La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó durante este miércoles no usar mascarillas con válvula, debido a que no otorgarían la protección necesaria para evitar el contagio con COVID-19.
La entidad lanzó una nueva guía sobre el uso de cubrebocas en diversas actividades, estableciendo oficialmente su uso obligatorio como medida preventiva para la propagación, algo que estuvo en el debate durante los primeros meses de la pandemia.
Según lo publicado por La Vanguardia, la OMS mantuvo la recomendación a todo el personal sanitario por el uso de mascarillas médicas (las habituales en quirófanos, por ejemplo) en zonas con menor riesgo de contagio aéreo (por aerosoles) y las de mayor protección (N95, FFP2, FFP3) en zonas de mayor riesgo, por ejemplo áreas de atención a pacientes con COVID-19.
Para el público en general, en zonas de transmisión comunitaria, se sugirió el uso de mascarillas de tela (no quirúrgicas) en zonas interiores tales como tiendas, oficinas o escuelas, si no se puede garantizar una distancia física de al menos un metro entre los presentes.
Las mascarillas médicas deben ser usadas por personas vulnerables frente al contagio como adultos mayores, pacientes con enfermedades pulmonares crónicas, cáncer, diabetes o problemas cardiovasculares, en contextos donde no pueda garantizarse la distancia física de al menos un metro. Esta medida también se extiende a sus cuidadores.
Por las mascarillas con válvula, que están disponibles en el mercado, la organización internacional afirmó que “son inservibles para el control” debido a que sus usuarios podrían exhalar un aire no lo suficientemente filtrado para evitar la transmisión del coronavirus.
Sobre las edades, la OMS señaló que los niños menores de cinco años no deben usar cubrebocas, mientras que entre los seis y once años se deben establecer criterios como la situación sanitaria y la capacidad para portarla. Desde los 12 años en adelante rigen las mismas sugerencias que los adultos.