Cerca de tres de cada cinco ciudades del mundo con al menos 500 mil habitantes presentan un alto riesgo de sufrir un desastre de origen natural, según estimaciones del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas.
El organismo internacional consideró que 679 de 1.146 ciudades analizadas son vulnerables a terremotos, inundaciones, ciclones, sequías, erupciones volcánicas y deslizamientos de tierra. En el listado, Santiago destacó con el mayor número de estos eventos, junto a Tokio, Manila y Ciudad de Guatemala.
Para el director del nuevo Instituto para la Resiliencia ante Desastres (Itrend), Felipe Machado, es clave articular y coordinar las capacidades y esfuerzos del país en investigación, desarrollo e innovación para tener ciudades más resilientes, considerando los distintos fenómenos que hay en Chile.
“Una ciudad resiliente es capaz de anticipar y absorber el impacto de las amenazas a las que está expuesta, de proteger y preservar la vida de sus habitantes y de limitar los daños y la destrucción, al mismo tiempo que continúa proporcionando infraestructura y servicios esenciales después de un evento extremo”, detalló Machado.
De acuerdo a la estimación de Naciones Unidas, en las zonas urbanas expuestas a eventos de origen natural, se concentra un 55 y hasta un 80 por ciento de la población y producción económica mundial, respectivamente. Para el organismo, esto aumenta el riesgo de pérdidas humanas y económicas en caso de una catástrofe.
“En el caso de Santiago, estamos expuestos principalmente a la actividad sísmica, a los aluviones, a los incendios, pero también lo estamos a los eventos climáticos extremos y a los volcanes. En este sentido, la expansión de las ciudades de las últimas décadas ha implicado la urbanización de fallas y quebradas, lo cual expone la población santiaguina a pérdidas y daños, tanto de vidas humanas como impacto económico, que pueden afectar de forma significativa el desarrollo de la capital”, destacó la autoridad de Itrend.
Entre las ciudades con más de 10 millones de habitantes, en tanto, Moscú, El Cairo y Kinshasa son las únicas que tienen un bajo riesgo de sufrir alguno de los riesgos considerados en el análisis.
Machado enfatizó que “la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, el Acuerdo de París sobre el cambio climático, el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres y la Nueva Agenda Urbana indican una hoja de ruta para lograr ciudades más resilientes”.
Chile trabajó en la definición de una estrategia de I+D+i para transformar la constante exposición del país a los desafíos de la naturaleza, en una ventaja sostenible en el tiempo. La idea es generar conocimiento y evidencia científica para estar preparados y responder en forma oportuna a las catástrofes.
El presupuesto requerido para implementar dicha propuesta, consideró la creación del Itrend, una iniciativa financiada por Corfo y mandatada por el Ministerio del Interior y Seguridad Pública y el Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo, y que impulsa Ingeniería de la Universidad Católica junto al Centro de Modelamiento Matemático de la Universidad de Chile.