El sepulcro de Santa Teresa de Jesús (1515-1582) ha sido abierto en varias ocasiones por distintos motivos, la última en agosto del pasado año para el estudio de sus restos, pero no tiene precedentes su apertura para su veneración pública como ha ocurrido en la localidad española de Alba de Tormes (Salamanca). Algo que no ocurría desde hace más de 111 años. Esta santa fundó la orden de las Carmelitas Descalzas, fue canonizada en 1622 y está considerada una de las exponentes española de la literatura mística, con obras como “El castillo interior” (Las Moradas).
Durante los próximos catorce días, los peregrinos podrán venerar a la santa reformadora en la basílica de la Anunciación, donde reposan sus restos en la iglesia conventual. Los restos, protegidos en su sepulcro con una lamina de vidrio transparente, mantienen el mismo aspecto que tenía en esa apertura de 1914, aunque en aquel momento fue solamente durante unas horas, en vísperas del cuarto centenario de su nacimiento. Hasta el próximo 25 de mayo será posible acudir en un horario ininterrumpido, de 9 a 22 horas.
Entonces, a principios del siglo XX, fue destapado con la autorización del papa Pío X, pero fue a título privado, tras la petición del padre Clemente de los Santos, general de la orden carmelita. Años, en 1760, también fue abierto para realojar sus restos en una urna funeraria que regalaron los reyes de España, por lo que la última veneración pública se produjo en 1582 con motivo de su fallecimiento.
Un legado histórico
El prior de los Carmelitas Descalzos de Salamanca y Alba de Tormes, Miguel Ángel González, ha explicado que se ha de trascender la imagen visual desde una mirada contemplativa, como la que tenía la propia santa, para recibir el “regalo espiritual” que ofrece “con el testimonio de su vida, la riqueza de sus escritos, la grandeza de sus huellas, como mujer, como santa y como doctora”.
Tras ocupar varios emplazamientos en el antiguo presbiterio, el cuerpo terminó instalado en el centro de un gran altar relicario. En este mismo lugar las carmelitas cuidan las reliquias de santa Teresa: corazón, brazo y la urna con su cuerpo, que “ocupaban los mejores lugares”, según las Madres Carmelitas Descalzas.
¿Quién fue Santa Teresa?
Esta religiosa, conocida también como Santa Teresa de Ávila, fue una mística, escritora y reformista religiosa española, reconocida por su profunda espiritualidad y su influencia en la evolución del Carmelo. Nació en Gotarrendura, en la provincia de Ávila, y, tras ingresar al convento de las carmelitas, dedicó su vida a la oración, la meditación y la reforma de la orden, señala la Fundación Santa Teresa de Ávila.
A lo largo de su vida, fundó numerosos conventos y promovió una vuelta a la disciplina original del Carmelo, con énfasis en la vida austera, la meditación y la oración contemplativa. Es conocida por sus escritos sobre la vida espiritual, que incluyen su obra más destacada, El libro de la vida, y Las Moradas, textos fundamentales para la mística cristiana.
Santa Teresa también fue una innovadora en el ámbito religioso, proponiendo una visión más personal y directa de la relación con Dios, según Enciclopedia Católica. A través de sus experiencias místicas y visiones, profundizó en la importancia de la contemplación y el retiro espiritual como medios para alcanzar una unión más cercana con lo divino. Fue canonizada en 1614 y proclamada Doctora de la Iglesia en 1970, siendo la primera mujer en recibir este título. Su legado sigue vivo en la espiritualidad cristiana y en la influencia que ejerció en la reforma del Carmelo y la expansión de la orden en el mundo.