el plano emocional, hay que evitar las relaciones tóxicas. “Toda relación de pareja debe ser una relación entre iguales, consentida por ambas partes, sin presión, chantaje o violencia”.
En una relación, el placer, la ternura y los afectos, se comparten. Igualmente, hay que defender el derecho a desvincularse de la otra persona. Se considera que es la única forma de ser coherente y de aceptar que el ser humano es libre y responsable.
8) Mejorar la información sexual
La falta de información en torno a la sexualidad y nuestro cuerpo afecta a la salud sexual de las personas. “Hay que mejorar nuestro autoconocimiento y la psicoeducación acerca de los elementos que favorecen el bienestar y el crecimiento erótico y sexual”.
9) Conocerse
10) Comunicarse