El líder de la organización terrorista Al Qaeda, Ayman al-Zawahiri, murió en un ataque con un dron en Afganistán el fin de semana. Así lo confirmó el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien este lunes ofreció un discurso para informar de esta “exitosa operación antiterrorista”. “Se hizo justicia” señaló el mandatario. “Este líder terrorista ha muerto”, agregó.
El mensaje de Biden a otros terroristas que podrían conspirar contra Estados Unidos fue claro: el ataque del fin de semana debería hacerlos pensar dos veces. “Siempre estaremos atentos y actuaremos y siempre haremos lo que sea necesario para garantizar la seguridad de los estadounidenses en casa y en todo el mundo”, advirtió.
Un funcionario del gobierno estadounidense informó a CNN que a las 6:18 del domingo se llevó a cabo “un ataque aéreo personalizado y preciso” con dos misiles Hellfire, mediante una misión no tripulada, contra el balcón de la casa de seguridad de Al-Zawahiri en Kabul. El ataque fue autorizado por Biden luego de semanas de reuniones con su gabinete y asesores clave. “La operación ha tenido éxito y no hay víctimas civiles”, indicó un alto cargo gubernamental citado por la cadena de televisión.
Al-Zawahiri, de 71 años, asumió el liderazgo de Al Qaeda seis semanas después de que las fuerzas de elite estadounidenses mataran a Osama bin Laden en su escondite en Pakistán, en mayo de 2011. Hasta entonces, El cirujano egipcio era considerado el segundo al mando de la red terrorista. Se desempeñó como el principal ideólogo del grupo y se sospechaba que era el “cerebro operativo” detrás de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
Después del asesinato de Bin Laden, se convirtió en el terrorista más buscado en la lista del FBI, ya que hasta entonces había sido segundo después de Bin Laden en la lista, y el Departamento de Estado norteamericano ofrecía una recompensa de US$ 25 millones por información que llevara a su captura.
Según el analista del centro de estudios Middle East Institute, Charles Lister, la muerte de Al-Zawahiri significa un duro golpe al liderazgo de Al Qaeda. “Durante años, Al Qaeda ha estado bajo un proceso de descentralización, en el que el liderazgo central sigue siendo una guía clave, pero una fuente cada vez más irrelevante de mando estratégico”, escribió el experto en su cuenta de Twitter.
Así, con las muertes confirmadas de Hamza bin Laden, Abu Muhammad al-Masri y la de Ayman al-Zawahiri, el probable próximo heredero del liderazgo de Al Qaeda es un egipcio que se conoce con el nombre de guerra Saif al-Adel, quien vive en Irán y aparentemente no puede salir del país.
Si bien poco se sabe sobre sus movimientos o actividades actuales, el estatus de reverencia de Saif al-Adel dentro del movimiento, así como su profunda experiencia como líder militar, de inteligencia y de seguridad y planificador terrorista, lo convierten en un emir potencialmente peligroso, dicen los expertos. Lister señaló en un artículo de 2020 que si bien Al Adel puede ser capaz de ejercer una influencia significativa sobre los miembros de Al Qaeda, estos desconfían profundamente de Irán y su posible influencia sobre líderes aún se supone que está en alguna forma de cautiverio.
Peor aún para al-Qaeda, es muy poco probable que Irán elimine sus restricciones de viaje sobre Sayf al-Adel, ya que su presencia en suelo iraní equivale a una influencia estratégicamente significativa, no solo sobre al-Qaeda sino también potencialmente sobre EE.UU. Si la administración entrante de Biden busca reanudar algún tipo de negociaciones con Irán, como se supone, el destino del líder más conocido después de Zawahiri representaría una carta valiosa sobre la mesa, escribió Lister.