El 30 de enero de 1969 The Beatles subía a la azotea del edificio de Apple en Londres para cambiar la historia de la música popular.

Tras semanas de un tenso trabajo en estudio, John, Paul, George y Ringo decidieron hacer su última presentación en vivo, una que estuvo marcada por las canciones de "Let it Be" y por la buena vibra entre los músicos.

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