Muchos observadores solo tienen un conocimiento truncado de la historia del asunto del Sahara marroquí. Algunos de ellos, en cierto modo, tomaron el tren en marcha, especialmente desde su internacionalización mediatizada por la Opinión de la CIJ en 1975 y Marcha Verde (organizada por Marruecos), que siguió.
Es por eso que sería útil recordar la historia de este asunto, que ahora se extiende por un período de más de 40 años, particularmente a través de las vicisitudes de la guerra fría con las que, primero fue un asunto de la ONU, luego de la ex OUA y finalmente de la ONU por una especie de regreso al redil, especialmente con los desarrollos que conoce este caso desde abril de 2007 que corresponde a la fecha en la que Marruecos ha propuesto un plan de arreglo serio y creíble en forma de autonomía para esta región del sur de Marruecos.
El propósito es recordar las verdades de un diferendo artificial creado en torno al conflicto artificial del Sahara, y en cómo se pudiera resumir en torno a las incontestables realidades siguientes, para entender definitivamente la mistificación persistente por parte de los adversarios de esta marroquanidad del Sahara del Reino de Marruecos, según 5 puntos:
I. Contexto histórico y geoestratégico de la cuestión del Sahara marroquí. Marruecos ha conocido intento de colonización múltiple si se tiene en cuenta el estatuto internacional de la ciudad de Tánger. Además de este último, fue sometido a un doble protectorado: español en el norte y en el sur y francés en el centro.
Cabe señalar aquí que, a diferencia de casi todos los Estados africanos de hoy, Marruecos no constituyó un agregado de tribus antes de la ocupación, sino un estado en el sentido del Derecho internacional. La autoridad central encarnada por la institución del sultán (el sultán es el antiguo nombre del Rey o Monarca) había firmado tratados internacionales con las potencias europeas desde el siglo XVIII.
Marruecos empezó a recuperar su integridad territorial, por etapas, a través de acuerdos internacionales, negociados con las distintas potencias coloniales. Por ello, Marruecos al final de los Protectorados en 1956, se había quedado amputado al sur de dos ciudades (Tarfaya e Ifni) y del Sahara bajo ocupación española. Como miembro de la Organización Mundial, utilizó esta tribuna en 1957 para denunciar la persistencia de la ocupación parcial de su territorio por España mientras
recurría a la negociación para la solución del litigio territorialcon España que permitieron la recuperación progresiva de algunas partes de su territorio situadas al Sur, es decir Tarfaya en 1958, Sidi Ifni en 1969 y la región de Saquiet el Hamra y de Oued Eddahab, más conocida bajo el nombre del Sahara.En 1975, España retrocedió el territorio a Marruecos mediante el Acuerdo de Madrid, registrado por las Naciones Unidas.
II. Un Estado fantoche creado por Ajenos y no reconocido por la Comunidad Internacional.
La supuesta “rasd”, autoproclamada en territorio argelino en 1976 y que pretende representar a una población árabe
de confesión musulmana, no es sin embargo reconocida por la Liga de los Estados Árabes ni por la Organización de
la Conferencia Islámica OCI, tampoco lo es por la Organización de Naciones Unidas ONU. Ni los países europeos,
ni los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, ni las grandes potencias políticas y económicas,
ni tampoco por la mayoría de las potencias regionales en su amplio sentido. Más aún, la tendencia irreversible, en
armonía con el curso de la historia, es el retiro, la suspensión o la congelación del reconocimiento de la “rasd”, como lo hicieron varios países latinoamericanos, caribeños y africanos durante estos últimos años.
III. Un conflicto artificial cuya solución se gestiona ante la ONU.
La ONU, que gestiona esta cuestión hace más de tres décadas se resolvió, por encargo del Consejo de Seguridad, a orientarse, desde 2004, a buscar una solución política, negociada, y aceptada por las partes. La opción autodeterminación, que el polisario quiso hacer prevaler ha sido considerada como obsoleta ya que la ONU había constatado la dificultad de organizar un referéndum a causa del problema generado por la identificación de la población.
En respuesta al llamamiento para encontrar una solución política a la cuestión, reiterado por la Comunidad Internacional, Marruecos ha sometido a las Naciones Unidas, el 11 de abril de 2007, la Iniciativa para la Negociación de un Estatuto de Autonomía de la Región del Sahara; fruto de un amplio proceso de consultas locales,nacionales, regionales e internacionales. Este plan de autonomía ha sido calificado de “serio, realista y creíble” por la Comunidad Internacional, tal como atestan las últimas resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, mientras que la opción independista ha sido descartada por no ser realista.
IV. La tragedia humanitaria vivida en los campos de Tinduf.
El polisario siempre ha rechazado la organización de un censo de las poblaciones saharauis instaladas en los campos de Tinduf en Argelia, donde no se respetan los derechos humanos tales como la libertad de movimiento o de circulación. Según estimaciones fiables, en los campos de Tinduf, no se encontrarían más de 30.000 personas de origen realmente saharaui, aunque el polisario presenta una cifra superior o elevada.
Las poblaciones de los campos no disponen de tarjetas de refugiados tal como lo prevé el derecho internacional. Muchos saharauis han huido y siguen huyendo de las condiciones difíciles y del calvario que viven en los campos de Tinduf, para regresar a Marruecos, y han denunciado, a su llegada, las condiciones inhumanas que existen en dichos campos. La cúpula de la milicia del “polisario” es cada vez más contestada e importantes corrientes políticas han aparecido, las cuales son favorables a una solución política para el diferendo, sobre la base del plan de amplia autonomía propuesto por Marruecos en el 2007.
V. Instrumentalización sistemática de los Derechos Humanos por el polisario:
La instrumentalización de los derechos humanos constituye, desde el año 2007, la herramienta estratégica del polisario para asfixiar el proceso de negociación político y debilitar el impulso positivo creado por la iniciativa marroquí de autonomía. Aprovechando el clima de apertura política y de ampliación de los espacios de libertades en el Reino, las otras dos partes han desarrollado maniobras de manipulación y actos de provocación, usando cínicamente el tema de los derechos humanos, sin escatimar medios.
La campaña mediática que los activistas extranjeros del “polisario” intentan promover sobre las cuestiones de los derechos humanos, constituye una pura propaganda montada para confundir a la opinión pública internacional. Todo esto interviene en un contexto regional caracterizado por una amenaza que unos elementos extremistas ligados a Al Qaeda hace planear sobre la zona del Sahel, al Sur de Marruecos y de Argelia. Algunos miembros del “polisario” han sido implicados en actos de secuestros de ciudadanos europeos, así como en tráficos de armas y de drogas. Tambien son parte de la red de desvío y malversación de la ayuda humanitaria destinada a las poblaciones de los campos de Tinduf, de la que se lucra la cúpula y sus aliados.
El polisario y su aliado persisten en sus maniobras destinadas a mantener este diferendo regional; diferendo que remonta al periodo de la guerra fría, aunque el mundo haya conocido profundos cambios y sigue experimentando transformaciones que nos llevan a tomar conciencia de la necesidad de velar por el bienestar de todas y todos, independientemente de las regiones en las cuales nos encontramos.