Gritos pidiendo silencio, el ruido de las sirenas y oleadas de polvareda se entremezclan en las calles de la Ciudad de México, donde la incertidumbre reina en los numerosos rescates desencadenados tras el fuerte terremoto de magnitud 7,1 en la escala de Richter que ya ha dejado al menos 230 muertos en el país

Según la información oficial, 100 víctimas fatales corresponden a Ciudad de México, 69 a Morelos, 43 a Puebla, 13 al Estado de México, 4 a Guerrero y 1 a Oaxaca

A las 19:00 del miércoles, hora local, comienza a llover en la Ciudad de México. Se complican las tareas de rescate y ajustan medidas en los edificios con riesgo de colapso. La lluvia azota también el colegio Enrique Rébsamen, donde los rescatistas continúan buscando a niños atrapados bajos los escombros.

Los equipos de emergencia han solicitado a la población la donación de mazos, motosierras, brocas de barrenado y serruchos para continuar con la remoción de escombros, así como de radios para mantener la comunicación entre el personal.