El mundo moderno enfrenta un desafío crucial: recuperar el sentido de pertenencia y significado, en medio de una creciente alienación social y deterioro ambiental. La Federación SD es una esperanza para reencantar y reconectar a Chile, podría ser el motor de una estructura político-social que reconecte a las personas con su entorno y con ellas mismas, basada en principios de sostenibilidad, justicia y cohesión social.
Una Crisis de Confianza
El progreso técnico y económico ha desplazado la riqueza de la conexión esencial entre personas y su sentido de vida/felicidad. lo que ha resultado en una sociedad alienada, centrada en el consumismo, carente de propósito, esto sigue profundizando brechas en la capacidad que tenemos las y los chilenos para transformar, e implementar cambios sociales significativos. La desconexión entre la ciudadanía, las élites y los movimientos sociales, alimentada por promesas incumplidas y expectativas frustradas. Las instituciones, percibidas como improductivas, no consiguen canalizar las demandas sociales, mientras los discursos polarizadores y las emociones de desilusión minan la cohesión social. Este entorno genera un clima de apatía y resentimiento, donde la inmovilización percibida sustenta la desconfianza, genera caos y deterioran la paz mental y social.
Reconstruir esta confianza requiere estrategias inclusivas que fortalezcan la confianza en la participación ciudadana y restauren la credibilidad en el sistema democrático y su accionar. Para nuestra democracia urge superar relaciones disfuncionales entre ciudadanía, elites y movimientos sociales, para construir capacidades colectivas que en el tiempo signifiquen cambios certeros. reestablecer el valor de la autoridad por sobre el poder en las trayectorias políticas para un entendimiento social, podría ser el ingrediente que nos devuelva la capacidad de volver a creen en que podemos crecer, reactivar el desarrollo potencial con justicia social de avances, descontinuada en los Gobiernos de Sebastián Piñera. “De jaguares de Latinoamérica, pasamos a gatitos invadidos por el crimen organizado”.
Recuperar el Desarrollo
En abril de este año, el socialismo democrático presentó un manifiesto titulado «Izquierda racional y realista», un documento que propone ideas clave para el progreso de Chile. Este manifiesto se materializó con una pequeña innovación, en una lista de concejales del PS-PPD-PDC, marcando el inicio de una nueva ruta: retomar las "vías al desarrollo" con el objetivo de convertirnos en un país plenamente desarrollado.
Chile necesita un nuevo actor político consolidado, capaz de combinar la experiencia positiva vivida durante el gobierno de Ricardo Lagos Escobar, en los tiempos de la Concertación, con los avances de la Nueva Mayoría liderada por Michelle Bachelet.
Los líderes que impulsen este proceso deben tener la capacidad de reconstruir la credibilidad y legitimidad en las instituciones, enfatizando procesos sociales de cambio sostenido que sean ampliamente democratizados y representativos de las aspiraciones de todas y todos.
Inspiración desde el Exterior: Dinamarca como Modelo
Dinamarca tiene un sistema multipartidista, fomenta coaliciones en su Parlamento unicameral (Folketing) reflejando un alto nivel de consenso político, desde 1909 ningún partido ha logrado la mayoría absoluta, lo que obliga a buscar acuerdos entre diversas fuerzas políticas. El multipartidismo en coaliciones ofrece una política menos polarizada. El sistema se complementa con altos niveles de transparencia y confianza en las instituciones públicas, lo que fortalece la participación ciudadana y la percepción de legitimidad democrática. Liderazgo en igualdad social y políticas de bienestar, siendo un modelo de socialdemocracia que combina crecimiento económico y equidad. La capacidad democrática posibilita la innovación, con nuevas dimensiones en su política, como las preocupaciones medioambientales, además de temas económicos tradicionales.
Chile podría expandir el debate hacia ejes como la sostenibilidad y los derechos sociales emergentes pues hay una característica potencial chilena, somos un ejemplo de resiliencia democrática muy valiosa para comprender que lo más estable que tenemos es el cambio constante.
La una federación SD posibilitaría liderar procesos de transformación inclusivos y democráticos, entendiendo que de la lógica noventera de los 3/3 en la representación Chilena (derecha/centro/izquierda), hoy nos enfrentamos al desafío de 4/4 (ultra derecha-derecha/progresismo izquierda-ultra izquierda) y que desde el 2020 a la fecha (4 año) han sostenido un comportamiento electoral similar, mostrando en ambos procesos constitucionales fracasados (por mandato popular a cargo primero de la ultraizquierda y luego de la ultraderecha), la urgencia de reconectar, y los números se sostienen en las últimas elecciones municipales (principalmente observado en concejales).
Para Seguir Adelante Necesitamos:
Diagnóstico y retroalimentación Participativos: Iniciar un proceso abierto de consultas a nivel nacional para identificar las necesidades, prioridades y propuestas de la ciudadanía en sus múltiples territorios y sectores. Este ejercicio será clave para definir una agenda socialdemócrata legítima y representativa.
Foros de Convergencia: Organizar encuentros regionales y nacionales que permitan el diálogo entre organizaciones sociales, instituciones académicas, sindicatos y representantes de diversas sensibilidades políticas, para consolidar alianzas y delinear rutas de acción constante.
Red de Compromisos: Establecer un pacto ético y programático entre los miembros de la federación, que asegure transparencia, inclusión y una comunicación constante entre las partes involucradas formando una comunidad política.
Plan de Acción Transformadora: Diseñar un proyecto colectivo centrado en políticas públicas concretas y certeras con ejes como: o Redistribución económica y fiscalidad progresiva. Reindustrialización ecosostenible para asegurar económicamente los cambios sociales. Transición hacia energías renovables y cuidado ambiental Acceso universal a salud, educación y vivienda.
Democratización de las instituciones y promoción de la participación efectiva ciudadana.
Un llamado a la Acción: la racionalidad sin alma, no convoca.
El documento de manifiesto, es un insumo que debe ser alimentado de la riqueza experiencial de cada uno de los participantes del espacio centro-progre-izquierda que tiene la posibilidad de representar a más de ¼ de la población y ser la piedra angular de la sociedad chilena. Posibilitando un nuevo gobierno de certezas.
La historia demuestra que los grandes cambios nacen de la unidad en la diversidad. No podemos permitir que el miedo nos coaccione o las diferencias nos alienen o fragmenten. Este es un momento para la audacia, para tender puentes intergeneracionales, entre sectores urbanos y rurales, entre las luchas locales y los desafíos globales y avanzar en democratización de una ciudadanía cada vez más politizada. La unidad del progresismo democrático que valore la diversidad por sobre el caudillismo es fundamental para avanzar a una sociedad, que deje el beneficio de la felicidad solo a algunos privilegiados.