Existencia de torneos y campeonatos
Así, hablamos de una veta competitiva en sintonía con la más noble tradición deportiva, y que está prendiendo entre jugadores de todos los perfiles, como lo acredita que en la plataforma de referencia de poker online sean cada vez más numerosos los usuarios que se registran para participar en las distintas modalidades de torneos ofertados.
Predominio de la habilidad sobre la suerte
Aunque el azar juegue un papel evidente en el poker, no es menos cierto que la destreza del usuario también es clave, así como la aplicación de estrategias y tácticas En este sentido, podría catalogarse como un deporte mental, de igual modo que otros como el ajedrez o los propios e-sports de reciente irrupción, que tampoco van asociados a una actividad física.
Además, afirmar que la suerte no interviene en los deportes "convencionales" sería muy controvertido, y no hablamos de goles que no entran por milímetros, lesiones inoportunas o similares, sino de los caprichos de los bombos a la hora de emparejar equipos en eliminatorias por sorteo…
Importancia de la fortaleza mental
Los grandes deportistas se distinguen por su capacidad de concentración, perseverancia y manejo de la presión.
Otro tanto ocurre con los mejores jugadores de poker profesionales, que al margen de por estas cualidades destacan por sus habilidades psicológicas cuando se trata de leer a los oponentes, y por su toma de decisiones fría sin dejarse llevar por las emociones.
Aplicación de estrategias y tácticas
El poker también tiene una rica vertiente estratégica, siendo múltiples los planteamientos de juego que pueden poner sobre la mesa los jugadores, como ocurre en los deportes tanto de individuales como de equipo, a los que no tiene nada que envidiar en este aspecto.
Asimismo, para conseguir sus objetivos estratégicos, los jugadores de poker profesionales despliegan una gran variedad de tácticas, que pueden ir desde el control de timing o ritmo de la partida mediante las apuestas, hasta tratar de jugar con la psicología de los adversarios que atraviesan una racha positiva o negativa.
Así, vemos que hay un complejo sustrato táctico en el poker, que guarda ciertos paralelismos con los Fundamentos del fútbol sobre la materia, por citar a uno de los deportes más emblemáticos.
Todos estos argumentos que hemos expuesto favorecen el reconocimiento del poker como una disciplina deportiva, similar al ajedrez o los e-sports, aunque no todo el mundo está de acuerdo con esta visión…
Argumentos de quienes no consideran el poker un deporte
El primer motivo que ponen sobre la mesa los contrarios a la consideración deportiva del poker es su falta de actividad física, algo que dejaría fuera también a los deportes electrónicos y al ajedrez, disciplina esta última que aparece desde siempre en la sección de deportes de los diarios, por lo que al menos estaríamos hablando de una zona gris…
En contra de esta idea, se podría aducir que otros deportes actualmente olímpicos como el golf no tienen precisamente una alta exigencia física. Pero el mejor argumento sería la importancia que tiene el entrenamiento para los jugadores de poker profesionales, ya que estar en buena forma repercute en el rendimiento, retardando el agotamiento mental en partidas que se pueden prolongar durante horas, por no hablar de lo que suponen los torneos eliminatorios de poker, en los que hay que imponerse en sucesivas rondas.
Igualmente, el componente azaroso también jugaría en contra del poker para quienes defienden no considerarlo un deporte. En este punto tendrían razón si valoramos que la suerte interviene más que otros deportes mentales como el ajedrez, pero la influencia de la fortuna en el desenlace de un duelo deportivo se puede percibir en muchísimas ocasiones, y no se trataría de una simple excusa que ponen los deportistas o equipos cuando pierden.
En definitiva, parece más bien que la no consideración del poker como una disciplina deportiva se enraizaría más en una cuestión de percepción cultural o social, y, sobre todo, dependería de la estrechez o amplitud en la definición del concepto de deporte que manejemos.