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Claudia Sanhueza destacada economista a Cambio21 y soluciones a la crisis: "Chile tiene acceso a deuda, a fondos soberanos o sea tiene de donde sacar"

Por María Cristina Prudant
 
Claudia Sanhueza es economista de la Universidad de Chile y Doctora en Economía por la Universidad de Cambridge. Es Profesora Asociada del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Diego Portales e investigadora del Centro de Estudios para el Conflicto y la Cohesión Social (COES). Su investigación está centrada en temas de economía laboral, educación, pobreza y desigualdad. Fue parte de los integrantes de la Comisión Bravo, que hicieron propuestas para mejorar el sistema de pensiones durante el gobierno de Bachelet.
Además integra el directorio de la Fundación para Superación de la Pobreza y fue convocada por el Colegio Médico para integrar una mesa técnica junto a otros economistas que elaboraron una serie de propuestas para abordar la crisis sanitaria en el aspecto económico.
 
¿En qué situación estaba la pobreza en el país antes que empezara la crisis sanitaria y cuál es la proyección en esta materia?
Está la respuesta oficial con los datos que entrega el gobierno donde hay aproximadamente 9% de pobreza en Chile antes de la crisis sanitaria. También hay un indicador de pobreza multidimensional donde hay aproximadamente 21%  de personas que están en situación de lo que llamamos pobreza multidimensional y eso es carencia en distintas dimensiones que se miden en salud, educación, vivienda, entorno, trabajo, seguridad social y dimensiones que tienen que ver con las redes y la cohesión social. Y de hecho hay una diferencia bien significativa en términos de la incidencia rural urbana. Por ejemplo en ese indicador de pobreza multidimensional 37% de las personas que viven en sectores rurales estaban en condiciones de pobreza multidimensional. Solo el 18% estaba en esa misma situación en las zonas urbanas.
 
Ahora, lo que está pasando en este contexto muy específico hay dos cosas que uno debería mirar; por una parte la línea de pobreza se construye con la valorización de una canasta básica de alimentos y las alteraciones de los precios podrían estar afectando el costo de esa canasta básica. Entonces, podrían estar afectando la misma línea de pobreza y eso haría que más personas caigan bajo la línea de la pobreza. Y por otra parte, hay un efecto sobre los ingresos de la familia porque no pueden trabajar y eso también haría que más personas caerían bajo la línea de la pobreza.
 
¿En este sentido ayudarían los bonos que entrega el gobierno?
Los subsidios que se están generando ayudarían en parte a tratar de cancelar ese efecto, pero no han sido lo suficientemente grandes tampoco en este período. Asi es que va a estar aumentando la pobreza monetaria hoy día.
 
Si hablamos de cifras concretas ¿qué cantidad de personas están en pobreza y cuánto podría aumentar la cantidad?
En este momento, en términos de personas corresponde a aproximadamente un millón 530 mil personas. Para saber cuánto estaría aumentando todavía sería difícil calcularlo.
Pero están apareciendo como símbolos de la pobreza; las ollas comunes han proliferado mucho, en plena cuarentena la gente se manifiesta y denuncia estar pasando hambre ¿Son realmente señales de que la pobreza va en aumento?
Si, claramente. Si las personas no tienen ingresos suficientes para comprarse la canasta básica de alimentos, entonces empiezan a aparecer las ollas comunes y eso sería ya un síntoma de que estamos entrando a la pobreza efectivamente. Ahora, hoy día mismo, en este minuto eso no se está midiendo. Siempre se mide la pobreza con una encuesta, por tanto cualquier ejercicio que uno pueda hacer va a ser bajo un montón de supuestos, pero sí lógico sería que está aumentando la pobreza. Y tiene que ver con las medidas de contención sanitaria de la misma crisis que le impide a la gente salir a trabajar. Hay mucha gente que tiene ingresos que vienen de la informalidad, del día a día, son sectores más vulnerables que no tienen contrato de trabajo, van y vienen y son las que se han visto más afectadas hasta ahora.
 
Los bonos que ha entregado el gobierno son cuestionados por sus montos y el hecho que sean decrecientes. ¿Qué opina usted?
Entiendo que el subsidio ingreso familiar de emergencia crece en la media que crece el número de integrantes de la familia. Lo que pasa que es muy bajo y alcanzaría a cubrir necesidades muy básicas, pero de todas maneras es bueno que exista, pero ese ingreso tiene que ser mayor para que la familiar pueda realmente estar en sus casas mientras dura la cuarentena. El objetivo de esa medida es que la gente se comprometa con la política de cuarentena sino van a salir a buscar comida, trabajo y eso va a ser una complicación. Las mismas ollas comunes que son eventos de solidaridad en la comunidad que uno valora, en este contexto no son la mejor idea porque, justamente las personas deben guardar la distancia social y mientras está descontrolado el contagio hay que hacerlo así.
 
¿Cuál sería a su juicio el ideal en este caso, se debería fijar una entrada mensual o puede ser otra alternativa?
En otros países, al menos, se usaron ambas herramientas, o sea desde bonos hasta comida y tiene que ver la cosa de la distribución también porque como en el fondo se ven afectadas las actividades productivas y uno quiere que la gente no salga de la casa, de repente puede ser más fácil que se les lleve comida, hay países donde se les ha distribuido comida. Esa distribución es muy puntual de ciertos casos, gente que realmente tiene problemas para conseguir comida o están todos contagiados en su casa y no pueden salir y piden ayuda a los municipios. En el caso de Nueva Zelandia es así.
Lo ideal como primera medida es compensar los ingresos de los hogares y si no puede ser eso o que por otras condiciones de acceso no se pueda acceder a comida ahí, entonces suple con distribución de comida. Aquí en cambio se está viendo como sustituto una cosa de la otra, como medida complementaria y, básicamente el primer orden de cosas tiene que ser los ingresos de los hogares porque las necesidades de los hogares son distintas.
 
¿Y qué le parece el abandono de la clase media que no recibe ninguna ayuda y está igual más complicada. Corre el riesgo de empobrecerse?
Si, claramente. En este caso, esta crisis sanitaria está afectando mucho más personas de la distribución, no solamente a las familias bajo la línea de la pobreza. La tasa de pobreza es de 12% o sea estamos en el primer decil, todo lo que está sobre eso es decir 2,3,4,5,6,8,9 todo eso que es el 80% que sigue no tiene acceso a mayores ayudas. Creo  que el 50% de la clase media queda fuera de los beneficios. He propuesto cambiar un poco la mirada en esta emergencia, ya no se trata de focalización sino que se necesita focalización en los que lo necesitan y pueden ser grupos de los distintos lugares de la distribución del ingreso, incluso hay empresas que van a necesitar ser rescatadas en esta crisis. Por ejemplo en Alemania el gobierno rescató a Lufthansa pasó el Estado a ser propietario de la empresa. Creo que hay que cambiar la mirada y siento que el gobierno está con una mirada muy antigua que no corresponde a esta emergencia, que es como muy de focalización en los más pobres, por otro lado están mirando las empresas, falta aquí la clase media.
 
Usted integra una mesa técnica convocada por el Colegio Médico para analizar la situación económica del país y cómo enfrentar la pandemia. ¿El estado tiene recursos para enfrentar la situación?
En esa instancia tenemos total acuerdo de que Chile tiene recursos  y nosotros acordamos como un marco fiscal de 12 mil millones de dólares equivalente a los que tiene el Fondo de estabilización Económica y Social ahorrado, pero no necesariamente es gastarse todo el fondo sino que es constatar que podríamos acceder a todo esto, si es más barato hacerlo vía deuda que vía utilización del Fondo ya es un tema financiero, pero Chile tiene acceso a deuda con tasas de interés bajas hoy día, tiene los fondos soberanos, o sea, tiene de donde sacar. Tiene como enfrentar y 12 mil millones es bastante dinero es como el 5% del PIB en un año. Con eso se puede financiar no solamente un mejor subsidio no solo para los informales sino que también se pueden rescatar empresas, se puede ayudar a la clase media, se puede aumentar la cobertura. Es una fuente de recursos y el acceso a deuda también que no todos los países de nuestra región se pueden dar el lujo de tener de manera tan accesible.
"Nos va a costar recuperarnos"
 
¿Qué otros acuerdo tomaron ustedes en esa mesa técnica del Colmed?
Lo otro tiene que ver con las mejoras de los beneficios, de las compensaciones de los ingresos de los hogares hoy en día porque en esta etapa de confinamiento lo que se necesita es mejorar los instrumentos porque por ejemplo el seguro de cesantía está diseñado para ser usado en condiciones de normalidad, desincentivar el desempleo, incentivar la búsqueda de trabajo, pero estamos en un momento en el cual lo que necesitamos es que la gente se quede en su casa. Entonces, hay que cambiarles el diseño y mantener las tasas de reemplazo del seguro de cesantía estables en el tiempo. Habíamos propuesto 60% cada mes, no que vaya bajando, eso en cuanto a los trabajadores formales.
 
En los trabajadores informales hay como dos grupos, uno en que no conocemos realmente los ingresos porque son esporádicos, no dan boleta y están los otros trabajadores informales que dan boleta. Para los que no tienen boleta y no sabemos sus ingresos proponemos, en la misma línea del gobierno, ingreso familiar de emergencia, pero más alto, de mayor cobertura y estable también en el tiempo, que no vaya cayendo en este período al menos, asumemos que son los meses de invierno. Y dar a los que tienen boleta, también en línea con la propuesta del gobierno, pero siento yo que ahí el gobierno se enredó porque está proponiendo que eso sea permanente, el seguro de cesantía para los informales, en general en estas crisis no es conveniente legislar cambios permanentes, pero en la otra parte que era como transitoria, que era como restarle a los barreteros hasta el 60% de lo que hayan perdido de sus ingresos cosa de ayudarlos y luego de esto si logran recuperar eso se lo devuelven al Estado en cuotas.
 
Todas las propuestas que hicimos no alcanzan a ser ni el 20% de los 12 mil millones de dólares que proponíamos como marco fiscal, entonces queda un montón de espacio para diseñar otros instrumentos acordes a las distintas etapas de la pandemia.
¿Y va  ser muy difícil la recuperación económica?  
 
 Yo creo que es incierto, ahí hay distintas posiciones. Lo que pasa que a Chile en general le cuesta recuperarse. Por ejemplo después de la crisis 2008 costó bastante llegar a niveles de tasas de desempleo naturales. Muchos creen que por ese mismo caso nos va a costar. Por otra parte, es cierto que no sabemos lo que va a pasar. Una vez que esté la vacuna, que va a pasar como en año y medio más, entonces después de eso tal vez cueste menos recuperarse.