España recibió el premio que muchas veces, no siempre, obtiene el equipo que busca jugar al fútbol. Desde el inicio se mostró más ambiciosa que Alemania y la eliminó de 'su' Eurocopa en una verdadera batalla, la Batalla de Stuttgart.

Y aunque sin dudas se trataba de un duelo de candidatos, el seleccionado que más había convencido, por el juego exhibido y por los rivales a los que había sometido, era el de España. Y la Furia Roja lo demostró este viernes desde el primer minuto, en el que llegó con un remate de Pedri.

En el alargue, emotivo, como casi todo el partido, España sintió el golpe y predominó Alemania, que estuvo cerca de la victoria con el imán que es Füllkrug en el área rival. Pero perdonó, Unai Simón se agigantó, y la Furia Roja, que había avisado con Mikel Oyarzábal, se llevó un encuentro épico: a los 119', a falta de un minuto, como había hecho antes el anfitrión, Olmo envió un centro preciso que encontró en la cabeza de Mikel Merino la respuesta a todos sus problemas. Fue el tercer gol ganador más tardío en la historia del torneo, que una vez más no tendrá a un local campeón: el último fue Francia, en 1984.

2-1 y clasificación agónica, con Carvajal recibiendo una expulsión en el tiempo añadido para cortar un ataque. Kroos, por su parte, se despidió del fútbol, en el cierre de una carrera legendaria.

En semifinales, España, que por primera vez le ganó a un anfitrión -llevaba 5 empates y 5 derrotas- y se ilusiona con emular lo que logró en 1964, 2008 y 2012 (hoy eliminó al otro tricampeón de la competencia), enfrentará al ganador del cruce entre Portugal y Francia, mientras que del otro lado del cuadro chocarán este sábado, por los cuartos, Inglaterra-Suiza y Países Bajos-Turquía.