Investigadores de la Universidad de Turku, en Finlandia, llegaron a la conclusión de que cuando a un paciente se le administra anestesia general su consciencia no se desconecta por completo, sino que el cerebro continúa respondiendo a los acontecimientos de su alrededor aunque el propio paciente no se dé cuenta de ello.
En la investigación de los científicos finlandeses participaron 47 personas sanas a las que se les suministró el sedante dexmedetomidina o el anestésico general propofol hasta que dejaron de responder y parecieron perder la consciencia.
Los cambios causados por los anestésicos fueron controlados con la ayuda de un electroencefalograma (EEG) y una tomografía por emisión de positrones (PET).
Pese a la creencia común, la anestesia no requiere la pérdida total de la consciencia.
Inmediatamente después de que los pacientes recuperaran la capacidad de respuesta se les preguntó si habían experimentado algo durante la anestesia.
"Casi todos los participantes comunicaron experiencias similares a sueños que a veces se mezclaban con la realidad", dijo uno de los autores del estudio, Antti Revonsuo, citado por Science Daily.
Sorprendentemente, durante el experimento el cerebro aún podía registrar el habla y trataba de descifrar las palabras pronunciadas, aunque la persona no las comprendiera ni las recordara después conscientemente.
"En otras palabras, el cerebro puede procesar sonidos y palabras a pesar de que el sujeto no lo recuerde después. Pese a la creencia común, la anestesia no requiere la pérdida total de la consciencia, ya que es suficiente desconectar al paciente de su entorno", explicó otro coautor del estudio, Harry Scheinin.
"Similar al sueño natural"
Los hallazgos indican que la consciencia no se pierde por completo durante la anestesia, aunque la persona ya no reaccione a su entorno. Sin embargo, experiencias y pensamientos similares a los sueños todavía pueden flotar en la consciencia.
"El estado de consciencia inducido por los anestésicos puede ser similar al sueño natural. Mientras las personas duermen, sueñan y el cerebro observa inconscientemente los sucesos de su alrededor y los estímulos de su entorno", concluyó Revonsuo.
"La anestesia podría parecerse al sueño normal más de lo que creíamos anteriormente", añadió Scheinin.
Si la anestesia realmente sumerge a una persona en un sueño profundo se podría utilizar para estudiar la naturaleza de la consciencia y sus componentes.
Además, facilitará la creación y la prueba de nuevos anestésicos con menos efectos secundarios peligrosos que la dexmedetomidina y el propofol.