Oh I'm just counting

La batalla por la democracia y la epidemia de la corrupción. Por Carmen Galarce, , profesora emérita Otterbein University, Columbus, EEUU

El desarrollo de la democracia ha sido un proceso lento que ha tenido altos y bajos en la historia mundial. Pero desde el 2006 en delante, ha experimentado una declinación preocupante.

Según el barómetro de Freedom in the World 2018, el 39% de la poblacion mundial vive libre, el 24% parcialmente libre y el 37% no vive en libertad. Esto significa que ha habido un ataque a los principios básicos que la definen: elecciones libres, libertad de prensa y el estado de derecho. Esto significa que en doce años, los países han sufrido más retrocesos (113) que avances democráticos (62) y las democracias más fuertes del mundo se ven ahora sumidas en problemas nacionales - disparidades económicas, fragmentaciones políticas, ataques terroristas y un gran influjo de refugiados  que ha aumentado el temor natural que la gente siente hacia lo diferente y su ansiedad ante un mundo en constante cambio.  

Significa también que los derechos civiles se han ido deteriorando y han llegado a su punto más bajo con el asedio a las democracias globales, el surgimiento de autócratas y la pérdida de liderazgo que USA ha tenido en el escenario mundial.

La real amenaza a la democracia es el populismo que se ha triplicado en las últimas décadas y cuyo éxito en las elecciones ha debilitado los partidos tradicionales de derecha e izquierda que se han tenido que acomodar a las nuevas circunstancias que sus paises enfrentan. El desprestigio de la democracia y la apatía de los jóvenes que tienen escasa memoria de las luchas en contra del fascismo o el comunismo y han perdido la fe y el interés en el proyecto democrático, amenazan el futuro.  Al mismo tiempo, las grandes autocracias -China y Rusia- han aprovechado el momento para reprimir internamente y exportar su desdén por la democracia a través de campañas de desinformación. Peor, las guerras en Afganistan e Irak, la recesión global más las explícitas acciones nacionalistas de Trump han llevado a Estados Unidos ha abdicar su rol histórico de promover y apoyar la democracia en el mundo.

¿Cómo hablar de democracia cuando el presidente norteamericano  proyecta hacia el exterior su admiración y amistad personal con los dictadores más despreciables del planeta, cuando ataca diariamente las instituciones, cuando su administración no se rige por normas éticas de conducta, cuando llena su gobierno con lobistas y representantes de intereses privados y cuando rehusa las prácticas de transparencia de sus antecesores?

Trump ha amenazado e insultado a la prensa  porque lo desmienten diariamente, a los jueces porque bloquean sus decisiones, a las agencias de seguridad porque no obedecen sus caprichos y ha perdonado a funcionarios convictos por las leyes federales por politicas discriminatorias.  Las instituciones aguantan hasta el momento, pero el asedio  constante del ejecutivo las debilita cada vez más.

¿Qué es el populismo? Según el Tony Blair Institute for Global Change, es una organización política que divide el mundo entre amigos y enemigos y que dice representar el verdadero deseo de la gente en contra de las elites domésticas, los inmigrantes extranjeros y las minorías étnicas, religiosas o sexuales. Esto los separa de otros movimientos populares que claman por justicia social o luchan contra la corrupción. En las últimas décadas, el número de partidos populistas ha aumentado de 33 a 63. Casi todos atacan instituciones independientes como la prensa y la judicatura y abogan por  políticas restrictivas de inmigración, por una economía proteccionista y usan una retórica nacionalista que defiende el legado cultural cristiano.

El populismo es fuerte en Europa oriental- de Polonia a Macedonia. Tienen el poder en Bosnia, Bulgaria, la República Checa, Hungria, Polonia, Serbia y Eslovaquia. Esto sin contar el populismo como coalición de otros partidos ni el dominio que tienen en la oposición de otros tres paises. La mayoría de ellos es de derecha y han desmantelado instituciones claves de la democracia como la libertad de prensa y la judicatura. En Europa Occidental –de Suiza a Gran Bretaña- el populismo es menos importante y menos poderoso, aunque ha tenido victorias significativas como en la Francia de Le Pen.

Como consecuencia, los partidos moderados se ven forzados a gobernar con sus enemigos y a acomodar sus posiciones. En el Sur de Europa -Grecia a Portugal-  el populismo ha tenido un éxito considerable: domina en Grecia, es la oposición en España y tendrá un papel importante en Italia en mayo del 2018. Los partidos populistas de esta región de Europa tienden hacia la izquierda y tienen como bandera de lucha acabar con la corrupción de la casta política y las elites económicas, contra la privatización. En el Norte de Europa –Escandinavia y los Bálticos- el populismo también ha crecido más que nada por la presencia de refugiados extranjeros lo que ha llevado a tomar posiciones extremistas en inmigración y en el gasto de bienestar social. Según los estudios sobre las tendencias del populismo en Europa, la mayoría de los partidos populistas se ubican a la derecha del espectro politico -74 de 102- y su número creciente sugiere que continuarán consolidando su influencia.

En general, los efectos del populismo ha sido socavar las democracias y violar con sus políticas destructivas el estado de derecho y los derechos elementales de las minorias impopulares. Los principios democráticos universales que Freedom in the World  utiliza para evaluar el estado de la democracia global y que presentan un desafío para las naciones, son los siguientes: 1. liberal (proteger los derechos del ciudadano de la tiranía del Estado), 2. electoral (los gobernantes elegidos en elecciones no fraudulentas), 3. participativa (los ciudadanos eligen a sus gobernantes en forma directa), 4.deliberativa (decisiones políticas basadas en el bien público y 5.igualitaria (distribución de recursos en educación y salud para asegurar la igualdad política).

Está comprobado que los países con mayor democratización son más saludables (no tienen tanta mortalidad infantil, por ejemplo), son más educados, protegen los derechos humanos, tienen más participación política por su sentido colectivo de deber civil, no censuran, no regulan la religión ni ejecutan.

La corrupción y desigualdad social están estrechamente ligadas y los líderes populistas usan la retórica incendiaria para que los elijan sin ninguna intención de solucionar los problemas. El consenso de los investigadores es que la corrupción lleva a una distribución desigual de la riqueza y las oportunidades y florece cuando la elite controla el poder sin ninguna responsibilidad de dar cuenta de sus acciones. Esa corrupción reina en los populismos de derecha: Trump en USA, Jaroslaw Kaczynski en Polonia, Marine Le Pen en Francia quienes han sabido explotar el desencanto de los ciudadanos con el ‘sistema corrupto’ para ser electos y terminan aumentándola cuando están en el poder.

En el informe sobre la corrupción en el sector público, Transparency International da a conocer la falta de progreso en este aspecto. El índice de transparencia de 180 paises y territorios usa una escala de 0 (muy corrupto) a 100 (sin corrupción) y este año los resultados son descorazonadores: dos tercios de los países tienen un promedio de 43 puntos. Los mejores son Nueva Zelandia (89) y Dinamarca (88). Los peores son algunos de Africa (promedio 32), Asia Central (34) y Europa Oriental (34). En el caso de Latinoamérica,  los índices de cada país son : Chile (67), Argentina (39), Brasil (37), Paraguay (29), Uruguay (70), Bolivia (33), Peru (37), Ecuador (32), Colombia (37), Nicaragua (26), Honduras (29), Panamá (37), Guatemala (28), Cuba (47), República Dominicana (29).

El otro dato interesante que revela el informe es que existe una correlación directa entre los peores índices de corrupción y la ausencia de protección de la prensa y las organizaciones no gubernamentales: en los últimos seis años, de todos los periodistas que han sido asesinados en el mundo, 9 de 10 fueron muertos en países que tienen un puntaje de 45 para abajo. Esto es preocupante ya que a pesar de los intentos de combatirla,  los paises  no avanzan.

Más alarmante es que los resultados indican que los paises con menos protecciones de la prensa y organizaciones no gubernamentales tienen los peores índices de corrupción y puntajes muy pobres en las libertades civiles. Por ejemplo Hungria, que ha disminuido 10 puntos en los ultimos seis años (55>45), es uno de los ejemplos claros de una sociedad civil en retroceso con las nuevas medidas que se han implementado y que traerán consecuencias desastrosas para la sociedad civil.

China y Rusia ven la democracia como una amenaza para sus regímenes y están desarrollando campañas de desinformación en países como Australia, Nueva Zelandia , USA y Francia y Alemania, respectivamente.

La estabilidad global peligra. Dentro de los 49 países que Freedom House  asigna los peores records se encuentran Siria (dictadura y guerras civiles), Sudán del Sur (guerras civiles), Eritrea (estado policial), Corea del Norte (estado policial),Turkmenistan (Cleptocracia petrolera), Guinea Ecuatorial (Cleptocracia petrolera), Arabia Saudita (Monarquia Absoluta), Somalia (guerras civiles), Uzbekistan (estado policial), República de Africa Central (guerras civiles) y Libia (guerras civiles). Esa gran inestabilidad política trae como consecuencia las crisis humanitarias que generan el desplazamiento de miles de refugiados a otros continentes.

A pesar de la declinación  mundial de la democracia, América Latina muestra signos de resistencia. El succesor de Rafael Correa en Ecuador ha establecido medidas menos represivas y ha apoyado los esfuerzos contra la corrupción y, junto con Perú  han aplicado sanciones a empresarios y políticos envueltos en el financiamiento ilícito electoral. Lo mismo ha pasado en Guatemala donde el Ministerio Público y la Comisión Internacional contra la Impunidad investigan a las vacas sagradas de la corrupción. Los argentinos han recuperado un poco la libertad de prensa. Brasil y la operación ejemplar (caso Lava Jato) contra la corrupción enorme de Petrobras, ha encarcelado alrededor de 118 ‘intocables’ (politicos y empresarios), en Chile se pasó la Ley de Probidad en el 2016, para evitar conflictos de interés en el sector público, en tanto que Panamá investiga al ex presidente Martinelli. Son avances que no abordan las causas estructurales de la corrupción. Pero algo es algo.

¿Cómo acabar con esta peste? Los estudios recomiendan no elegir líderes económicos en posiciones gubernamentales importantes; hacer responsables a los servidores públicos corruptos que se esconden detrás de la impunidad política y enjuiciarlos, fortalecer las instituciones jurídicas, ejercer control con la banca y agentes que facilitan el lavado de dinero, prohibir el uso de compañías secretas que esconden la identidad de sus dueños, promover los medios de información independientes y asegurar que los periodistas informen sin miedo e impulsar reformas destinadas a erradicar la corrupción.

International Transparency recomienda la siguiente receta para terminar con la corrupción en las reparticiones que pertenecen al Estado  (SOE):

Principio 1           Operar con los más altos estándares de integridad y ética

Principio 2           Asegurar las mejores prácticas gubernamentales y la supervisión de programas contra la corrupción

Principio 3           Ser responsables con los interesados por medio de transparencia e informes públicos

Principio 4           Asegurarse que las políticas y procedimientos apoyan el programa anti-corrupción

Principio 5           Designar programas anti-corrupción basados en evaluación de riesgos

Principio6            Implementar políticas y procedimientos para contrarrestar riesgos de corrupción

Principio 7           Desarrollar relaciones con terceros para asegurarse que se está actuando de acuerdo a estandares anti-corrupción equivalents a los del SOE

Principio 8           Usar la comunicación y entrenamiento para poner el programa en el SOE

Principio 9           proveer asistencia, seguridad y canales de comunicación a los denunciantes

Principio 10         Monitorear, evaluar y mejorar continuamente la implementación del programa anti-corrupción

Fuentes: Freedom in the world 2018, Transparency International, Tony Blair Institute for Global Change, www.ourworldindata.org, Freedom House.org (2018).