El estado de Alabama, en Estados Unidos, suspendió la ejecución prevista para este jueves de Doyle Lee Hamm, de un preso que fue condenado a muerte por asesinar al recepcionista de un motel durante un atraco en 1987, al parecer por no hallar una vena para la inyección.
Un portavoz del Departamento de Correcciones de Alabama, Jeff Dunn, explicó que la suspensión fue consecuencia de la falta de tiempo del equipo médico para empezar el procedimiento.
El Tribunal Supremo de EE.UU., no obstante, había dado luz verde a la ejecución con un plazo superior a las tres horas sobre la medianoche, que era el límite establecido en los protocolos.
El abogado de Hamm, Bernard Harcourt, escribió en Twitter que los verdugos "probablemente no pudieron hallar una vena"para administrar la inyección letal por el estado de salud del preso.
De hecho, el intento de ejecución de Hamm llegó tras una larga batalla legal entre sus abogados y el estado.
Hamm, de 61 años, fue diagnosticado con cáncer en 2014 y los abogados usaron esa carta al argumentar que su cliente estaba demasiado enfermo y que, por lo tanto, su ejecución violaría la Constitución. También habían advertido de que el tratamiento había debilitado sus venas.